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20 de abril de 2024

Un 'rider' de Deliveroo en Madrid

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La Gran Renuncia

Los españoles se lanzan a completar sus ingresos con un segundo sueldo: «Acepto lo que sea»

La incertidumbre ante una inflación prolongada lleva a millones de españoles a buscar un segundo empleo con el que compensar la caída de su poder adquisitivo. Los autónomos con pluriactividad subieron en 6.500 en el segundo trimestre

La crisis de la inflación avanza hacia España al mismo ritmo que lo hace la contracción de la economía. Desde que el Gobierno presentara sus pronósticos para el 2023, un aluvión de instituciones –nacionales e internacionales– han rebajado las cifras pintando un año más negro de lo planteado por el Gobierno. La curva de los precios seguirá prolongándose y los hogares se enfrentan a unos turbulentos meses, en los que la actividad se verá frenada.
Las cifras ya se dejan sentir en la calle. Un 80 % de los hogares pospondrán sus grandes gastos para destinarlos a afrontar pagos fijos o dedicarlos al ahorro, según el Observatorio Cetelem. El dato revela dos conclusiones. Por un lado, que la normalización monetaria llevada a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) funciona. La demanda empieza a menguar en el panel de expectativas de las familias, lo cual ayudará a compensar la escasa oferta. Por otro lado, cada vez se hace más evidente la pérdida del poder adquisitivo, en un momento en el que el mercado laboral sigue latiendo.
En paralelo, los salarios no terminan de ajustarse a la situación. Con el pacto de rentas estancado, pocas empresas han aprobado subidas salariales para ayudar a sus empleados a afrontar el alza de la inflación. Ante los nubarrones, la inercia está llevando a los negocios a apuntalar sus cuentas ante lo que pueda ocurrir. Una coctelera que ha llevado a que un 55 % de los españoles admita que renunciaría a su puesto de trabajo para conseguir un sueldo mejor.
La encuesta Global Workforce of the Future 2022 revela varios datos interesantes. Siete de cada diez empleados españoles están satisfechos con su actual trabajo. Sin embargo, la incertidumbre pesa. Un 64 % teme que su salario no sea suficiente como para hacer frente a la tormenta de los precios. De hecho, un 45 % de los españoles se plantea buscar un segundo empleo para completar sus ingresos.
«Llevo meses aceptando todos los conciertos que me proponen», dice Matías, pianista y padre de dos niños de 5 y 3 años. Compagina su trabajo como profesor en una escuela municipal de música, con conciertos y ‘bolos’ que le van surgiendo. «Al principio solo aceptaba grandes conciertos que me dieran más visibilidad o que me hicieran más ilusión, ahora estoy aceptando trabajos de acompañamiento a audiciones», revela. Su intención es destinar el sobresueldo al pago del encarecimiento de su cuota hipotecaria.
Ya en el segundo trimestre del año, se produjo un incremento de altas de autónomo con pluriactividad. Entre los meses de abril y junio, más de 6.500 empleados buscaron completar sus ingresos como colaboraciones o freelance. «Trabajo fines de semana, he doblado las horas de estudio (de las piezas) y hemos tenido que pedir más ayuda a nuestros padres con los niños», lamenta Matías, a quien le empiezan a pesar las horas de sobreesfuerzo semanal.
No es un caso aislado. La precariedad a la que se enfrentan buena parte de los jóvenes en sus primeros años de carrera laboral lleva a muchos de ellos a buscar un segundo empleo. «No puedo pedir más dinero a mis padres», dice Mireia, que empezó sus prácticas en una revista en Madrid antes del inicio del verano. Por las mañanas aprende a escribir sobre economía, por las tardes es recepcionista en una clínica dental. «La beca me ayuda a pagar el transporte y los viajes a casa de mis padres (Cambrils), pero con el sueldo de la clínica puedo pagar la habitación». Confía en conseguir un contrato en el medio comunicación en el que trabaja cuando se le termine la beca.
El director general del grupo Adecco en España, Iker Barricat, lanza algo de luz sobre un futuro complejo. «El salario es prioritario en estos momentos de incertidumbre o con trabajadores que no están comprometidos ya con el proyecto empresarial, pero es claramente insuficiente por sí solo para establecer un vínculo a largo plazo. Para hacer frente a este problema de la Gran Renuncia, que cada vez es más común en la empresa española, debemos trabajar las políticas de flexibilidad, así como invertir en la plantilla y centrarse en ofrecer oportunidades de aprendizaje permanente», asegura. El sueldo ayuda, la motivación –muy devaluada– puede ser más efectiva.
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