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Sean 'Diddy' Combs en una imagen de archivo

Sean 'Diddy' Combs en una imagen de archivoAFP

Secuestros, abusos y violencia: la caída de Sean 'Diddy' Combs, el rey del rap acusado de tráfico sexual

Combs, de 55 años, está preso en una cárcel de Brooklyn desde su arresto en septiembre de 2024

El rapero estadounidense Sean «Diddy» Combs, uno de los magnates de la música con más éxito de la historia del rap, está siendo juzgado en Nueva York por tráfico sexual y asociación ilícita. Los fiscales alegan que «maltrató, amenazó y coaccionó a mujeres», y que creó «una empresa criminal» que incluía trabajos forzados, secuestros, incendios provocados y sobornos.

Uno de los artistas más influyentes de la industria musical

Nacido en Harlem el 4 de noviembre de 1969, Sean John Combs ascendería de forma vertiginosa. Con tan solo 19 años, ya había logrado hacerse un nombre como director de talentos en el sello musical Uptown Records. Y cinco años más tarde, crearía su propia discográfica, Bad Boy Records, con un elenco de artistas de primer nivel.

«Quería ser uno de los artistas más importantes del mundo», recordó en la BBC Jimmy Maynes, un excolega de Uptown. Con su visión, ambición y audacia, reescribió las reglas del hiphop en la década de 1990, convirtiéndolo en un género global. Sin embargo, su carrera ha estado salpicada de polémicas desde el principio.

Su primera mancha en su prometedora carrera ocurrió en 1991, cuando copatrocinó un partido de baloncesto y un concierto de famosos en el City College de Nueva York al que acudieron alrededor de 5.000 personas, superando con creces el aforo del gimnasio. Nueve personas murieron y 29 resultaron heridas. Una investigación de la alcaldía de Nueva York acusó a Combs de contratar a guardias de seguridad sin experiencia.

Lo ocurrido en el City College «es algo con lo que tengo que lidiar todos los días de mi vida», dijo el acusado en 1998. Finalmente, no se presentaron cargos penales por la tragedia, pero los familiares de los fallecidos demandaron a los promotores, a la universidad y a la ciudad, acusándolos de negligencia. El caso se resolvió por 3,8 millones de dólares, de los cuales Diddy pagó 750.000 dólares.

Los episodios violentos del rapero

Entre claroscuros, su discográfica se había convertido en uno de los sellos más importantes del rap, y artistas como Mariah Carey y Jennifer López pedían trabajar con Combs. Pero en 1999, fue detenido bajo sospecha de agredir a Steve Stoute, ejecutivo de Interscope Records, tras un desacuerdo sobre un vídeo musical. Se declaró culpable de acoso y fue condenado a un día de clases de control de la ira.

Ese año también fue acusado de posesión ilícita de armas cuando la policía encontró dos pistolas de nueve milímetros en su coche, después de que una discusión en un club se tornara violenta, según recoge la BBC.

Los episodios violentos del rapero serían el foco de atención de los medios. En 2003, Kirk Burrowes, un antiguo presidente de Bad Boy Entertainment, demandó a Combs alegando que su antiguo socio le amenazó con un bate de béisbol y le obligó a ceder sus acciones de la empresa.

En 2005 comenzaría su relación con la cantante Casandra Elizabeth Ventura, primero profesional y después sentimental. Cassie (como se la conoce profesionalmente) firmó un contrato con Bad Boy Records de diez álbumes, debutando en 2008.

Sin embargo, en una demanda civil presentada en diciembre de 2023, Ventura afirmó que el magnate había utilizado su posición de poder para «sentar las bases» de una «relación romántica y sexual manipuladora y coercitiva», advierte la cadena británica.

Su demanda incluía múltiples descripciones gráficas de abusos violentos, alegando que Combs «golpeaba y pateaba regularmente a Ventura, dejándole los ojos morados, moratones y sangre». La cantante también alegó abusos sexuales y violación, y afirmó que muchos de estos incidentes fueron presenciados por la «red tremendamente leal» del rapero, que «no estaba dispuesta a hacer nada significativo» para detener la violencia.

Combs negó enérgicamente las acusaciones y acusó a Ventura de intentar extorsionarle. El abogado del productor musical declaró que el acuerdo no suponía «en modo alguno la admisión de la comisión de un delito».

Acusado de agresiones sexuales

Después de que su expareja presentase su demanda, a finales de 2023, otras dos mujeres presentaron denuncias de abusos y agresiones contra Diddy. Una de ellas, presentada en Manhattan por Joi Dickerson-Neal, lo acusaba de drogar y agredir sexualmente a la demandante cuando esta aún era una universitaria en 1991. También se afirmaba que el agresor había grabado el acto y distribuido las imágenes sin el consentimiento de Dickerson-Neal.

Liza Gardner también presentó documentos judiciales acusando al rapero de coaccionarla para mantener relaciones sexuales a principios de la década de 1990 y, días después, asfixiarla hasta desmayarse.

Combs negó todas las acusaciones en su contra. «Las demandas por supuesta mala conducta contra el Sr. Combs de hace más de 30 años y presentadas en el último minuto son todas completamente negadas y rechazadas por él», dijeron los representantes del rapero en un comunicado.

En diciembre de 2023, llegaría una cuarta demanda de una mujer que alegaba ser víctima de «tráfico sexual» y «violación en grupo» por parte de Combs, el presidente de Bad Boy Records, Harve Pierre, y otro hombre en 2003, cuando ella tenía 17 años. En los documentos judiciales, la mujer indicó que le dieron «copiosas cantidades de drogas y alcohol» y que quedó tan dolorida que apenas podía tenerse en pie o recordar cómo llegó a casa.

Por su parte, Combs respondió que «no hizo ninguna de las cosas horribles que se alegan». El juez del caso dictaminó más tarde que la mujer, que presentó su caso de forma anónima, tendría que utilizar su nombre real si quería seguir adelante.

Tras estas denuncias, Combs escribiría un comunicado en su cuenta de Instagram: «Basta ya. Durante las últimas dos semanas, me he sentado en silencio y he visto a la gente tratar de asesinar mi carácter, destruir mi reputación y mi legado», rezaba el mensaje. «Se han vertido contra mí acusaciones repugnantes por parte de individuos que buscan un pago rápido. Permítanme ser absolutamente claro: yo no he hecho ninguna de las cosas horribles que se alegan. Lucharé por mi nombre, por mi familia y por la verdad», aseguraba.

En febrero de 2024, el productor musical Rodney Jones Jr acusó a Combs de mantener contactos sexuales no deseas y de obligarle a contratar prostitutas y a participar en actos sexuales con ellas. En los documentos presentados en Nueva Yroks, Jones afirmaba que Combs intentó «prepararle» para que mantuviera relaciones sexuales con otro hombre, argumentando que era «una práctica normal en la industria musical».

El abogado de Diddy, Shawn Holley, calificó al productor de «mentiroso» y describió sus afirmaciones como «pura ficción» que podían ser desacreditadas por «pruebas abrumadoras e irrefutables». Sin embargo, un mes después, agentes federales allanaron dos propiedades del rapero en Los Ángeles y Miami para confiscar ordenadores y otros dispositivos electrónicos.

Detenido y acusado de tres delitos

Finalmente sería detenido en un hotel de Nueva York en septiembre acusado de tres delitos: asociación ilícita, tráfico sexual por la fuerza, fraude o coacción, y transporte para ejercer la prostitución.

En el escrito judicial se le señala como el responsable de dirigir una organización criminal en el seno de su imperio empresarial. Según los fiscales, Combs habría obligado a mujeres a participar en actos sexuales con trabajadores del sexo durante unos eventos privados denominados Freak Offs, los cuales grababa sin su consentimiento.

En el documento se describe una conducta reiterada de violencia y coerción hacia mujeres, supuestamente empleada para «satisfacer sus deseos sexuales». El día posterior a la revelación del escrito, Combs compareció ante el tribunal, donde se declaró inocente. No obstante, el juez rechazó concederle la libertad bajo fianza, apoyándose en los argumentos de la Fiscalía que lo consideraban un peligro para la comunidad.

Su abogado, Marc Agnifilo, defendió con vehemencia la inocencia de su cliente: «Combs es un luchador. Va a luchar hasta el final. Es inocente». Además, anunció su intención de apelar la decisión del tribunal respecto a la denegación de la fianza.

Tras la presentación formal del caso por parte de la Fiscalía, más de cincuenta personas presentaron demandas civiles contra Combs, acusándolo de diversos actos, entre ellos violencia, conducta sexual inapropiada y producción de material pornográfico sin consentimiento. Entre las denunciantes, algunas aseguran haber sido agredidas o violadas después de consumir bebidas presuntamente manipuladas con sustancias que las hacían perder el conocimiento. Varias de estas presuntas víctimas eran menores de edad, con apenas diez años en el momento de los hechos.

Una de las mujeres, cuya identidad no ha sido revelada, declaró que conoció a Combs en 1995 durante una fiesta posterior a la grabación de un vídeo musical. Allí, según su testimonio, fue «golpeada violentamente», su cabeza fue estrellada contra una pared hasta caer al suelo y luego fue violada.

Además de las acusaciones de carácter sexual, Kirk Burrowes, cofundador de Bad Boy Entertainment, emprendió acciones legales contra Combs, a quien acusa de haber instaurado un entorno de trabajo tóxico, manipulación psicológica, acoso sexual sistemático y violencia física. También alega que exigía a sus empleados participar en «actos sexuales degradantes».

El equipo legal del productor ha rechazado todas las acusaciones, afirmando que «vivimos en un mundo en el que cualquiera puede presentar una demanda por cualquier motivo». Los abogados insisten en que su cliente nunca ha cometido delitos sexuales ni ha traficado con seres humanos, sean estos hombres, mujeres, adultos o menores. «En los tribunales prevalecerá la verdad: que el señor Combs nunca agredió sexualmente ni traficó con nadie, ni hombres ni mujeres, ni adultos ni menores», sostienen.

No obstante, algunas de las demandas civiles interpuestas fueron retiradas, especialmente aquellas en las que los denunciantes se negaron a hacer pública su identidad. Igualmente fue desestimado un caso en el que se acusaba tanto a Combs como al rapero Jay-Z de violación, tras constatarse contradicciones relevantes en la versión de la supuesta víctima.

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