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25 de abril de 2024

La compraventa de viviendas encadena doce meses consecutivos de tasas positivas

Es posible cambiar de hipoteca de tipo variable a una de tipo fijoEuropa Press

Vivienda

Por qué deberías cambiar tu hipoteca al tipo fijo

El euríbor a un año, que es el índice con el que se calcula el interés de las hipotecas variables, ha subido en abril hasta el 0,013 %, registrando una media mensual positiva por primera vez desde enero de 2016. Además, todo apunta a que esta referencia seguirá al alza, sobre todo si el Banco Central Europeo (BCE) confirma los rumores y aumenta sus tipos de interés este verano.
Este, por lo tanto, es un buen momento para pasar una hipoteca variable al tipo fijo y quedar a salvo de las subidas del euríbor. Según el comparador financiero HelpMyCash.com, todos los clientes con un interés ligado a esta referencia pueden llevar a cabo esta operación, pero hay un colectivo al que le puede salir especialmente a cuenta: los que contrataron su préstamo entre los años 2011 y 2015.

Interés de las variables

El interés de las hipotecas variables es la suma de dos componentes: el valor del euríbor y un porcentaje fijo llamado diferencial. Por lo tanto, si este índice cotiza al alza, las cuotas de estos productos se encarecen en cuanto se actualiza su tipo de interés, que suele ser una vez al año o al semestre.
Según HelpMycash, la mayoría de las hipotecas variables contratadas entre 2011 y 2015 tienen un diferencial que oscila entre el 1,50 % y el 2 %. En los préstamos firmados fuera de este período, en cambio, los tipos son mucho más bajos: alrededor del euríbor más 0,5% antes del 2011 y en torno al euríbor más 1 % desde 2016.
El euríbor, que ha cerrado el mes de abril en valores positivos, provoca que muchas de las hipotecas variables contratadas entre 2011 y 2015 vayan a tener un interés de más del 1,50 %, que es el tipo fijo medio que los bancos ofrecen actualmente. Es decir, si los poseedores de estos préstamos se pasan ya a un interés fijo, no solo disfrutarán de unas cuotas estables para siempre, sino que también podrán ahorrarse algo de dinero al mes.
Es posible cambiar de hipoteca de tipo variable a tipo fijo, bien sea negociando con la entidad (novación) o cambiando de banco (subrogación).

Novación

La novación consiste en la contratación de una nueva hipoteca con otro banco diferente y usar el dinero prestado para liquidar el préstamo que se tiene vigente.
Es la opción más cara, ya que hay que pagar la tasación (que ronda los 300 euros), la comisión por amortizar anticipadamente el crédito actual y los gastos asociados a su cancelación registral (en torno a los 1.000 euros).

Subrogación

La subrogación de acreedor es la opción más barata de cambiar de hipoteca ya que consiste en traspasar la hipoteca de un banco a otro para modificar su interés o su plazo.
En esta ocasión es necesario pagar la tasación de la vivienda para que el nuevo banco conozca el valor real del inmueble, además de la comisión de subrogación que cobre el banco al que se abandona, que suele costar entre el 0 y el 2 % sobre el importe pendiente.
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