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El ministro de la Presidencia, Félix BolañosEFE

Ley de Secretos Oficiales

Bolaños también quiere controlar las habilitaciones que la OTAN da al CNI para manejar los secretos

Las competencias que quiere asumir el ministro le corresponden legalmente a los servicios de inteligencia

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quiere aprovechar su proyecto estrella, la nueva Ley de Secretos Oficiales, para controlar la concesión de los permisos que la OTAN otorga a los agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Estas habilitaciones, tremendamente sensibles, permiten que España reciba documentación clasificada en materia de amenazas internacionales y que ésta sea tratada y custodiada de manera segura.
Para llevar a cabo este propósito, la norma diseñada por Bolaños, que aún se encuentra en un período primario, establece que el ministro asumirá el cargo de Autoridad Nacional de Seguridad. Una responsabilidad que implica ser la máxima autoridad de la Oficina Nacional de Seguridad (ONS), integrada en el CNI. Esta oficina, conformada por un centenar de agentes del Centro, tiene como misión velar por la documentación clasificada y otorgar a las empresas estratégicas españolas las habilitaciones de seguridad que necesitan para llevar a cabo su actividad.
Tal y como ha podido saber El Debate, dentro de la ONS hay un número secreto de profesionales de la inteligencia que cuentan con lo que se denomina «habilitación OTAN». Un permiso que otorga la Alianza Atlántica tras la petición razonada de la directora del Centro, en tanto que es la Autoridad Nacional de Seguridad, la figura que ahora pretende asumir Bolaños. En este proceso de tramitación también participa el Ministerio de Defensa, ya que no sólo el CNI es el organismo que recibe estas habilitaciones, también algunas personas dentro del Ejército.
El trabajo de los agentes del CNI que cuentan con la habilitación OTAN consiste en recepcionar, estudiar y custodiar la información clasificada que proviene de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en su mayoría datos sensibles relacionados con las amenazas que puede recibir España. Estos datos se plasman en lo que se denominan «planes estratégicos». Son documentos en los que se explica cómo prevenir y reaccionar ante estas amenazas.
Los profesionales de la inteligencia del Centro que ostentan este permiso lo hacen durante el tiempo que están destinados en la ONS. En el momento en el que cambian de destino se les revoca la autorización. Un lapso temporal que también varía en función de lo que en inteligencia se denomina «necesidad de conocer». Un concepto que, con las continuas transformaciones del CNI y del resto de servicios de inteligencia del mundo, ha evolucionado hasta lo que hoy se llama «cultura de compartir», siempre dentro del mantenimiento de los estándares de seguridad que caracteriza el trabajo del Centro.
El número de agentes del CNI que cuentan con la habilitación OTAN es confidencial. Entre los muros de Argentona, la sede central del CNI, en Madrid, hay una continua compartimentación de la información. Nadie sabe qué hace el del despacho de al lado. Los agentes tienen el deber de guardar secreto sobre todo lo que hacen. Una obligación adherida a su forma de vida, que asumen con vocación de servicio por la seguridad nacional.
La norma que regula el funcionamiento del CNI, la Ley 11/2002, establece que la directora del Centro, Esperanza Casteleiro, es la Autoridad Nacional de Seguridad. Es decir, jefa de la oficina que quiere controlar el ministro de la Presidencia. Además, la directora del CNI, por razón de su cargo, asume paralelamente otras funciones que le son atribuidas legal y reglamentariamente. Estas responsabilidades son el Centro Criptológico Nacional (CCN), la Autoridad Nacional de Inteligencia y Contrainteligencia, la Autoridad Delegada para la Seguridad de la Información Clasificada y la presidencia del Consejo Nacional de Seguridad.

Funciones y misión de la directora del CNIEl Debate

Quienes conocen Casteleiro dicen que es una profesional seria, responsable, discreta y, sobre todo, muy disciplinada. La jefa de los espías cuenta con un apoyo unánime entre los 3.500 hombres y mujeres que dirige, a los que siempre pone públicamente en valor: «Son personas con vocación de servicio a España altamente cualificadas que están entregadas por completo a su labor», dijo el día de su toma de posesión.

Dudas sobre su aprobación

A día de hoy, el Gobierno duda si podrá sacar o no sacar adelante la nueva Ley de Secretos Oficiales, que ha preparado Bolaños. Las continuas tensiones con sus socios parlamentarios pueden hacer que, en el último momento, la norma no salga adelante. De esta manera, continuaría la que está vigente en la actualidad. En esta línea, el diputado y coportavoz de Podemos, Javier Sánchez Serna, ha afirmado que si no se rebaja el plazo de 50 años para mantener bajo secreto determinados documentos «no va a haber ley por falta de apoyos».

Las personas que trabajan en el CNI están altamente cualificadas y tienen vocación de servicio a EspañaEsperanza CasteleiroDirectora del CNI

Las pretensiones de los socios morados se suman a las de otros partidos como el PNV, que tradicionalmente sí han apoyado a Pedro Sánchez y que ahora amenazan con darle plantón. Serna ha pedido a los socialistas «que escuchen tanto al grupo confederal como al bloque de investidura y tengan la valentía de bajar ese listón». Con este fin, ha reafirmado la propuesta de Podemos de fijar un plazo máximo de 20 años prorrogables por otros diez.
En cualquier caso, el anteproyecto de la nueva Ley de Secretos Oficiales está siendo estudiado en estos momentos por los organismos consultivos antes de que el Gobierno lo analice por segunda vez y lo remita a las Cortes para su tramitación parlamentaria. Desde el Gobierno sí confían en que saldrá adelante pero reconocen que les preocupa el atasco que sus socios han provocado en otras leyes, como la Ley de Vivienda o la de Memoria Democrática.