127 muertos y más de 200 heridos, en un partido de fútbol en Indonesia
Qué pasó en el partido de fútbol de Indonesia para que ocurriera la segunda mayor tragedia de la historia en un estadio
Más entradas vendidas, una invasión por un cabreo tras el resultado, el uso de gas lacrimógeno... al menos 125 personas murieron por asfixia o aplastados
Al menos 125 muertos en una de las grandes tragedias en la historia del fútbol. Se calcula que, por número de muertos y heridos (unos 323 a falta de cifras exactas), es la segunda mayor tragedia de la historia del fútbol. 125 aficionados a este deporte que perdieron la vida tras acudir al estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, en la provincia de Java Oriental, para ver uno de los grandes partidos de la liga local: el duelo entre el Arema y el Persebaya Surabaya.
Para entender qué pasó en Indonesia en este drama humano hay que explicar lo que significaba este encuentro. El contexto es que estos dos clubes son eterno rivales y el Arema, que jugaba en casa, llevaba más de dos décadas sin perder ante su gran rival. Y cayó derrotado en la noche del sábado (2-3), motivo por el cual gran parte de los aficionados saltaron al campo en forma de protesta. No admitieron lo visto en el encuentro, que se desarrolló con tensión pero sin incidentes. Para muchos era la primera vez que veían perder a su equipo ante el eterno rival. Y fue ahí cuando se originó la gran tragedia.
La policía entró en el césped para desalojar a los hinchas, varios de ellos embistieron contra los agentes y a su vez destrozó infraestructuras del estadio. Se calcula que fueron 3.000 los que invadieron el césped, una cifra muy considerable. También, fuera y dentro del campo, se rompieron vehículos y se originó un brote de violencia a causa de esta derrota que muchos de los seguidores del Arema jamás habían visto. «Todo se volvió anárquico, atacaron a la policía», ha explicado el responsable policial.
Fue entonces cuando los agentes comenzaron a actuar y a lanzar gas lacrimógeno en un intento de frenar los ataques. Eso provocó el pánico en muchos de los aficionados, que salieron corriendo provocando así una gran estampida. También lanzaron el gas a las gradas, formando una auténtico tapón. Los hinchas, nerviosos, sin pensar, huyendo de la policía, no podían ir ni para un lado ni para otro. Ese lanzamiento de botes de gas lacrimógeno está ahora siendo investigado por la propia policía de Indonesia. Y hay que recordar a su vez que su uso está prohibido por la FIFA en el interior de estadios debido a su potencial peligro.
Ante esa situación, cientos de personas se quedaron sin oxígeno. Era un espacio muy determinado, lleno de gente, con dificultad para respirar. La mayoría de las víctimas murieron por asfixia, pero otras tantas también lo hicieron pisoteados. Fallecieron aplastados entre unos y otros en un drama que se investiga, porque varios testigos explican que algunos agentes además de lanzar el gas también utilizó porras y dio golpes y patadas, lo que habría aumentado el pánico de los asistentes. Las salidas quedaron totalmente taponadas, los hinchas se fueron a un mismo lugar y allí encontraron la muerte.
Tragedia en el fútbol: al menos 125 personas han muerto en Indonesia
Sin que se haya confirmado aún este extremo, otra explicación a la tragedia es la inmensa cantidad de gente que había, muchas más de las que cabían. El estadio tiene un aforo de algo más de 40.000 butacas, pero se cree que se vendieron hasta 4.000 entradas más allá del aforo permitido. Hay que señalar que este era el gran partido para la afición local, el encuentro más esperado, y es posible que los organizadores se aprovecharan de su tirón para vender muchas más entradas de las que correspondían al estadio. Un mayor número de aficionados derivó en que el estadio no diera abasto para dar salida a los seguidores cuando intentaban huir de los agentes.
El gobierno de Indonesia ha anunciado este lunes la apertura de una investigación independiente y han explicado que a tenor de lo visto en vídeos los oficiales de seguridad «se excedieron y actuaron fuera de su autoridad». Entre los 125 fallecidos se ha confirmado la muerte de 17 niños.
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