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Valdis Dombrovskis y Paolo GentiloniEuropa Press

Suspensiones fiscales

Bruselas frena el gasto y volverá a exigir déficit máximo del 3 % en 2026

La Comisión emitirá recomendaciones fiscales a medida para cada Estado

Bruselas ha invitado a los Estados miembro a presentar, antes de finales de abril, sus programas de Estabilidad y Convergencia, acorde a los criterios de ajuste fiscal propuestos por la Comisión.
Entre ellos, se exigirá que los países respeten el valor de referencia del 3% del PIB para el déficit y garanticen una senda de reducción «creíble y continua» de la deuda, o de mantenimiento de la misma en niveles prudentes a medio plazo.
Además, deberán identificar cómo las reformas e inversiones previstas, incluso dentro de los Planes de Recuperación y Resiliencia, pueden contribuir a la sostenibilidad fiscal y al crecimiento sostenible e integrador.

España

En lo que respecta a España, de cara a los próximos ejercicios, el Gobierno prevé que en 2023 el déficit público bajará al 3,9%, frente al 4% estimado anteriormente; en 2024 se situará en el 3,3%, frente al 3,2% anterior, y caerá al 2,9% en 2025, por lo que para ese año se espera que España consiga salir del procedimiento de déficit excesivo.
La revisión de la disciplina fiscal que ya perfiló el Ejecutivo comunitario en noviembre contempla reglas más flexibles y asequibles, tales como una senda de gasto neto a medio plazo que esté sujeta a la deuda específica de cada Estado miembro y que tenga un horizonte de cuatro años ampliable hasta un máximo de siete.
«Estas orientaciones reflejan el espíritu de las orientaciones de reforma de la Comisión», ha aseverado Gentiloni, quien ha apuntado que las recomendaciones fiscales específicas por país para 2024, que se presentarán en mayo, contendrán un requisito cuantitativo, así como orientaciones cualitativas sobre inversión y medidas energéticas.
Estas propuestas nacionales se cuantificarán y diferenciarán en función de los retos de deuda pública de cada país y se basarán en los objetivos fiscales establecidos por cada Estado miembro, que serán revisados por Bruselas.

Requisitos

Los requisitos se diferenciarán en función de los retos de sostenibilidad de la deuda de cada país, siguiendo los criterios propuestos en las orientaciones de reforma planteadas por Bruselas en lo que el comisario ha descrito como un «delicado» ejercicio de equilibrio, necesario para avanzar hacia un marco «creíble y sólido».
Todo ello, permitirá a las capitales definir sus políticas fiscales para 2024, que Bruselas quiere que sean «prudentes» en cuanto al gasto corriente, además de proteger la inversión. «Se trata de una fase transitoria y debemos trabajar con celeridad para que el conjunto de normas reformadas se apruebe lo antes posible», ha zanjado Gentiloni.