Los beneficios y desventajas de la educación presencial y virtual
La covid ha transformado la evaluación educativa, destacando la necesidad de una evolución continua en los enfoques pedagógicos y abriendo el camino a la innovación para asegurar que las evaluaciones sean herramientas para un crecimiento inclusivo
Hace dos semanas, Springer publicó el libro Abordar las Desigualdades en la Educación Moderna. Cerrando la Brecha. Los editores del libro somos Jorge Sainz (que también publica en esta columna) y yo. En el libro analizamos cómo la pandemia ha expuesto y exacerbado las desigualdades en educación, revelando la urgencia de adaptar la formación. La transformación digital ha sido esencial para poder abordar el cierre de los centros educativos, pero también ha mostrado la brecha tecnológica. Mientras algunos estudiantes se adaptaron fácilmente a la intensificación del uso de herramientas digitales, otros se enfrentaron a obstáculos de acceso, afectando su desempeño en evaluaciones. Por otro lado, la pandemia ha resaltado desafíos subyacentes más allá de la tecnología, como las influencias de género, el trasfondo socioeconómico y la ubicación geográfica en la experiencia educativa. La pandemia ha transformado la evaluación educativa, destacando la necesidad de una evolución continua en los enfoques pedagógicos y abriendo el camino a la innovación para asegurar que las evaluaciones sean herramientas para un crecimiento inclusivo.
En esta columna me voy a centrar en unos de los capítulos del libro, el realizado por los Profesores Pedro Adalid Ruiz y Jesús García-Laborda, titulado Educación Virtual o Presencial: ¿Qué Hemos Aprendido de los Años de Pandemia? La pandemia de covid-19 puso de manifiesto varios problemas en la educación actual. Entre ellos, un problema común ha sido el aparente cambio a entornos en línea durante el primer semestre de 2020 debido al aprendizaje y la enseñanza de emergencia. Aunque la mayoría de los estudios han demostrado un aparente éxito en casos locales con muestras limitadas y generalmente en escuelas de nivel medio o medio-alto y universidades, muy pocos trabajos han abordado situaciones de riesgo o incluso experiencias fallidas. Por lo tanto, para abordar este tema, es necesario evaluar las diferencias entre los beneficios y desventajas de la educación presencial y virtual, asumiendo una perspectiva neutral. Los procesos de enseñanza y aprendizaje virtual son completamente diferentes, y también sugieren que la enseñanza en línea es independiente de los enfoques de aprendizaje utilizados en situaciones presenciales. Comparaciones como esta nunca son definitivas, sino tentativas y dependen mucho de diferentes características entre las cuales los estilos cognitivos individuales no son menores.
Pedro Adalid Ruiz y Jesús García-Laborda (2023) señalan que el proceso de enseñanza y aprendizaje en entornos presenciales permite a los estudiantes descubrir distintas realidades. Por ejemplo, la presencia constante del mentor en el aula permite reconocer dificultades que interfieren con el aprendizaje y posibles causas motoras, mentales, madurativas, emocionales y socioculturales que influyen en los estudiantes. Durante el confinamiento de la pandemia en 2020, a través de un equipo de orientación escolar fue posible guiar a los padres para brindar un apoyo eficiente y lograr un progreso educativo adecuado, aunque en algunos casos los padres no pudieron manejar el estrés producido por esa situación. La importancia del aprendizaje presencial radica en que las dinámicas de desarrollo son bidireccionales: se actúa en el mundo y el mundo actúa hacia uno. Los alumnos no son seres pasivos, sino que intercambian continuamente experiencias observando modelos que influyen en sus motivaciones y emociones. A través de este aprendizaje, los estudiantes adquieren ciertas normas sociales que moderarán su comportamiento durante toda su vida. Otro aspecto importante en la diferenciación entre educación virtual y presencial es la capacidad de comunicación entre los actores educativos. La interacción en el aula favorece un ambiente de confianza y seguridad que mejora el proceso de comunicación.
Pedro Adalid Ruiz y Jesús García-Laborda (2023) continúan destacando que, en relación con la educación virtual, no hay unanimidad terminológica y se refiere a enseñanza no presencial mediada por tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Definir el aprendizaje virtual está relacionado específicamente con la entrega y el diseño del aprendizaje. Sin embargo, surgen problemas en estos nuevos contextos cuando se relacionan con el apoyo escolar, especialmente en estudiantes con dificultades de aprendizaje en escuelas presenciales. La introducción de las TIC en la educación ha impactado el proceso de aprendizaje de los estudiantes, el rol de los docentes, el contenido de las asignaturas y la evaluación. El aprendizaje virtual a través de sistemas inteligentes representa un cambio en la forma de obtener información y consolidar conocimientos, permitiendo describir el contenido de materiales educativos, monitorear asistencias y actividades de los estudiantes y realizar revisiones automáticas de pruebas. La educación virtual se beneficia de la comunidad educativa al posibilitar el desarrollo de habilidades como la organización de información, la gestión de nuevos conceptos y la expansión del lenguaje que favorece la comunicación y la conectividad. A través de la educación virtual, se pueden intercambiar diversas unidades de información y ofrece infinitas posibilidades de conexión.
En resumen, Pedro Adalid Ruiz y Jesús García-Laborda (2023) señalan que la educación presencial y virtual tienen sus propias características y beneficios. Mientras que la educación presencial ofrece interacción directa, comunicación no verbal y socialización, la educación virtual utiliza tecnologías de la información para un aprendizaje más autónomo y conectado.
- Ismael Sanz es profesor de Economía de URJC y Visiting Senior Fellow de London School of Economics
