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El experto Joaquín Gorrochategui explica las inscripciones encontradas en la mano de IruleguiEFE

Aumentan las dudas sobre la autenticidad de la inscripción en «euskera» de la mano de Irulegui

Después de que la presidenta de Navarra, María Chivite, anunciara a bombo y platillo el descubrimiento, la relevancia del hallazgo ha dado paso a las sospechas sobre su verdadero origen bajo la alargada sombra de Iruña -Veleia

El espíritu del famoso fraude del yacimiento de Iruña-Veleia, en Vitoria, donde en 2005 se encontraron fragmentos de cerámica de la época romana con jeroglíficos egipcios y textos en euskera y latín que resultaron falsos, planea sobre el hallazgo de la supuesta inscripción «vasca» descifrada en la llamada «Mano de Irulegui».
Según distintos expertos «sorioneku», la palabra descifrada, es solo casualmente parecida a «zorioneko» («de buena fortuna»), circunstancia que incluso indirectamente admiten los defensores de que procede del euskera más primitivo conocido (siglo I a.C), al afirmar que el hecho de haberse encontrado en territorio vascón es una prueba concluyente.

«Sori-on-eku» proviene del latín

«Sori-on-eku» tiene según los filólogos su origen en el latín. Etimología que comparte con otras muchas palabras en euskera. Tampoco está demostrado que los vascones hablaran exclusivamente el euskera, como escribe en su blog el profesor Patxi Mendiburu:
«Sori (hoy zori) proviene, de sors, sortis, ‘suerte’ (latín puro, como 'agur', buen augurio). Lo dice Caro Baroja en Las brujas y su mundo (Alianza, 1986). »Pájaro« se dice txori y, para algunos, su origen sería así: txori xori zori. Y también provendría de sors, ‘suerte’, por su capacidad de presagiar hechos. Lo mismo que sorgina (‘bruja’). Vendría de sors + egin, es decir, ‘quien hace la suerte’... on-eku, »de buena« es el genitivo de »on, ona«, proviene también del latín 'bonus-a-um'('bueno')».

Imagen de la mano de Irulegui en el momento de ser expuestaEFE

La sospecha de un posible anuncio político-ideológico rodea al hallazgo anunciado a los cuatro vientos y que ubica el origen de la lengua vasca tres siglos antes de lo que se situaba. Tras la noticia, el presidente de la Real Academia de la Lengua Vasca-Euskaltzaindia, Andrés Urrutia, consideró que el hallazgo en el valle de Aranguren de la mano y su inscripción debían servir para «proyectar el euskera», unas «prisas» que chocan con el escepticismo documentado de Mendiburu:
"Los primeros contactos de los vascones de la Cuenca y romanos pueden situarse a finales de siglo II comienzos del I a. C y se intensifican durante las Guerras Sertorianas (83-73 a. C.), durante las cuales se produce la destrucción del poblado de Irulegui. Pompeyo se retira (...) y funda Pompelo (en el alto que actualmente ocupa la Catedral) en el 72 a. C (según la tesis de García-Barberena).
«En tan escaso tiempo, poco más de 30 años, ¿es posible que los habitantes de Irulegui hayan tomado prestadas las palabras latinas (sors, sortis y bonus, -a, -um) y las hayan adaptado al idioma vasco?», se pregunta el profesor navarro, quien concluye que otro fraude más (como el de Iruña-Veleia) «sería el tiro de gracia para la lengua vasca en la Cuenca de Pamplona y en Navarra».