La segunda reconstrucción del Atlético, el equipo que quiere «soñar en grande» para derrotar a Madrid y Barça

El Atlético de Madrid vivió una temporada en la que pasó de la ilusión a la decepción en poco más de un mes. Hasta los meses de marzo y abril, el conjunto colchonero estuvo vivo en las tres competiciones que disputó, pero el sueño de acabar el año tocando metal se esfumó con pinchazos en Liga, una dolorosa eliminación en los octavos de Champions frente al Real Madrid (que será recordada, negativamente, por el doble toque de Julián en la tanda de penaltis) y una despedida en las semifinales de Copa del Rey frente al Barça.

Para afrontar la 24/25, el Atleti se gastó casi 200 millones en los fichajes de Julián Álvarez, Alexander Sorloth, Conor Gallagher y Robin Le Normand. Y el tiempo acabó dejándole claro al conjunto colchonero que, en el fútbol actual, hay veces que el dinero no lo es todo y que es mucho más importante armar un bloque que te permita estar vivo durante todo el año.

En el Atlético de Madrid quieren volver a ganar. Eso es algo con lo que sueña el aficionado colchonero y desde el club se está haciendo un importante esfuerzo económico para conseguir desbancar a Real Madrid y FC Barcelona, los dos grandes transatlánticos del fútbol español que suelen llevarse la mayoría de los títulos año tras año.

Y para conseguir eso, el conjunto rojiblanco está llevando a cabo en este mercado estival una reconstrucción 2.0. El mal final de temporada ha hecho reaccionar al Atlético y desde la dirección deportiva se han puesto manos a la obra para diseñar un Atleti ganador que pueda derrotar al conjunto blanco y al azulgrana.

Hasta el momento, el conjunto colchonero ha desembolsado un total de 153 millones en ocho futbolistas, que han sido Juan Musso, Santiago Mouriño (aunque se fue traspasado al Villarreal), Marc Pubill, Matteo Ruggeri, Thiago Almada, Johhny Cardoso, David Hancko y Álex Baena.

Todos estos futbolistas han sido peticiones expresas del Cholo Simeone. El argentino quería contar con un lateral derecho y otro izquierdo, un central de nivel, un pivote defensivo (el clásico '5' de toda la vida), un interior y un mediapunta. Y la dirección de fútbol del conjunto colchonero le ha traído esos refuerzos. Tan sólo falta un extremo regateador que aporte algo de verticalidad por banda izquierdo. Y ese candidato podría ser el italiano Giacomo Raspadori, que le costaría al conjunto colchonero algo más de 20 millones de euros.

Con la llegada del actual futbolista del Nápoles, el Atlético daría por cerrada su plantilla para la 25/26 salvo algún giro inesperado. Y con todo eso, el conjunto colchonero buscará competirle de tú a tú a Real Madrid y Barcelona en una temporada en la que ya no valdrán las excusas. La dirección de fútbol encabezada por Carlos Bucero se ha gastado el dinero que hacía falta y Simeone contará con una plantilla lo suficientemente competitiva para pelear por todo.

Esto es algo que ya dijo Saúl Ñíguez. El exfutbolista colchonero fue claro y afirmó que el Atlético debe de ir a por todas esta temporada. «Cuando el club invierte cada vez más, también debe asumir que ya no hay excusas. El año pasado 200 millones y este año otros 200. Ya no puedes poner la excusa de 'es que Saúl cobra mucho'. Ahora la realidad es esta. Si gastas lo mismo que todos, tienes que competir por todo. No se puede hablar solo de transición o de competir dignamente. Hay que exigir resultados».

El trabajo ya está hecho. El Atlético ha vuelto a invertir una gran cantidad de dinero en fichajes y ha fichado todas aquellas piezas que no pudo traer en la 24/25. Ahora, el plantel de Simeone está obligado a competir y a rendir al máximo desde el primer hasta el último día. Porque si comete los mismos errores del pasado, el resultado volverá a ser el mismo y la inversión no habrá servido para nada. Y en ese sentido, Miguel Ángel Gil Marín, CEO del Atlético, se muestra ambicioso: «Creemos firmemente que estamos haciendo una plantilla para soñar en grande. Somos ambiciosos, tomamos riesgos, hemos incorporado e incorporaremos nuevos socios dispuestos a invertir capital, que es necesario para seguir creciendo en lo deportivo, en lo social y en infraestructuras».