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Portada de «Tres anillos. Una historia de exilio, literatura y destino» de Daniel MendelsohnSeix Barral

'Tres anillos': un extranjero llega a una ciudad desconocida tras un largo viaje

Mendelsohn entreteje la narración con la erudición, la crítica literaria con el análisis textual y entremezcla el ensayo con la biografía, la literatura comparada, las memorias y la literatura de viajes

El crítico, ensayista y traductor Daniel Mendelsohn (Nueva York, 1960), célebre por la publicación de The Lost. A Search for Six of Six Million, 2006 (Los hundidos. En busca de seis entre los seis millones) y de An Odisea. A Father, a Son, and an Epic, 2017 (Una odisea: un padre, un hijo, una epopeya), publica en 2020 Three Rings: A Tale of Exile, Narrative, and Fate (University of Virginia Press), una obra singular que cobra vida a partir de unas conferencias que pronunció dentro del ciclo Page-Barbour Lectures un año antes en la Universidad de Virginia y que traduce Ramón Buenaventura para la editorial Seix Barral.
A partir de la preocupación personal sobre la relación entre realidad y ficcionalidad, el filólogo de lenguas clásicas trabaja en Tres anillos. Una historia de exilio, literatura y destino sobre un subgénero de no ficción personalísimo, en la que el impulso narrativo incorpora otros géneros no ficcionales. Estamos ante una obra híbrida, en la que Mendelsohn entreteje la narración con la erudición, la crítica literaria con el análisis textual y entremezcla el ensayo con la biografía, la literatura comparada, las memorias y la literatura de viajes.

seix barral / 160 págs.

Tres anillos

Daniel Mendelsohn

Aunque ya desde The Elusive Embrance. Desire and the riddle of identity (1999) –aún no traducida a nuestra lengua– la seducción de las historias y de la narración había vertebrado su trayectoria literaria, ha sido a partir de la escritura de An Odisea cuando germina en el escritor la idea de escribir una obra que gire en torno a una historia que pueda provocar el regreso de otras narraciones, entre la digresión narrativa y el exilio político.
Mientras rememora el viaje que había emprendido en busca de los orígenes familiares para entrevistar a los supervivientes de los hechos sucedidos durante la II Guerra mundial en una pequeña localidad situada en el este de Polonia y recuerda la conmoción con que visitó en Tel Aviv una sala de maquetas de las sinagogas que se habían levantado en todo el territorio de la diáspora judía, Daniel Mendelsohn funde las historias de tres escritores exiliados: el filólogo judío Erich Auerbach que tuvo que huir de la Alemania de Hitler a Estambul, el arzobispo francés François Fénelon y el novelista alemán W. G. Sebald, que se autoexilió a Inglaterra. Los tres recurrieron a los clásicos para crear unas obras literarias (Mímesis: la representación de la realidad en la literatura occidental, Las aventuras de Telémaco y Austerlitz, respectivamente), en las que exploraron la identidad y la pérdida y la historia y el exilio y en las que reflexionaron de modos diversos sobre la digresión narrativa como técnica literaria.
Las historias de estos tres grandes escritores y sus narraciones revelan ciertas conexiones que revelan que hay un plan en marcha que no alcanza su culmen hasta las últimas páginas de la obra, cuando se refiera la traducción al turco de Las aventuras de Telémaco que hizo Yûsuf Kâmil Pasha, en cuyo prólogo se advertía a los lectores «del hecho de que el texto que iban a leer parecía una historia, pero en realidad era un libro sabio» (152). Lo que comienza como un estudio sobre la digresión y la composición anular de la épica homérica madura hacia una reflexión sobre el poder de las historias y sobre la tensión entre lo que realmente sucede y su conversión en narración.
A pesar de que la composición anular puede ser considerada una digresión, en Tres anillos se manifiesta como un instrumento para el avance de la historia en distintos frentes temporales y para anticipar algunos acontecimientos que se muestran tras la conclusión de la historia; sugiere así que un modo privilegiado de contar algunas historias no es avanzar en línea recta sino a través de amplios círculos, que están repletos de historias. Sugiere que quizá los temas homéricos (el desarraigo y la pérdida y la nostalgia del hogar) no admitan más que la estructura narrativa de la «composición anular», porque solo ella parece capaz de imitar y de recrear las idas y venidas que envuelven los caminos de la emigración y el exilio.
Bajo la seducción de los clásicos, la poesía griega y romana, la epopeya homérica, la tragedia o el Génesis bíblico sustentan toda la producción literaria del escritor. Tres anillos compendia su obra y los grandes temas que la vertebran: la Odisea, el Holocausto y el éxodo, la identidad y la pertenencia, el trauma de la guerra y el desarraigo familiar y social, el desplazamiento y las historias de refugiados, el amor a la filología y la obra de Proust, Racine, Hannah Arendt, entre otros. Es un hermosísimo libro, que nos invita a considerar el nexo entre la narración y la historia, entre la escritura y la vida, y que sugiere que la historia puede operar de manera literaria.