Ilustración bajo nivel de euskera y de español
El alto precio de la imposición lingüística en el País Vasco: los niños no saben ni euskera ni español
El Departamento vasco de Educación ha publicado un informe en el que se evidencian las numerosas lacras de estos programas de inmersión y las graves consecuencias que acarrea para los estudiantes
Desde hace años, el Gobierno vasco ha implantado en la región una serie de políticas de inmersión lingüística con las que se pretende imponer la hegemonía del vasco o euskera y relegar el español, idioma oficial de todo el Estado, a una lengua de segunda, especialmente en el ámbito educativo.
Ahora, después de que más del 90 % de los niños vascos estén escolarizados en un modelo educativo cuya lengua vehicular es exclusivamente el euskera, el Departamento vasco de Educación ha publicado un informe en el que se evidencian las numerosas lacras de estos programas de inmersión y las graves consecuencias que acarrea para los estudiantes.
Según reza el I Plan Estratégico para la Transformación de la Escuela Pública Vasca 2025/2028, presentado recientemente por la consejera Begoña Pedrosa, entre los alumnos vascos se ha detectado «una reducción generalizada en la competencia lingüístico-comunicativa del alumnado de todas las etapas educativas».
En concreto, la etapa de Educación Infantil es la que más preocupa a los expertos educativos del Ejecutivo vasco ya que «allí se está dando un aumento en la dificultad del alumnado para comunicarse oralmente tanto en euskera, en castellano o en otras lenguas. El porcentaje de alumnado del modelo D no competente ni en euskera ni en castellano presenta una tendencia al alza», sentencia.
Otro de los grandes problemas que expone el texto es el caso de los alumnos extranjeros, a quienes se les complica la enseñanza en euskera. El Gobierno vasco, en vez de fomentar una educación en castellano, ha propuesto reforzar en los próximos tres años el programa de inmersión lingüística Eusle, ampliando la duración y el alcance del mismo, que ahora llega a Primaria (6-12 años) y Secundaria (12-16 años).
«Existe una brecha en los resultados obtenidos en las competencias lingüísticas de euskera, castellano e inglés entre el alumnado nativo y el extranjero. La situación económica de las familias parece condicionarlo también», señala, asimismo, el informe. Además, «el 42,7 % de los centros educativos consultados ha establecido líneas, prioridades y procedimientos de enseñanza del euskera con alumnado recién llegado».
Radiografía educativa de la región
En los últimos años, el sistema educativo vasco ha experimentado un notable cambio en la composición del alumnado, especialmente en las primeras etapas de la enseñanza. Según datos oficiales del Departamento de Educación, en 2022 aproximadamente uno de cada cinco estudiantes de la región era de origen extranjero, lo que supone un incremento significativo respecto a años anteriores. Esta transformación demográfica ha sido especialmente visible en la etapa de Educación Infantil (de 2 a 6 años), donde la presencia de alumnado extranjero se multiplicó casi por diez en apenas siete años: del 2,5 % registrado en 2015 se pasó al 22,4 % en 2022.
Este aumento de la diversidad lingüística y cultural plantea nuevos desafíos al modelo educativo, en especial al denominado modelo D, en el que el euskera es la lengua vehicular en todas las asignaturas, excepto en la materia de Lengua Castellana. Aunque este modelo sigue siendo mayoritario en el País Vasco, el porcentaje de alumnado extranjero matriculado en él disminuye progresivamente a medida que se avanza en los niveles educativos. Así, mientras que en Infantil el 28,6 % de los estudiantes foráneos están en el modelo D, en Primaria la cifra baja al 25,3 %, y en la ESO desciende aún más, hasta el 17,6 %. Este descenso podría estar relacionado con las dificultades añadidas que implica el aprendizaje en una lengua distinta a la materna, especialmente cuando no existe un dominio previo del idioma.
Por territorios, Guipúzcoa se mantiene como la provincia con mayor implantación del modelo D, con un 98,3 % del alumnado escolarizado en él. Le siguen Vizcaya, con un 95,1 %, y Álava, donde la implantación es algo menor, con un 86,2 %. Esta hegemonía del modelo en todo el territorio contrasta, sin embargo, con los resultados de la última evaluación diagnóstica del Gobierno Vasco, publicada el pasado mes de febrero, que encendió las alarmas: solo el 22 % de los alumnos de 16 años demuestra un dominio claro del euskera al finalizar la etapa obligatoria.