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El presidente español, Pedro Sánchez, rodeado de Olaf Scholz (izquierda de la imagen) y Antonio CostaPaula Andrade

Mismo partido, diferente resultado

Sánchez suspende en IPC y desempleo mientras las socialistas Alemania y Portugal ya mejoran

Los homólogos del PSOE en estos dos países tienen mejores cifras cuando representan, sobre el papel, perfiles políticos similares

La economía alemana, la española y la portuguesa son muy diferentes, aunque en estos momentos se asemejan en que las tres cuentan con presidentes socialistas. Sus diferentes estrategias están sin embargo mostrando resultados muy distintos. La inflación en España (10,8 %) está por delante de la registrada en Alemania (8,5 %) y en Portugal (9,1 %), y lo mismo ocurre con la tasa de paro. Mientras el desempleo en Alemania lleva tiempo por debajo del 4 % (ahora 2,8 %) y en Portugal se sitúa en la actualidad en torno al 6 %, España rebasa el 12 % y es el gran líder europeo en este terreno. Los datos de los dos primeros demuestran que el socialismo no tiene por qué identificarse con un paro alto, como tampoco equivale a impuestos altos. Costa apuesta por los impuestos bajos para atraer inversión desde que inició su mandato en 2015, y Scholz acaba de anunciar una rebaja de 10.000 millones en impuestos en Alemania para aligerar a los ciudadanos la carga de la inflación.
Los resultados son que la economía portuguesa recuperó su PIB prepandemia en el primer trimestre de este año. España es el único gran país europeo que no recobrará este año su PIB prepandemia. La economía alemana por su parte es la más importante de Europa. Aunque lleva tres trimestres languideciendo y atraviesa un momento crítico por la dependencia del gas ruso, se encuentra en una situación mucho mejor que la de España para afrontar la crisis global. Además de la importancia de su industria, su deuda es del 68,2 % del PIB (España está en el 117,7 %) y su déficit en 2021 fue del 3,7 % del PIB (España, el 6,87 %), entre otras cuestiones.

La mala receta de Sánchez

La invasión de Ucrania, los efectos de la pandemia o el exceso de liquidez en el mercado afecta a la economía de todos los países, pero mientras algunos reciben a veces alguna señal positiva, en España hace tiempo que no la tenemos. Estados Unidos, por ejemplo, ha visto rebajarse esta semana seis décimas la inflación y recuperarse el empleo hasta los niveles previos a la pandemia. En Alemania e Italia ha bajado una décima el IPC y en Francia ha subido, pero se mantiene 4,7 décimas por debajo de la nuestra (6,1 % vs 10,8 %).
Mientras tanto, en nuestro país sigue costando percibir la repercusión positiva de las medidas anti-inflación promovidas por el Gobierno. Recogiendo el descuento de veinte céntimos el litro instaurado el 1 de abril, el precio del litro de gasolina se situaría hoy en 1,66 euros, un 17 % más caro que en agosto de 2021.
Por lo que se refiere al precio de la luz, julio cerró el primer mes completo del tope del gas con el segundo precio de la energía más caro (252,3 euros el megavatio/hora) y dejando la tercera factura más cara de la historia para los consumidores con tarifa regulada. Ayer el precio subía hasta los 301,31 euros por megavatio hora.
A pesar de estos datos, que impactan de manera directa en la subida del IPC, el Gobierno sigue negándose a deflactar el IRPF para evitar que la subida de la inflación afecte al poder adquisitivo. El motivo está seguramente en lo que el Instituto de Estudios Económicos explicaba hace tiempo en El Debate: Hacienda ingresa 800 millones de euros más por cada punto que aumenten los precios sin que el Ministerio de la Seguridad Social deflacte la tarifa del IRPF.
La subida de precios que todos notamos a nivel particular se constataba ayer a nivel general con la difusión del dato de IPC por parte del Instituto Nacional de Estadística. La preocupación de hace unos meses por la subida del precio de la energía se ve aumentada ahora por el incremento del coste de los alimentos más básicos, sin que el Gobierno sea capaz de orquestar medidas efectivas que atenúen estos problemas.
La inflación española de este mes (10,8 %) está por encima de la media de la eurozona (8,9 %), Portugal (9,1 %), Alemania (8,5 %), Francia (6,1 %) o Italia (8,4 %), entre otros. Si cerramos el año en una inflación media del 8 % (Bruselas espera un 8,1 % para nuestro país), la factura adicional de gasto en pensiones será de unos 14.000 millones (el Banco de España calcula un sobrecoste de 1.800 millones de euros por cada punto adicional de IPC).

Atascados con el paro

España sigue siendo, por otra parte, el líder europeo del paro. Según las cifras de Eurostat, nuestro 12,6 % de tasa de desempleo nos sitúa a la cola de Europa. Solo Grecia comparte con nosotros una tasa superior al 10 % (12,3 % en su caso). La media de la zona euro se ubica en el 6,6 %, mínimo histórico desde el inicio de la serie, en 1998. Nuestro país vecino, Portugal, con un Gobierno también de izquierdas, tiene una tasa de paro del 6,1 %.
España cuenta además con la segunda peor tasa de paro juvenil, el que se refiere a los menores de 25 años. La nuestra es un 27,9 %, frente al 13,6 % de media de la eurozona. En Alemania está en el 5,4 % y en Portugal en el 19,3 %. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señalaba ayer que la tasa global de paro juvenil caerá al 14,9 % este año, una cifra por desgracia muy lejana a la nuestra. El panorama para los jóvenes en España no parece que sea el mejor de los posibles.