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12 de mayo de 2024

Novak Djokovic durante su primer entrenamiento en Australia

Novak Djokovic durante su primer entrenamiento en AustraliaEFE

La necesidad de Djokovic de saldar su gran cuenta pendiente con Australia

'Nole' ha vuelto a Australia después de todo lo ocurrido el año pasado y es el gran favorito a llevarse el major que se pone en juego

Novak Djokovic está de vuelta en Australia mucho antes de lo que imaginábamos. El tenista serbio tenía una sanción de tres años sin poder entrar al país, pero finalmente el Gobierno laborista que llegó al poder en el mes de mayo decidió retirarle la sanción y concederle el visado para poder viajar y disputar el primer slam del año, un torneo que 'Nole' ha levantado en nueve ocasiones.
Los registros de Djokovic en Melbourne son espectaculares. El ganador de 21 títulos de Grand Slam tiene un récord de 82-8 en el Abierto de Australia, donde lleva sin perder desde 2018, cuando cayó en cuartos de final ante el surcoreano Hyeong Chung. Además, sus victorias ante el top-10 en Australia mejoran considerablemente si se compara con el resto de torneos. En este evento ha cosechado una marca de 27-5 lo que supone un 84,4 %, muy por encima del 213-102 que tiene contra los 10 mejores en el resto de torneos, lo que hace un porcentaje de victorias de 67,6 %.

Una espina clavada

En su llegada a Australia el serbio dejó claro que «lo que pasó hace 12 meses no fue fácil de digerir durante un tiempo. Al mismo tiempo, tuve que seguir adelante y ese acontecimiento y esas circunstancias no reemplazarán lo que he vivido en Melbourne anteriormente y en Australia a lo largo de mi carrera. Para mí ha sido una valiosa experiencia de aprendizaje».
'Nole' pasó una época muy mala por lo ocurrido en Australia y es de esperar que busque saldar la cuenta pendiente que tiene con el país oceánico. De hecho, ha sido uno de los primeros jugadores en viajar algo que no suele ser habitual en él, pues en ocasiones anteriores solía retrasar su viaje incluso una semana. Eso habla a la perfección de las ganas que tiene de triunfar de nuevo y viendo el nivel al que terminó la temporada y lo bien que se ha desempeñado en este torneo a lo largo de su carrera es justo decir que es el principal favorito.
Sobre este asunto ha hablado también 'Nole', que considera un reto adaptarse a los horarios australianos: «Es un reto venir a Australia por el huso horario y por ello hice algo diferente y vine antes de lo acostumbrado. El objetivo es alcanzar la cima de juego en Melbourne: es donde quiero jugar mejor».
Lo que todavía habrá que ver es el recibimiento que tiene Djokovic por parte de los aficionados australianos, ya que en una encuesta reciente se reveló que más del 60 % de la población no estaba de acuerdo con el regreso del serbio. Las primeras muestras avanzan que el serbio será querido, toda vez que en los pocos partidos (de poca relevancia) que ha jugado hasta ahora todo han sido aplausos.
«Si no tuviera ganas de venir a Australia no estaría aquí. Yo quiero estar aquí. Me alegro de haber recibido hasta ahora la acogida que deseaba. La experiencia general hasta este momento es muy positiva», ha dicho para justificar que él está cómodo en la tierra donde el año pasado vivió el episodio más difícil de su carrera.
Novak Djokovic en un entrenamiento junto a Jannik Sinner en Adelaida

Novak Djokovic en un entrenamiento junto a Jannik Sinner en AdelaidaAFP

Realmente no se podrá saber como será el recibimiento de Djokovic en Australia hasta que no salte a pista del Open de Australia. Lo que sí se sabe ya es que el serbio ha sufrido una nueva baja en su equipo técnico. Se trata del argentino Ulises Badio, su fisioterapeuta, que llevaba junto a él desde 2017 y que fue clave para que 'Nole' regresara a su mejor nivel después de su operación en el codo.
Le sustituirá Claudio Zimaglia, italiano y con un nombre en el circuito, pues ha trabajado con grandes jugadores como Jannik Sinner, Brandon Nakashima o Milos Raonic. El italiano se une al técnico croata Goran Ivanisevic, una vez quedó atrás el eslovaco Marian Vajda o la asesoría de Boris Becker, una lista a la que ahora se suma Ulises Badio.
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