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27 de abril de 2024

Los jugadores del Sheriff Tiráspol celebran la victoria conseguida en la jornada inaugural ante el Shaktar Donetsk

Los jugadores del Sheriff Tiráspol celebran la victoria conseguida en la jornada inaugural ante el Shaktar DonetskAFP

Deportes

7 curiosidades del Sheriff que no conocías

A pesar de debutar con victoria en Europa, el equipo transnistrio llama más la atención fuera que dentro del terreno de juego

El Real Madrid se enfrenta al único de sus rivales en esta fase de grupos de la Champions League del que no tiene referencias previas en la competición. El conjunto blanco se mide por primera vez al Sheriff Tiraspol, que ha sido una de las novedades del bombo de esta edición. El cruce de presentación entre ambos se convertirá para el Real Madrid en su duelo número 108 en torneos de clubes europeos, mientras que para los moldavos se va a tratar del 59.
El comienzo del campeón de la Liga de Moldavia en Europa ha sido una sorpresa. El equipo de la zona de Transnistria se quitó el velo de Cenicienta con una victoria por dos goles a cero ante el Shaktar Donetsk y comparte liderato del grupo con los de Carlo Ancelotti.
El equipo, que dirige Yuriy Vernydub, cuenta con jugadores de más de una decena de nacionalidades diferentes, como Malawi o Trinidad y Tobago. Entre ellos, destaca el delantero maliense Adama Traoré, que acumula 6 goles en los últimos 10 partidos y anotó en la victoria sobre los ucranianos del Shaktar en la primera jornada de Liga de Campeones.
Yansane (Guinea) y Adama (Mali), dos de los atacantes del Sheriff Tiraspol

Yansane (Guinea) y Adama (Mali), dos de los atacantes del Sheriff TiraspolAFP

La pareja de centrales habitual la componen el colombiano Danilo Arboleda y el peruano Gustavo Dulanto y la defensa la completan un viejo conocido de nombre para la afición del Santiago Bernabéu, Cristiano, en el carril derecho, con otro brasileño, Costanza, en el izquierdo. Sin embargo, la diversidad de orígenes de sus futbolistas no es el dato más curioso del rival del Real Madrid.

Sheriff: club, empresa y estado

El Sheriff Tiraspol es un equipo de fútbol que disputa la liga de Moldavia, pero pertenece al territorio de Transnistria, un microestado no reconocido internacionalmente y regido por una empresa con su mismo nombre y logo.
El conjunto amarillo ha llegado a la Liga de Campeones como vencedor del campeonato de Moldavia, país del que Transnistria se declara independiente. Fundado en 1997 por el oligarca Viktor Gushán, el FC Sheriff de la capital de Transnistria, Tiraspol, debe su primera participación en la Champions al dinero del todopoderoso conglomerado dirigido por este antiguo policía y supuesto agente del extinto KGB.

La estrella, omnipresente

El entrenador español, Juan Ferrando, actualmente en el FC Goa indio, conoce de cerca la realidad de este club, ya que lo dirigió en 2013. «La marca Sheriff y el escudo están presentes por doquier», asegura en declaraciones a la Agencia Efe. Tanto es así que los expertos aseguran que ambos controlan un 60% de la economía.
El catalán, que guarda un recuerdo excelente de su época como técnico en la zona, añade que esta visibilidad se hace extensible hasta a la vida cotidiana. «Vayas donde vayas: al restaurante, al supermercado, a la gasolinera...», subraya el catalán. Incluso, afirma que «puede parecer que vives dentro del club».
La estrella del club y de la empresa acompañan el día a día de los ciudadanos transnistrios

La estrella del club y de la empresa acompañan el día a día de los ciudadanos transnistriosAFP

Apéndice de Rusia

Los orígenes del grupo Sheriff hay que buscarlos en los años 90, en los que Gushán se hizo rico adjudicándose las privatizaciones más lucrativas en la recién creada «república» separatista de Transnistria.
Este territorio, más pequeño que la provincia de Pontevedra y fronterizo con Ucrania, declaró unilateralmente su independencia de Moldavia, surgida como Estado soberano durante el proceso que llevó, en 1991, a la disolución de la Unión Soviética.
El apoyo de Moscú, y la presencia de un fuerte contingente de soldados rusos en la región, han permitido a Transnistria mantenerse desde entonces como un Estado independiente de facto, pese a que, sobre el papel, sigue siendo parte de Moldavia y no cuenta con el reconocimiento formal de ningún país del mundo.
Este limbo legal dura ya más de tres décadas y ha condenado al aislamiento a la región separatista, cuyo paisaje urbano sigue dominado por símbolos de la era soviética como carros de combate que se exhiben como monumentos o estatuas de Lenin.

Meca Europea del contrabando

La situación de semiclandestinidad en que vive Transnistria la han convertido también en un terreno particularmente fértil para actividades ilícitas como el tráfico de personas y el contrabando.
La «república» separatista se conoce por ser una fuente de productos de contrabando como cigarrillos, combustible y, en su día, armamento y municiones soviéticas procedentes de los depósitos que la URSS tenía en la zona.
Según han revelado investigaciones académicas y periodísticas, el grupo Sheriff hace uso de su hegemonía en la economía legal para controlar también buena parte de estos lucrativos negocios ilegales.

Un partido político propio

La posición de fuerza del grupo se extiende también al ámbito político. Igual que en 1997 creó un equipo de fútbol, el grupo Sheriff fundó en el año 2000 su propio partido político, Obnovlenie, o «Renovación» en ruso.
Obnovlenie ganó sus primeras elecciones en 2005, y sacó 29 de los 33 diputados en los comicios al Soviet Supremo –como aún se llama el parlamento transnistrio– de noviembre del año pasado.

Una gran victoria diplomática

La provechosa simbiosis entre el grupo de Gushán y la clase política de Transnistria ha cosechado uno de sus resultados más espectaculares con la entrada en la fase de grupos de la Liga de Campeones del Sheriff.
El periodista de investigación, Madalin Necsutu, que ha investigado a la firma Sheriff y al equipo detalla cómo la llegada a la máxima competición continental puede suponer el cumplimiento de más de un objetivo. «El deporte es también una forma de soft power que en este caso le servirá a la región separatista de Transnistria para conseguir visibilidad internacional», recuerda en declaraciones a EFE.
El periodista apunta a que el régimen del país puede obtener un buen resultado del encuentro ante el club blanco, más allá de lo que ocurra en el terreno de juego. «Lo que el régimen separatista no ha conseguido ni siquiera a nivel regional a través de la diplomacia clásica lo está obteniendo a nivel global a través del fútbol con el golpe de imagen que supone que el Sheriff se mida a equipos como el Real Madrid», concluye el periodista.
El equipo se conoce como "las avispas" por los colores amarillo y negro de sus equipaciones

El equipo se conoce como «las avispas» por los colores amarillo y negro de sus equipacionesAFP

Campeón intratable en Moldavia

Necsutu destaca la paradoja de que un equipo alineado con las autoridades de Tiraspol se valga de su afiliación a la federación de fútbol de un Estado legítimo, Moldavia, para competir internacionalmente y favorecer así los intereses separatistas.
El Sheriff no solo tiene permitido jugar en la Liga del «enemigo». Desde que consiguió su primer título de la Liga moldava en el año 2001, el equipo de Gushán ha ganado la competición 19 veces de las 21 que se ha disputado.
El secreto del éxito abrumador del Sheriff es, en primer lugar, un presupuesto muy superior al de todos sus rivales del otro lado del Dniéster, el río que da nombre a la «república» rebelde.
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