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19 de abril de 2024

Javier de Isusi. Julio de 2021

Javier de Isusi, en julio de 2021Elvira Megías 

Entrevista a Javier de Isusi

«Carlos IV tuvo la grandeza de impulsar la expedición de la vacuna»

Este país, que siempre ha estado tan atrasado en materia científica, resulta que es el que hizo la primera campaña de vacunación mundial. Y no lo sabemos

La viruela es la enfermedad que más ha matado en la historia de la humanidad. Felizmente erradicada en el siglo XX, en el XIX su incidencia aún era terrible en el mundo y, por extensión, en el imperio español. El médico inglés Jenner descubrió la vacuna en 1796. El rey Carlos IV vio el cielo abierto: por fin un remedio. Así que promovió la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna (REFV), que llevó el remedio contra la viruela a América y a Asia.
La REFV salió de Galicia en 1803 y acabó en 1812 en Nueva Galicia. Médicos como Balmis y Salvany, la enfermera Isabel Zendal y los niños que llevaron el remedio en sus brazos son algunos de los protagonistas de esta historia que Javier de Isusi (Bilbao, 1972) ha convertido en una novela gráfica titulada El mar recordará nuestros nombres (Planeta Cómic). El ganador del Premio Nacional del Cómic 2020 charla con El Debate sobre su nuevo trabajo.
–En los créditos editoriales figuran el Ministerio de Ciencia e Innovación y del CSIC. ¿Nace de ellos la idea?
–Es un encargo de estos dos organismos. Por un lado editaron La expedición de Balmis, primer modelo de lucha global contra las pandemias, coordinado por Susana Ramírez, que es como el libro definitivo en torno a la expedición, en torno al papel de la mujer y de los niños, en torno a la época. A la par de ese libro tan documentado y exhaustivo, querían hacer algo más divulgativo, de fácil acceso, para gente más joven y no iniciada que jamás se va a leer un libro tan académico. Es ahí donde se les ocurre la idea de hacer un cómic. Y entonces me llaman para esa labor.

La historia de Isabel Zendal

–¿Y a usted le sonaba el asunto o le resultaba ajeno?
–Yo la historia de la expedición la conozco desde hace unos veinte años. Mis padres estuvieron viviendo en México dos años, en concreto en Puebla, que es donde supuestamente muere Isabel Zendal, la única mujer de la expedición. En una de las visitas turísticas que hicieron les hablaron de esta historia. Después me la contó mi madre a mí y me quedé alucinado. Me quedé pensando: «¿Cómo no conocemos esta historia en España?». Y ya entonces creí que la historia estaba pidiendo un cómic. Pero uno siempre tiene más ideas que tiempo para hacerlas, así que nunca me puse a ello. Hasta que me llamaron del ministerio y del CSIC.
–Para La Divina Comedia de Oscar Wilde (2020), el trabajo por el que recibió el Premio Nacional del Cómic, estuvo cinco años documentándose. Supongo que en este caso, al tratarse de un encargo, los plazos fueron muy diferentes.
–Este ha sido el trabajo que he hecho con menos tiempo de toda mi vida. Yo lo único que sabía es lo que me habían contado. Cuando me llaman para hacer esto era abril. He tenido que hacerlo a la carrera. No he tenido ni verano ni fines de semana, pero llegamos a tiempo y me he quedado muy contento. Condensar una historia tan grande en 80 páginas era un reto enorme.
El mar recordará nuestros nombres, de Javier de Isasi

'El mar recordará nuestros nombres', de Javier de Isasiunmr2a

–El protagonismo es de los niños ya desde el título: El mar recordará nuestros nombres. En una doble página reproduce los nombres de los 48 críos que participaron en el primer viaje y en la expedición a Filipinas.
–Desde el principio pensé que la historia había que centrarla un poco en los niños, pero no quedándose solo en ellos, porque hay que contar muchas cosas, pero sí a través de su mirada, sobre todo de la de Benito.
–Benito, hijo de soltera de Isabel Zendal, y uno de los niños vacuníferos.
–Exacto. Es Benito el que nos hace un poco de puente entre el mundo de los niños y el de los adultos. Ellos, siendo tan fundamentales dentro de la expedición, no son los que se llevan las glorias ni los reconocimientos.

José Bonaparte no va a hacer mucho por exaltar los aciertos de su predecesor. Y el siguiente es Fernando VII, que era hijo de Carlos IV, pero se llevaba de pena con su padre, a quien de hecho intentó derrocar. Luego ya vino el siglo XIX, que es un siglo súper convulso… Así que se fue quedando en el olvido

La vacuna, de brazo en brazo

En los últimos años se han publicado libros como A flor de piel, de Javier Moro; Los niños de la viruela…, de María Solar; Nuevo Mundo…, de El Primo Ramón; Ángeles custodios, de Almudena de Arteaga… Ha nacido una Asociación Isabel Zendal. Se le ha puesto el nombre de la enfermera a un hospital de Madrid. ¿A qué cree que obedece este resurgir?
–Se han dado muchos factores. A mi juicio hay una mágica coincidencia, que es que el libro de Javier Moro coincide con las investigaciones en Galicia de Toño Mariño, que es quien fija que el apellido de Isabel es Zendal y no otro, y nos explica quién es y de dónde viene. Además, no podemos olvidar el trabajo de Susana Ramírez. Y así llegamos hasta hoy, hasta el encargo institucional que me hacen. Que nace de una reflexión: ojo, cuidado, que este país, que siempre ha estado tan atrasado en materia científica, resulta que es el que hizo la primera campaña de vacunación mundial… Y no lo sabemos.
–Ahora se está subsanando de largo, ¿pero a qué atribuye el olvido histórico de la expedición?
–Tiene que ver con las circunstancias históricas en las que ocurrió. Hay que pensar que justo después de la expedición de la vacuna se producen la invasión francesa y la independencia de las colonias. Y otro aspecto a tener en cuenta es quiénes son los sucesores de Carlos IV, que es el impulsor de la campaña. Primero es José Bonaparte, que no va a hacer mucho por exaltar los aciertos de su predecesor. Y el siguiente es Fernando VII, que era hijo de Carlos IV, pero se llevaba de pena con su padre, a quien de hecho intentó derrocar. Luego ya vino el siglo XIX, que es un siglo súper convulso… Así que se fue quedando en el olvido. En el siglo XX ha sido una labor muy lenta de recuperación: los hechos y los datos estaban ahí, y ha habido congresos de los años 50 y 60 donde se hablaba de esta historia, pero hablamos en un ámbito reducido. La gran población no ha conocido esto hasta ahora.

La primera campaña de vacunación y los primeros antivacunas

–En el cómic usted reivindica el papel de Carlos IV.
–Sí. Ha pasado a la historia como un Rey bobalicón, más interesado en otras cosas que en gobernar, que se fue al exilio abdicando en José Bonaparte… pero, como dice Susana Ramírez: «Cuidado con Carlos IV, que hizo la expedición de la vacuna, y aunque solo fuera por eso, se merece un respeto». Otros reyes son más recordados y realmente hicieron desastres. A este hombre se le desmembró el imperio, pero en cierto modo se le tenía que desmembrar… Carlos IV tuvo la grandeza de impulsar la expedición de la vacuna. Por eso a mí me pareció interesante darle protagonismo en algunas páginas. No lo retrato tampoco como un lumbreras, pero le doy, creo, su justo valor.

He investigado y las cosas que decían entonces los antivacunas son muy parecidas a las que dicen ahora. Te encuentras repetidos los mismos alegatos conspiranoicos

–Carlos IV sufrió de cerca el azote de la viruela. Murió de esta enfermedad una de sus hijas y otra quedó desfigurada. Fallecieron del mismo mal su hermano, la mujer de éste y el hijo de ambos.
–Concluyen varios factores. Hay una parte humanitaria, a la que indudablemente Carlos IV era sensible porque le tocaba muy de cerca desde el punto de vista familiar. Y no podemos olvidar la vertiente económica: era tal barbaridad la viruela que era una pérdida de población, y por tanto de ingresos, inadmisible. Pero el factor humanitario no se puede desdeñar. Para mí es evidente que no es solo una cuestión de dinero, sino humanitaria, y de hecho su propio nombre así lo indica: Real Expedición Filantrópica de la Vacuna.
–Los antivacunas también existían en aquella época. Y así lo refleja.
–Sí, sí [ríe]. He investigado y las cosas que decían entonces los antivacunas son muy parecidas a las que dicen ahora. Te encuentras repetidos los mismos alegatos conspiranoicos. Esto me sorprendió mucho, y yo sí que quería que apareciera. Aunque es cierto que en España no hay muchos testimonios antivacunas, pero también es porque era entonces un país absolutista y no se permitía mucho la disensión. El Rey estaba a favor de la vacuna y punto. El que no esté a favor, fuera de aquí. Pero en otros países, como por ejemplo en Inglaterra, que es donde se descubre la vacuna, el movimiento anti fue muy fuerte.
El mar recordará nuestros nombre, de Javier de Isasi

El mar recordará nuestros nombre, de Javier de Isasiunmr2a

–Explica muy bien cómo se pudo llevar la vacuna a América, de brazo en brazo, a través de los niños. Esa parte es muy didáctica.
–Para mí era importantísimo que eso se viese gráficamente. He oído un montón de programas de radio, he leído textos sobre este tema para documentarme, y muchas veces me ha pasado que te dicen «los niños llevaban la vacuna y se la pasaban de brazo en brazo». Ya, ¿pero cómo? Explícame exactamente cómo se lleva una vacuna en el brazo y cómo se pasa de un niño a otro hasta llegar a América. Así que por eso hice esa página en la que se ve cómo se extrae el pus de un niño y se mete en la herida de otro niño. Ya que es un medio gráfico; que se vea gráficamente cómo se hacía.
–Esos niños tenían de 3 a 9 años, vivían en hospicios y son utilizados como portadores de la vacuna. Con los ojos de hoy, inaceptable, pero hay que situarse en la época. ¿Se ha topado con mucho «presentista» crítico?
–Hay muchos adultos que te dicen: «Aquella expedición, qué horrible. Usaron niños». Yo les contesto: «¿Y qué querías que usasen?». Es realmente no ponerse en la situación de la época. Están mirando con ojos del siglo XXI realidades de otra época totalmente diferente. Es muy difícil de entender lo que voy a decir ahora, pero el valor que le damos a la vida humana en los países occidentales en el siglo XXI es algo muy reciente. No es igual el valor de la vida humana en 2021 que en 1936, no valía lo mismo. Es que la gente estaba muy dispuesta a morir por una causa, por sacrificarse, más que ahora. Y lo mismo se sacrificaban ellos que sacrificaban a otros. Los reyes mandaban a gente a morir a las guerras de una manera que hoy no se entiende. Fíjate la que se monta en Estados Unidos cuando se mueren cinco marines.

Con un buen guion, Spielberg habría hecho una buena película

–Este aspecto convierte esta historia en irrepetible.
–Ahora mismo no se podría hacer. Bueno, no se podría hacer así. Pero repito que todo era distinto en aquella época. Viajar, también. Eso lo intento contar un poco en la página doble en la que cuento la salida del barco. Se cuenta lo duro que eran los viajes en barco. Eran terribles. Pero porque fuera muy terrible no dejaban de viajar. Era lo que había. Era así.
–¿Sabía que un guionista gallego, Daniel Domínguez, hizo llegar a Steven Spielberg un guion basado en esta historia?
–Con un buen guion, Spielberg habría hecho una buena película. De esta propuesta que le hicieren no tenía ni idea. ¿Cuándo fue más o menos eso?
El mar recordará nuestros nombres, de Javier de Isasi

'El mar recordará nuestros nombres', de Javier de Isasiunmr2a

–En 2001. Le pregunto esto porque en su cómic hay base para un peliculón. ¿Tiene alguna propuesta en ese sentido?
–Más que un peliculón puede ser una serie de varias temporadas.
–Hubo aquella miniserie de Antena 3, 22 ángeles (2016).
–María Castro lo hace muy bien como Zendal, igual que Pedro Casablanc como Balmis. Y a nivel de ambientación está muy bien. Pero el guion no cuenta bien la expedición, se centra en unas historias amorosas que para mí no vienen a cuento. La historia es muy grande de por sí; no necesitas meter una historia de amor entre Balmis, Salvany y Zendal. Entiendo que una historia de amor siempre es atractiva, pero en este caso tienes solo unas horas para contar una historia tan enorme…. Me dio rabia, porque el personaje de Salvany no se parece en nada al original, que era un tipo enfermo, tuberculoso, y no un guaperas capaz de hacer largos recorridos a caballo en tiempo récord.
–¿Pero le ha llegado o no alguna propuesta?
–A mí me encantaría que esto se convirtiera en película o en serie. Sería el empujón definitivo para que la historia se haga conocida por todo el mundo. Esperemos que el cómic ayude, pero realmente el medio de masas hoy día es el audiovisual.
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