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30 de abril de 2024

Trabajadores de la Denominación de Origen Protegida Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó, tratando el producto

Trabajadores de la uva en VinalopóDenominación de Origen Protegida Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó

Bruselas pone fin al 'secreto salarial': saber lo que cobran tus compañeros dará más de un quebradero de cabeza a la empresa

La Directiva de Transparencia Retributiva obligará a publicar los niveles retributivos dentro de la empresa e impedirá preguntar a los candidatos por su sueldo pasado

El reloj corre para que llegue el fin del conocido como 'secreto salarial'. España deberá adaptar antes de tres años la reciente Directiva de Transparencia Retributiva, que obligará a publicar las escalas salariales dentro de la empresa –en ningún caso cifras individualizadas, protegidas por las leyes de protección de datos– e impedirá preguntar a los candidatos por su sueldo pasado.
La directiva exige a las empresas e instituciones con más de 250 empleados publicar informes anuales, que deberán ofrecer datos sobre las medidas de los salarios por categoría y por género, incluyendo bonificaciones y cualquier otro beneficio extra. Para las empresas de menor tamaño, los informes tendrán una periodicidad anual, mientras que las empresas de menos de cien empleados no estarán, por ahora, obligadas a facilitar la información. El objetivo: acabar con las disparidades salariales entre géneros.
«La norma busca tener capacidad para hacer visibles las disparidades salariales ocultas, incentivando así a las organizaciones a evaluar sus prácticas retributivas y, si las hubiera, eliminar la brecha de género», apunta a El Debate Luis Pérez, director de Relaciones Institucionales de la firma de recursos humanos Randstad. Según Pérez, aunque la brecha salarial se ha reducido en los últimos años, los cálculos de la UE recogen que aún ronda, de media, el 10 %.
La nueva legislación no afectará únicamente a las empresas privadas, sino que también obligará a las administraciones públicas. El incumplimiento supondrá la aplicación de nuevas sanciones, lo que abocará a las organizaciones a ver engrosada la maraña legislativa que ya afrontan.

Más carga económica y administrativa

«El propio Parlamento Europeo reconoce que traerá como consecuencia un incremento de la carga económica, fiscal y administrativa, especialmente para las microempresas y las pequeñas empresas», cuenta Josep Capell, CEO de la consultora Ceinsa. De ahí que se haya excluido a las empresas más pequeñas, si bien como advierte Capell «esta directiva establece parámetros mínimos».
En el caso de que las diferencias observadas superen el 5 % en cualquier categoría de estudio, la empresa deberá realizar un análisis conjunto con los representantes sindicales. También será necesario este estudio si la brecha no puede justificarse en base a criterios objetivos o no se subsana en seis meses, cuenta Capell.
Bruselas, como destaca el experto, «considera prioritario primar el derecho fundamental a la igualdad salarial y la erradicación de las disparidades por encima de las implicaciones burocráticas derivadas de su aplicación». Su argumento: la brecha salarial entre lo que cobran hombres y mujeres solo ha pasado del 15,8 al 13 % en 11 años, y las mujeres tienen que trabajar dos meses más que los hombres para ganar lo mismo.
Pero, como apunta Capell, uno de los efectos de la nueva legislación también puede ser que las empresas pongan trabas a la contratación de mujeres u opten por «maquillar» los salarios en los niveles directivos. «Hecha la ley, hecha la trampa. Pero hoy en día todos estamos deseando contratar talento, independientemente de su género».
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