Aznar, en el documental Perejil, la isla que enfrentó a España y Marruecos: «Si la operación sale mal, dimito»

La serie documental Perejil, que acaba de estrenar Movistar+ y ha producido en colaboración con El Terrat (The Mediapro Studio), comienza con un testimonio revelador que ayuda a comprender el clima de tensión entre España y Marruecos en los años previos al conflicto del islote de Perejil que estalló en julio de 2002. Es José María Aznar, presidente del Gobierno de España en aquel tiempo, quien abre el primer episodio de Perejil y también quien cierra el tercero y último.

«La primera vez que yo visito Marruecos como jefe de Gobierno –en mayo de 1996– el rey era Hassan II. Una visita de deferencias y una amabilidad como los marroquíes son capaces de hacer, pero la segunda vez que fui –abril de 1998– el ambiente fue totalmente distinto. No porque hubiese cambiado nada, sino porque era la segunda. Entonces, a los 30 segundos de esa visita ya se plantea el tema de Ceuta y Melilla. Y a los 32 segundos ya está la respuesta: 'Yo no tengo nada que hablar de Ceuta y Melilla. Son ciudades españolas'. El rey Hassan me dice: 'Marruecos todavía no va a declarar la guerra a España por Ceuta y Melilla'. Le digo: ‘majestad, hace bien, nosotros haríamos todo lo posible y estoy seguro de que la ganaríamos’», recuerda José María Aznar.

A partir de ahí, el documental Perejil combina la recreación cinematográfica del conflicto y las imágenes de archivo con más de 40 testimonios (entre ellos, además de Aznar, los del exministro de Defensa Federico Trillo, la exministra de Asuntos Exteriores Ana Palacio; Jorge Dezcallar, exdirector del CNI; y Richard Armitage, entonces subsecretario de Defensa de Estados Unidos) para profundizar en la crisis diplomática entre España y Marruecos tras la toma del islote de Perejil por parte marroquí el 11 de julio de 2002. Ese día, un grupo de gendarmes marroquíes desembarcaron e izaron la bandera de Marruecos en el islote deshabitado cuya soberanía compartían los dos países.

«España tiene, desde finales del siglo XVI y el XVII, además de las ciudades de Ceuta y Melilla, el peñón de Vélez de la Gomera, Chafarinas y el peñón de Alhucemas. La situación de territorio de nadie deviene probablemente del buen ambiente entre Franco y Hassan II en los años 60 cuando se llega al consenso de que queda desocupado», explica en el documental Federico Trillo, que revela detalles de la reunión donde el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, dio luz verde al ministro de Defensa para iniciar los preparativos de la operación Romeo-Sierra para desocupar el islote.

«Me voy a Moncloa y llevo un papel que concluía que había que empezar inmediatamente las funciones diplomáticas para la recuperación y había una segunda conclusión que era preparar la toma por sorpresa de la isla con fuerzas militares. Esa segunda solo iba en el papel del presidente (Aznar), que no la comentó en la reunión. Al acabar, Aznar al salir, como el que no dice nada, me dijo: ‘ministro de Defensa, el punto 2 lo va preparando’. El punto 2 era la operación Romeo-Sierra que empezó a prepararse esa misma noche», rememora Federico Trillo. Es el propio exministro de Defensa quien revela que la maqueta donde ensayaron la toma de la isla la encargaron en una tienda de juguetes que había debajo de su casa. «Nos la hicieron perfecta, en relieve», destaca Trillo.

La operación militar fue un éxito y España desocupó el islote de Perejil. «Yo di la orden de reconquistar la isla», admite José María Aznar en el documental. Días después, la entonces ministra de Asuntos Exteriores Ana Palacio, que acababa de estrenar el cargo, acordó con su homólogo de Marruecos, Mohamed Benaissa, el restablecimiento de la situación anterior a la toma del islote de Perejil.

José María Aznar confiesa en el documental que, en caso de que la operación hubiese fracasado, habría dimitido como presidente del Gobierno: «Recuerdo que hice una reflexión personal y evalué en solitario todas las posibilidades, riesgos e incertidumbres que teníamos que pasar; tomé la decisión y sus consecuencias, y dije a una persona, concretamente a mi mujer: ‘si la operación sale mal, dimito’».