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03 de mayo de 2024

Un joven mira su teléfono móvil mientras espera para entrar en una oficina del SEPE en Valencia.

Un joven mira su teléfono móvil mientras espera para entrar en una oficina del SEPE en ValenciaEP

El túnel de los jóvenes españoles (IV)

Precariedad y un poder adquisitivo en caída libre: el drama de los jóvenes en el país con más paro juvenil de Europa

España sigue liderando la tasa de desempleo juvenil de toda la Unión Europea

Sueldos precarios, acceso a la vivienda, desempleo… Ser joven en España se está convirtiendo en una profesión de alto riesgo. En los últimos quince años, la situación económica de los menores de 25 años no ha dejado de empeorar y es el grupo poblacional más expuestos a los vaivenes de la economía.
En el tercer trimestre de este año, la tasa de desempleo juvenil se situó en el 27,8 %, una cifra que casi dobla la media de la eurozona. El problema es que se trata de una estadística muy sensible a los movimientos de los mercados y cualquier sacudida dispara al alza el porcentaje. Si mientras la crisis financiera el paro juvenil llegó a máximos históricos del 56,9 %, los efectos del coronavirus hicieron que pasar del 30,5 % al 40,4 % en apenas nueve meses.
Mucho tiene que ver con la precariedad de este grupo de edad. Los contratos indefinidos a menores de 25 años apenas suponen el 3,3 % del total, mientras que, en el caso de los temporales, esta cifra aumenta hasta el 17,7 %. Además, la presencia de jóvenes en el sector servicios es particularmente alta en comparación con la construcción o la agricultura.
Esta precariedad tiene su reflejo en los salarios. La renta media por grupos de edad entre 2008 y 2022 ha subido poco más de un 20 %, pero el comportamiento de las distintas categorías muestra importantes variaciones. Así, mientras que los mayores de 65 años han incrementado su renta un 36 % –principalmente por el aumento de las pensiones–, la de los jóvenes entre 16 y 29 años apenas lo ha hecho un 13 %.
Si a esto le sumamos que en el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2008 y el 31 de diciembre de 2022 el IPC ha aumentado un 29,9 %, el poder adquisitivo de los jóvenes ha caído en 17 puntos porcentuales mientras que el de los mayores de 65 es el único que crece.
Un reciente estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) calculaba que los jóvenes tardan ahora siete años más en alcanzar el salario de sus padres y que el 53,2 % de las personas entre 16 y 29 años tiene dificultad para llegar a final de mes.

Tasa de pobreza

No es casualidad entonces que la evolución de la tasa de pobreza de todos los grupos de edad en el mismo periodo salvo el de los mayores de 65. En el caso de los jóvenes entre 16 y 29 años, esta cifra ha crecido en cuatro puntos porcentuales hasta el 22,3 % y en los senior ha descendido del 25,5 % al 18,7 %, casi siete puntos menos.

España vaciada

Ante la falta de oportunidades, la cada vez más escasa población menor de 25 años ha ido abandonando paulatinamente las regiones menos atractivas en materia laboral. Quitando Ceuta y Melilla, con un tejido social muy particular, solo Madrid, Cataluña, País Vasco, Navarra, Baleares y Murcia han notado un incremento de población en los últimos quince años. Por el contrario, en el resto del país el descenso poblacional ha sido escandaloso, especialmente en Extremadura (-18 %), Castilla y León (-13,9 %) y Asturias (-11,2 %).

El problema de la vivienda

Aunque el acceso a la vivienda se ha convertido en un grave problema en ciertas ciudades, son los jóvenes los que más problemas tienen para emanciparse. Según los datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE), los españoles no dejan la casa de sus padres hasta superados los 30 años, muy por encima del resto de la UE.
Con un precio medio de 912 euros al mes, una persona joven necesita invertir el 83,7 % de su sueldo neto para poder acceder a un alquiler. Sumados los suministros, a un joven con el salario medio solo le quedarían 36,93 euros para alimentos, ropa y ocio.
El informe destacaba además que los estudios superiores no garantizan «en ningún caso» una mejora de la situación. De hecho, España tiene el mayor porcentaje de nacionales –con ciudadanía española– de toda la Unión Europea.
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