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09 de mayo de 2024

Un instructor trabaja en el estudio de animación Shake Hands

Un instructor trabaja en el estudio de animación Shake HandsAFP

El estudio de animación japonés donde trabajan artistas autistas en un ambiente idóneo para sus singularidades

En Shake Hands, a los empleados se les recuerda que deben tomar descansos cada hora, y la gente puede empezar y parar de trabajar cuando quiere

Una innovadora iniciativa busca brindar formación laboral y confianza a personas con autismo, a las que les puede resultar difícil desenvolverse en el entorno laboral japonés, a menudo estresante y con largas jornadas.
Con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y trastornos del espectro autista (TEA), Sakuma, una de estas personas, afirma que tenía problemas para concentrarse cuando trabajaba en contabilidad y que desarrolló un trastorno bipolar. A veces no lograba ni quiera salir de su casa.
En Japón, los trastornos como el autismo se consideraron durante mucho tiempo como una cuestión de personalidad, pero los estudios científicos han contribuido a sensibilizar a la opinión pública y a cambiar las políticas públicas.
Un trabajador de los estudios Shake Hands

Un trabajador de los estudios Shake HandsAFP

El país aprobó en 2004 una ley que reconoce los trastornos como el TEA, el TDAH y las dificultades de aprendizaje, e impone a las escuelas apoyar a los niños que necesitan cuidados especiales.
También amplió las competencias de los llamados centros de «tipo B», lugares de trabajo que antes sólo se centraban en personas con enfermedades como el síndrome de Down. Actualmente se contabilizan 16.000 centros.
Lanzado el año pasado, Shake Hands se especializa en la animación, una industria que con el Estudio Ghibli es un gran éxito en Japón. En el estudio Shake Hands suena música alegre de fondo para que los cerca de 10 empleados se sientan cómodos.
Imagen del estudio de animación Shake Hands

Imagen del estudio de animación Shake HandsAFP

«Es un ambiente tranquilo», comenta otro de los empleados, la mayoría de los cuales proviene de otros trabajos donde se agravaron los síntomas de su trastorno. Los trabajadores cobran un salario simbólico y se les recuerda que deben tomar descansos cada hora, y la gente puede empezar y parar de trabajar cuando quiere, incluso a altas horas de la noche.
Yuji Umenaga, profesor de la Universidad de Waseda y especialista en salud mental y dificultades de aprendizaje, espera que Shake Hands inspire otras iniciativas similares, siguiendo el camino de Exceptional Minds, un estudio de animación estadounidense que ofrece formación profesional a estudiantes autistas.
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