Fundado en 1910
Muñeco de William Shakespeare

Muñeco de William ShakespeareChatGPT

El barbero del Rey de Suecia

La violación de Shakespeare

Ingenuos, acudimos a ver una representación de «La violación de Lucrecia de Shakespeare», así anunciada en los carteles. Ja. Y eso que la función venía avalada por el Teatro Clásico de Sevilla, al que se le supone un respeto a su especialidad. Tendríamos que haber sospechado, porque también tenía un premio. En concreto, el Lorca 2024 al Mejor Autor teatral, a Alfonso Zurro, responsable del texto y director.

Como director no tenemos demasiado que reprocharle, y lo mismo nos pasa con Lorena Ávila como actriz, que se pega un tute en el monólogo de la obra y que lo hace muy bien. La pega es que la obra que vimos, manifiesto feminista en versión escandalosa (por lo gritón y por querer montar escándalo, aunque a favor de la corriente) no es de Shakespeare.

En la función, el efectivamente violado es William Shakespeare, con todos los respetos para Lucrecia, violada en la historia. Si a Zurro no le falta talento, como le concedemos, ¿por qué no escribe una obra él de su puño y letra para denunciar el machismo insoportable y todo esto? Si a Lorena Ávila le sobran tablas para emocionar al respetable, ¿no preferiría ir por derecho y no a la sombra del Bardo?

Por supuesto, el poema narrativo de William Shakespeare es feminista. A tramos recuerda acentos de sor Juana Inés de la Cruz. Denuncia tanto como Zurro y tanto como Ávila la violación de Lucrecia, pero lo hace de otro modo, para mi gusto más efectivo. Y mi gusto importa poco, porque al jurado del premio Lorca le gustó más el otro. Lo importante es que el gusto de Shakespeare es el de su Lucrecia. Y que una buena porción del público que había pagado la entrada, había reservado la fecha y se había desplazado al teatro, lo había hecho para ver a Shakespeare, y no a Zurro.

Las versiones son legítimas, y Shakespeare lo supo mejor que nadie, pero usar en el cartel al que ha servido de contramodelo para nuestra propuesta es engañoso. Además, a menudo se permitían afearle a Shakespeare o su insensibilidad o su ceguera. Cornudo y apaleado: además de hacer caja a su cuenta, vituperarlo.

Contaba Borges que fue a ver una obra de Shakespeare en Nueva York y que la representación fue penosa, pero que el genio del inglés es tan grande que, al final, se abrió camino. No es el caso doblemente. Ni Lorena Ávila es torpe ni Shakespeare se abre camino, precisamente porque la obra representada tenía la intención de coger por otras veredas.

La denuncia de la violación que hace Shakespeare no condena al sexo masculino a bulto, como sí hace Zurro, incluyendo a la otra víctima, a Colatino, marido de Lucrecia, y, como hemos dicho, al propio William (lo llaman así, con confianza). Shakespeare, más sutil, condena la brutalidad, incluso también el suicidio puritano de Lucrecia, que le parece excesivo. Encuentra espacio para ponderar la virtud y la belleza de Lucrecia, haciendo, si cabe, más horrible el crimen. Y, sobre todo, es una crítica muy clara al abuso de poder, al despotismo, a la conciencia autónoma y egoísta del rey. Lógicamente, en la Inglaterra de Shakespeare, La violación de Lucrecia tenía —entre líneas— una obvia interpretación criptocatólica y explícitamente antimaquiavélica. La lujuria con consecuencias políticas fatales de Tarquino presentaba perfiles de Enrique VIII. La versión moderna ha introducido una defensa literalmente explosiva (la actriz explota un globo) del aborto, pero, salvo un guiño a la república, ha dejado fuera toda la dimensión político-filosófica del poema shakespeariano. Y la mejor parte de la denuncia moral, pues prorratea la culpa entre todos los hombres del mundo en vez de centrarse en la denuncia de la violencia de Tarquino.

Shakespeare no se abrió camino; pero nosotros, nada más salir de la representación, sí, hacia Shakespeare. Hemos leído el poema original. He aquí alguno de sus versos más inolvidables, en versión del poeta Antonio Rivero Taravillo (Poesía. William Shakespeare, Almuzara, 2009).

[Arranca el poema con una perspicaz descripción del peligrosísimo deseo mimético.] Quizá su apodo, «casta», aciagamente / le afiló [a Tarquino] el apetito no mellado / al no cesar, incauto, Colatino/ de alabarla…
*
Mal se guardan / –en este mundo vil– belleza y honra.
*
[El príncipe Tarquinio, a pesar de su sangre azul, porque le falta la virtud y el dominio de sí, se describe:] Cuando ese falso noble…
*
[En el rostro de Lucrecia, pálida y sonrojada:] silente lid de lirios y de rosas
*
Los puros no conciben nunca el mal / ni teme la celada el ave libre.
*
Quienes mucho codician son tan fatuos / que por lo que no tienen lo que tienen,/ abandonan y sueltan […] pobres ricos, quiebran aun ganando…
*
[Tarquino] ¡Oh vergüenza de armados caballeros! / ¡Baldón del panteón de la familia!
*
¿Vender la eternidad por un antojo? / Por una uva, ¿arrasar toda la viña?
*
[Tarquino] Sin gracia, se debate en su interior. / Conciencia helada y voluntad ardiente / le apartan de los buenos pensamientos.
*
[A Lucrecia] …que, de verla allí Narciso, su amor propio / jamás lo hubiera ahogado en el riachuelo.
*
[Tarquino] Tan fuera de sí está por su impiedad, / que comienza a rezar por su botín, / cual si el Cielo aprobara su pecado.
*
El pensamiento es sueño hasta que actúa.
*
[Lucrecia] Venas de azur y carne de alabastro, / la albísima barbilla con su hoyuelo. […]
*
[Tarquino se dice:] «En lo hondo de mi alma he pensado / cuánto mal y dolor engendraré; […] mas, aun así, abrazar quiero mi infamia».
*
…que no es un cazador quien tiende el arco / para herir a una gama si no es época.
*
¿Por qué el placer privado de uno solo / se torna plaga pública de muchos?
*
¿Por qué el gusano irrumpe en el capullo? […] ¿O el sapo las fontanas envenena? / ¿O acecha la demencia en pechos nobles? / ¿O los reyes quebrantan sus decretos?
*
Muere el paciente mientras duerme el médico; / mientras come el tirano, sufre el huérfano; / mientras la viuda llora, el juez festeja; / la infección se propaga…
*
…borrar textos añejos y torcerlos […] dañar antigüedades
*
[¡Qué definición del tiempo!] Incesante lacayo de lo eterno.
*
La ignominia es mayor en lo más alto. […] Bañarse puede el cuervo en el fangal / y volar sin que se note con el lodo; mas si eso quiere hacer el cisne argénteo, / la mancha permanece en su plumón […] las moscas no se ven por donde vuelan / pero todos se fijan en las águilas.
comentarios
tracking

Compartir

Herramientas