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Los Rolling Stones rugen en su inicio de la gira europea Sixty

La mítica banda londinense ha brindado una de las mejores faenas de su historia ante los 53.000 asistentes al concierto en el Metropolitano

Cuando piensas que no pueden dar más de sí, ellos dan la vuelta a la carta y te demuestran todo lo contrario. La épica actuación de la banda londinense sacaría los colores a cualquier grupo emergente que luche por hacerse un hueco en el complicado mundo de la música. Ellos, por el contrario, lo tienen muy asegurado. Y es que después de 60 años han vuelvo a demostrar que su directo es uno de esos que debemos guardar en la retina y en el corazón, para siempre.
La tarde comenzaba animada en las largas colas que rodeaban el estadio Metropolitano alrededor del cual se ubicaban los numerosos puestos de bebidas y comida variada, aunque el plato estrella de todos y cada uno de los asistentes que se acercaba tenía un objetivo claro: una lata helada de cerveza para hacer frente a la calurosa tarde de primavera que estaba a punto de acabar. Muchas son las generaciones que se agolpaban a las puertas de un estadio que esperaba ansioso rugir como si de la final de un mundial se tratara. Pues ni una cosa ni otra. Lo que hemos visto y presenciado hoy no es para nada el final. Es el inicio de una extensa gira europea que llevará a los Stones a lo más alto una vez más. Esta vez no había dos porterías en el césped, sino un enorme y colorido escenario que deseaba afrontar una afición sedienta de canciones.
A las 20:00h, con puntualidad inglesa, saltaban al escenario los primeros teloneros, la Vargas Blues Band, donde además colaboraba John Byron Jagger, sobrinísimo del líder de los Stones que, imitando sus paseíllos, se asemejaba a su padrino, pero quedando lejos de su carisma. Sidonie hacían lo propio apenas una hora más tarde. Y aunque el escenario de los Stones impone, ellos no se hicieron pequeños. Es más, todo lo contrario. Consiguieron conquistar a un complicado público que se notaba nervioso esperando recibir a los protagonistas de la noche, pero himnos como El Incendio o Carreteras infinitas, conseguían calmar a las bestias.
Y por fin llegó el momento más esperado de la noche. A las 22:17h irrumpían en el escenario Mick Jagger, Keith Richards y Ronnie Wood, acompañados de un vídeo lleno de momentos e imágenes de su amigo, de su compañero, de su hermano, Charlie Watts, fallecido hace menos de un año de un cáncer de garganta. «Te echamos mucho de menos» lamentaba Mick mientras Keith arrancaba los primeros acordes del Street Fighting Man a la vez que el estadio Metropolitano, ahora sí, lleno hasta la bandera, comenzó a rugir. Le siguieron 19th Nervous Breakdown y un arrollador Sad Sad Sad que nuevamente Jagger dedico al desaparecido Charlie Watts.
Un rock and roll elegante y a la vez picante, pero no mucho, no vayamos a quemar todos los cartuchos nada más empezar, se sucedía entre himno e himno a lo largo de las dos horas en las que la música era la única protagonista. Tumbling Dice daba paso a Out of Time, un tema emblemático que interpretaban en directo por primera vez en su historia. Otro hito que llevarnos de regalo. Por petición popular, y menos mal, Jagger se lanzaba a corear con todas sus fuerzas el Beast of Burden que dejó boquiabierto a más de uno. No han faltado tampoco You Can´t always get what you want, Honky Tonk Women o los inigualables Paint it Black, Sympathy for the Devil, Jumpin´Jack Flash, Gimme Shelter o el Satisfaction, que ponía la guinda a un pastel que ojalá durara para siempre y que los 53.000 asistentes hemos degustado como si fuera el último.
Los Rolling Stones, con 60 años a sus espaldas de carrera y 30 álbumes de estudio, han vuelto a elegir un setlist en el que no han faltado todas aquellas canciones que vuelven locos a sus seguidores. Repasaron todos y cada uno de esos temas que hemos escuchado hasta la saciedad, en bares, radios, fiestas, o incluso en nuestra propia casa, pero que ahora en directo, suenan diferente, suenan mejor y eso es toda una gesta difícil de afrontar teniendo en cuenta que los protagonistas rondan todos los 80 años. Y ya no solo interpretarlos, es que, además, Mick Jagger ha bailado como nunca.
Los Rollings Stones sobre el escenario resultan hipnóticos. Keith Richards, Mick Jagger y Ronnie Wood, junto a toda su extensa banda, son y serán eternos. Nacieron para esto y morirán, esperemos que aún no, haciendo esto. Música con mayúsculas que se crece donde tiene que hacerlo, en el directo. Los Stones celebran sus 60 años juntos con una gira europea donde van a demostrar que su música sigue más viva que nunca, que no hay nada que les pueda parar y que sus conciertos siguen siendo uno de los espectáculos más increíbles que alguien puede ver en directo. Larga vida a los Rolling Stones.