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Un joven en una discoteca en una imagen de archivo

Los activistas buscan que la cultura tecno de Berlín sea declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco

La iniciativa Rave The Planet, liderada por el DJ Dr. Motte, busca que el género musical acceda a una protección especial y a subvenciones europeas

En Alemania, pero muy especialmente en Berlín, la música tecno va más allá de la noche y la fiesta: es parte de su cultura. Nacido en Detroit y Alemania a mediados de los años 80, el techno es un género de música electrónica proveniente de la música house y de la fusión de ciertas corrientes de música basadas en el uso experimental del sintetizador o el primer electro.
La iniciativa Rave The Planet busca, a través de la unión de DJ, músicos y representantes de clubes, que el tecno se convierta en patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco. En esa lista ya están incluidos otros géneros como el flamenco español o el reggae jamaicano.
Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, la euforia colectiva cristalizó en unas grandes fiestas de tecno llamadas Love Parade, que se celebraban en las calles. Berlín adoptó el género musical autóctono de Detroit, con sus búnkeres, centrales eléctricas y fábricas abandonadas de la posguerra, que proporcionaban una vía de escape para que los asistentes a los clubes bailaran al ritmo de la música que puso banda sonora a la reunificación de la nación a finales de los 80.
Pero con los años, el tecno berlinés, mucho más comercializado que al principio, se refugió en discotecas que hoy son consideradas auténticos y exclusivos templos de la música computerizada. Encabezada por Matthias Roeingh, alias Dr. Motte, el DJ que fundó Love Parade, Rave The Planet está presionando a las autoridades alemanas para que soliciten el estatus de patrimonio cultural inmaterial.

Imagen promocional de 'Rave The Planet'

Subvenciones, ayudas y fondos

Y es que según Sky News, las estimaciones apuntan a que más de cien clubes han cerrado en la última década, a lo que se suma el hecho de que el valor de los inmuebles de la ciudad y el impacto de la pandemia amenazan la industria musical en Berlín. Los clubes obtendrían una protección adicional en virtud de las leyes de planificación y también tendrían acceso a subvenciones y otros fondos si se les concediera el estatus de la Unesco.
La Unesco suele conceder el estatus de PCI a movimientos o prácticas musicales como la cultura de la gaita eslovaca, el arpa irlandesa o la ópera tibetana. Algo que tiene a favor el tecno es que a principios de año se votó casi por unanimidad a favor de cambiar el estatus de los locales de ocio de Berlín de sitios de entretenimiento a sitios culturales, contribuyendo a su consideración como parte fundamental de la cultura alemana.
Alemania ha prohibido a las personas no vacunadas la entrada a gran parte de la vida pública, incluida la asistencia a conciertos, y ha anunciado el cierre de algunos clubes nocturnos. La medida, adoptada en un esfuerzo por frenar una cuarta oleada de Covid-19 en el país, significa que sólo podrán entrar en los locales culturales, restaurantes, cines, instalaciones de ocio y muchos comercios quienes estén totalmente vacunados o se hayan recuperado del virus en los últimos seis meses.
Entre las nuevas medidas se incluye el cierre del ocio nocturno a partir de ciertos niveles de incidencia de contagios, así como restricciones de aforo en eventos públicos y contactos. Los locales nocturnos, por ejemplo, deben cerrar en las zonas donde se hayan registrado 350 casos por cada 100.000 personas en los últimos siete días (la tasa nacional supera los 400).