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Esta es la lista de los presos más peligrosos de España
Durante años, Fabrizio Silva Ribeiro ha sido considerado el preso más peligroso de España, pero junto a este destacan más hombres de nacionalidad española
Fabrizio Silva, conocido también como «Hannibal Lecter», fue el preso más peligroso de España. En su estancia en prisión provocó incendios, agresiones y muertes. Entro en la cárcel en 2004 por haber matado a su novia a causa de 25 puñaladas, en Bilbao. Falleció de forma natural mientras cumplía condena en A Lama, Pontevedra.
Con 1,90 metros de altura y 107 kilos de peso, Fabrizio Joao Silva Ribeiro, natural de Guinea-Bissau, cometió más de un crimen en su estancia en prisión. En 2014 asesinó a golpes a su compañero de celda en la prisión de Córdoba. Dos años después repitió el acto con ocho funcionarios de la prisión Puerto III, en El Puerto de Santa María.
Sus compañeros rogaban no compartir espacio con él y le calificaban como «pura maldad», sin embargo, no es el único preso de nacionalidad española al que muchos calificarían de esta manera. Muchos de los reos más conflictivos no son tan mediáticos, ni conocidos, pero los funcionarios de prisiones españolas se exponen a agresiones diariamente.
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«Hannibal Lecter gallego»
Uno de ellos es Fernando Vázquez Ayude, conocido de forma similar a Silva pero con un particularidad, él es «Hannibal Lecter gallego». Fue condenado por delitos relacionados con el narcotráfico. Tras ello, por el apuñalamiento de un preso en el penal de Monterroso, en Lugo y el secuestro de un funcionario de la prisión Herrera de la Mancha, en Ciudad Real, un año después. Durante su condena, que asciende a 66 años, ha liderado varios motines y secuestrado a varios funcionarios. El último de ellos tuvo lugar en la prisión cordobesa de Alcolea en 2019.
Hannibal Lecter gallego
«Acto seguido, estos dos internos proceden a ejecutar el plan que habían ideado. Comienzan haciendo una llamada al interfono de comunicación con los funcionarios, desafiándolos mientras destrozan ambas celdas a golpes, rompiendo todo lo que tienen a mano. Consiguen arrancar las ventanas, con cuyos cristales logran hacerse muñequeras y armas cortantes para poder llevar a cabo con éxito su proyecto de secuestro», explicaba el colectivo Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM).
Sebastián Santiago Heredia
El preso Sebastián Santiago Heredia, de 37 años y natural de Málaga, fue protagonista de un altercado nada más entrar en prisión hace 17 años por un robo con fuerza. Su historial delictivo se ha dado en este lugar, dónde ha prendido fuego a su colchón, amenazado a funcionarios, roto ventanas... «Nos ha dado tantas palizas, los jueces le temen, como los guardias civiles en los traslados....», confiesan fuentes penitenciarias.
«El Nene», el boxeador homicida
El madrileño Jesús Romero, de 32 años, es también conocido como «El Nene» por la policía de Madrid tras numerosos altercados. El boxeador trató de robarle el móvil a un ciudadano en el Metro y tras este darse cuenta, recibió una puñalada por ello. Al salir del vagón los agentes de seguridad trataron de reducir al delincuente, recibiendo una paliza. Hicieron falta más de cinco personas para apresar a Jesús y llevarlo a comisaría.
Fue en 2018 cuando este ingresó en la cárcel de Soto del Real por el mencionado ataque. En su primera noche ya tuvo una discusión con su compañero de celda, un interno venezolano de 55 años condenado por narcotráfico, por la posición en la litera. El boxeador madrileño lo mató a golpes, por lo que le condenaron a 12 años más de cárcel. En la prisión de Estremera, dónde cumple condena actualmente, protagonizó su último ataque en el que le propino puñetazos y patadas a un funcionario en la base del cráneo de forma repentina. Este es el método que ya había utilizado anteriormente.
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«Igor el Ruso»
El serbio Norbert Feher, también conocido como «Igor el Ruso», es uno de los reclusos más peligrosos debido a su historial. Tras un triple asesinato en el municipio de Andorra en Teruel, el Tribunal Supremo ratificó su condena a prisión permanente revisable. Fue trasladado desde la prisión aragonesa de Zuera a la de A Lama, en Pontevedra, debido a su alta conflictividad. Funcionarios de la prisión han declarado que el resto de los módulos quedan desprotegidos cada vez que hay que movilizar a Igor el Ruso.
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