El árbitro Hernández Hernández en un partido del Barcelona
Así explican los árbitros por qué al Barça no le pitaron un penalti en contra mientras pagaban a Negreira
Medina Cantalejo contesta a esa situación totalmente anómala que se produjo de 2016 a 2018
La Federación desvela que un árbitro no colabora en la investigación sobre el caso Negreira
Los árbitros españoles han dado este jueves, en la sede de la Federación, una muestra de unidad ante el caso Negreira. Colegiados actuales y antiguos se han reunido para cerrar filas en torno al arbitraje español y defender la honestidad y honorabilidad de todos los colegiados.
«Soy nieto, hijo y padre de árbitro. Ni yo soy un corrupto ni vosotros sois corruptos. Vamos a luchar hasta el final para que nuestro nombre quede como está y que cada uno quede en su sitio», ha dicho Medina Cantalejo, actual presidente del Comité de Árbitros (CTA), al borde del llanto. Medina era árbitro en la época de la vicepresidencia de Negreira y ahora es el máximo cargo de los colegiados.
En una larga comparecencia, el jefe actual de los árbitros ha recibido varias preguntas. Una ha sido si él tenía explicación a que el Barcelona estuviera dos años sin que le pitaran un penalti en contra.
Hay que recordar que el Barcelona estuvo dos años enteros (y por tanto dos ligas completas) sin que le pitaran un penalti en contra. Desde el 14 de febrero de 2016 al 10 de febrero de 2018 los rivales del Barça no gozaron de ningún penalti a favor. Fueron 76 jornadas consecutivas en las que nadie le lanzó una pena máxima al club azulgrana. En ese tiempo se pitaron 224 penaltis en LaLiga: ninguno fue en contra del Barça.
La respuesta de Medina Cantalejo ha sido muy diplomática y sin dar una gran explicación. «Si no se pitaron era porque no los habría a juicio de los árbitros». Ese ha sido el análisis de un hecho que jamás ocurrió en la historia de LaLiga, unos datos totalmente anómalos y que además se produjeron en un contexto en el que al menos está la duda: fue de 2016 a 2018, años en los que el Barcelona pagó 1,4 millones de euros a Enríquez Negreira, el número dos del Comité de Árbitros.
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