Escrivá desplazó al Servicio de Estudios del Banco de España para evitar un informe crítico con las reformas del Gobierno

El Banco de España encargó a dos personas de la confianza de su gobernador, Mayte Ledo y Eva Valle, la supervisión de su informe anual con el objeto de evitar pronunciamientos sobre las reformas del Gobierno, según ha podido saber El Debate de fuentes conocedoras de primera línea.

El hecho es inédito, pues hasta ahora el Servicio de Estudios de la entidad había elaborado su informe anual con total independencia. Este hecho se traducía en críticas importantes y con fundamento, que a menudo no sentaban bien al Gobierno de Sánchez.

El encargado de dirigir este trabajo hasta ayer era Ángel Gavilán, que ha dimitido de su puesto de director general de Economía al no estar dispuesto a tragar con las consignas gubernamentales. Se va sin pactar su salida y sin saber dónde va a trabajar.

Desde que el exministro José Luis Escrivá fue nombrado gobernador del Banco de España en septiembre, en este periódico ya comentábamos que Gavilán estaba en el ojo del huracán. Profesional brillante y altamente independiente, dirigía desde la Dirección General de Economía y Estadística los análisis y previsiones macroeconómicas, una de las actividades más relevantes de la entidad. Sus informes chocaron con el Gobierno en diversas ocasiones.

Como primera medida, Escrivá quitó ya en septiembre funciones a la Dirección General de Economía y Estadística y pasó a llamarla Dirección General de Economía, a secas.

En cuanto a Eva Valle, ex jefa de la Oficina Económica de Mariano Rajoy y mujer del ex secretario de Estado Alberto Nadal, llegó al Banco de España en diciembre. Como contábamos en este artículo, los Nadal tienen una amistad antigua con Escrivá. El hermano de Alberto, Álvaro, convenció al exministro Cristóbal Montoro para que nombrara a Escrivá primer presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), el cargo que más prestigio le ha dado a lo largo de su carrera. El nombramiento de Valle como directora general de Relaciones Institucionales, Europeas y Transparencia del Banco de España podría entenderse como la devolución de un favor, aunque Valle es muy buena técnica.

Más allá de estas cuestiones, el hecho es que Escrivá ha ido haciendo su equipo, como hemos ido contando en artículos como este. Cabría considerarlo normal si no ocurrieran cosas como la del informe anual de este año presentado hace unos días, en donde no se permitía ninguna crítica al Gobierno ni a sus reformas. Como Gavilán no iba a pasar por ahí, encargó la misión a dos personas de su confianza. La independencia y fiabilidad que tanto costó lograr al anterior gobernador, Pablo Hernández de Cos, está en cuestión.