
Fotograma de la película 'Eddington'
Festival de Cannes
El western en el que Joaquin Phoenix y Pedro Pascal se baten en duelo
La acción ocurre también pocos meses después de la muerte de George Floyd y el subsiguiente emerger del movimiento Black Lives Matter
Con el debut en un festival europeo del ya afirmado director norteamericano Ari Aster (38 años y ya otros tres filmes en su haber) con un «Eddington» a medio camino entre la sátira y la crítica social y un sensible retrato de una joven musulmana que descubre en sí una temida homosexualidad se compuso la cuarta jornada en concurso del 78o. Festival de Cannes.
Aster, autor entre 2018 y 2023 de tres exitosos filmes de vampiros, el último de los cuales, «Beau is Afraid», también fue protagonizado por último de los cuales, «Beau is Afraid», también fue protagonizado por Joaquin Phoenix, se aparta de su terreno favorito para realizar este «Eddington», ambientado en mayo de 2020, o sea en plena epidemia de Covid, cuando las medidas sanitarias todavía no habían sido aceptadas por una parte de la población mundial, y mucho menos en un pueblito perdido en el estado de Nueva Mexico.
Donde se enfrentan un alcalde progresista en busca de su reelección (el chileno Pedro Pascal, en gran demanda en Estados Unidos tras su papel en el mítico «The Last of Us») con un sheriff ultraconservador que se niega a usar mascarilla y que se propone reemplazarlo, aún sabiendo muy bien cuán escasas son sus probabilidades de ser elegido (Phoenix).
La acción ocurre también pocos meses después de la muerte de George Floyd y el subsiguiente emerger del movimiento Black Lives Matter que tampoco es muy del agrado del sheriff, quien no dudará en culpabilizar a su vice negro de un crimen que no ha cometido.
El filme está escrito y dirigido por Aster, cuya fama no ha superado aún los límites de un club reducido de estimadores dentro de su país, y «Eddington» podría significar para él la apertura de un mercado más amplio, gracias también a una interpretación muy medida de Phoenix, que la mantiene aun cuando la película empieza a dispararse por una serie de vericuetas argumentales, con tiroteos y muertos a granel que le granjearán la devoción de un público juvenil.
Diferente es el caso de «La petite dernière», tercer largometraje como directora de la actriz Hafsia Herzi, aplaudida en el bello «La graine et le mulet» («Cuscús» en España) de Abdellatif Kechiche por el cual había recibido el premio a la mejor esperanza femenina de los Césars de 2008, y tercera aparición en Cannes como realizadora, después de «Tu mérites un amour» en 2019 en la Semana de la Crítica y de «Bonne mère» en 2021 en la paralela oficial «Una cierta mirada» y ahora con este filme que seguramente encontrará un merecido lugar en el palmarés.
«La hija menor», pedestre traducción al castellano de «La última llegada», sigue paso por paso el aplaudido debut autobiográfico homónimo de la escritora argelina Fatima Daas que cuenta la progresiva y atribulada conciencia de su homosexualidad en un hogar y una religión que podrían serle hostiles.
Nadia Melliti es la protagonista del filme, delicada cuanto decidida adolescente, que solo percibe su identidad sexual cuando un compañero de escuela la tacha de lesbiana. Hasta entonces solo confusamente se daba cuenta que no le interesaban los jóvenes de su edad y dilacionaba con pretextos fusiles su compromiso con un novio decidido a casarse y tener muchos hijos con ella apenas él tuviese un trabajo seguro.
De ahí, a hacer citas con otras mujeres más maduras por internet para aprender los «gajes del oficio», hay solo un paso y estas son tal vez las secuencias más delicadas que afrontan la directora y la protagonista y cuya resolución, lo mismo que la final donde ella no encuentra las palabras para confesarse con una madre, evidentemente muy comprensiva, son las que distinguen a esta película de otras que han afrontado la misma situación.