Buenafuente, en su visita a La Revuelta
Televisión
Buenafuente critica a La Sexta en el programa de Broncano: «Fue una época muy chunga»
Buenafuente, que este jueves debuta en TVE con Futuro imperfecto, explicó en La Revuelta que no guarda buen recuerdo de su paso por La Sexta
Este 8 de mayo, Andreu Buenafuente debuta por partida doble. Primero, porque estrena Futuro imperfecto en La 1, su primera incursión en la televisión pública, y segundo, porque, como buen amigo de la izquierda, también se ha sumado a la nueva ola de contrataciones que sigue la corriente. El programa mezclará monólogos con sketches y la participación de otros cómicos como Raúl Cimas, Silvia Abril y Berto Romero.
Cada jueves, el programa de Buenafuente ofrecerá su visión personal sobre la actualidad y seguro que no faltarán los dardos dirigidos a los políticos de la parte contraria. 60 minutos de comedia, reflexión y, por supuesto, alguna que otra crítica venenosa, como es tradición en él. Antes de su estreno en La 1 Andreu Buenafuente pasó por el programa de Broncano, donde se refirió a su etapa en La Sexta, que calificó como «muy chunga».
Buenafuente no tuvo problemas en hablar con Broncano (Andreu fue quien le descubrió y de quien partió la idea de crear dos late night que vendieron a Movistar Plus+: Leit Motiv y La Resistencia) sobre su «infierno televisivo» durante su paso por La Sexta.
Buenafuente definió esa etapa como «un valle del infierno», refiriéndose tanto al horario como a la remuneración. «Estoy traumatizado aún», admitió a Broncano sin rodeos, y añadió con un toque de sarcasmo: «Me acuerdo de que mi madre intentaba aguantar, pero ponían tres capítulos de El Mentalista». Para el cómico, ese horario nocturno, pasadas las 12 de la noche, y la escasa apuesta de la cadena por el espacio fueron una señal clara de desinterés: «En ese momento entendí que no apostaban mucho por el programa».
Pero lo peor, según él, no era solo el horario o el dinero. «Fue una época muy chunga», confesó sin titubear. «Un semanal los domingos, una hostia como un piano que todavía está resonando... No fue bien, y lo más jodido es que no sé por qué», dijo, con la sinceridad que le caracteriza. En su recuerdo, ir a trabajar se convirtió en una experiencia difícil de digerir. «La tele no se puede analizar mucho. Cuando va bien no sabes por qué. A ese programa le tenía mucho cariño pero no acababa de funcionar», añadió con un poso de frustración. Sin embargo, no todo fue negativo. Reconoció que esa etapa, aunque dolorosa, le enseñó lecciones valiosas: "Ahí conocí el valor del equipo. Me sirvió para valorar otras cosas”.
Andreu se despidió de La Revuelta con su característico humor ácido: «El hecho de que acabe tan pronto hará que la gente se vaya a dormir sin sueño, que se vean obligados a hablar con su pareja, que lean y eso es un camino peligroso».