Hay numerosos ejemplares de peseta que pueden alcanzar valores elevados
Numismática
Esta moneda con el perfil de Franco puede valer hasta 36.000 euros
No vale cualquier moneda de peseta, sino que hay que fijarse, por ejemplo, en las estrellas que aparecen en el revés de la misma
La peseta ha sido la moneda que han utilizado los españoles durante más de 130 años. De hecho, a lo largo de toda su historia fue testigo de numerosos acontecimientos en España, un factor que ha provocado que algunos de los ejemplares tengan hoy en día un valor más elevado del que tenían en el pasado, cuando estaban en circulación.
En este sentido, al ser la moneda que existía durante la dictadura franquista, el rostro de Francisco Franco aparece en numerosas monedas que todavía se conservan y que pueden adquirir un alto valor. Al mismo tiempo, uno de los lugares más habituales en donde se pueden encontrar es en las diferentes subastas numismáticas.
Una de estas monedas es la peseta de Benlliure. Los expertos la consideran como 'muy rara', ya que se trata de una pieza de 1946 en la que el busto tiene elementos de relieve que hubo que rectificar y que la diferencian de otras monedas posteriores. En algunas casas especializadas se paga hasta 7.600 euros por ella.
Peseta de Benlliure
Moneda de cinco pesetas de 1949
Asimismo, otra moneda que puede alcanzar gran valor son las cinco pesetas de 1949. En este caso, se debe tener en cuenta que aquella que puede alcanzar un precio entre los 12.000 y los 36.000 euros es la que presenta un detalle en los números troquelados (dos estrellas alrededor de la palabra cinco).
Moneda de 5 pesetas de Franco de 1949
Por otro lado, aunque también hay numerosos ejemplares de peseta que pueden alcanzar valores elevados, no vale cualquier moneda, ya que hay que fijarse en las estrellas que aparecen en el revés de la misma y en la antigüedad o el periodo histórico. Finalmente, otras pesetas que se pueden adquirir por precios altos son las 100 pesetas de 1870, duro de Alfonso XIII de 1891 o 100 pesetas de Alfonso XIII.
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