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02 de mayo de 2024

Pedro Sánchez flanqueado por Charles Michel y Ursula von der Leyen

Pedro Sánchez flanqueado por Charles Michel y Ursula von der LeyenEFE

La casa por la ventana

Sánchez exprimirá la Presidencia de la UE con más de 300 actos en plena campaña de las generales

El semestre español será una especie de campaña electoral paralela, con barniz institucional. Si el presidente utilizó la cumbre de la OTAN en Madrid, y fueron tres días, 180 darán mucho de sí

La delgada línea entre el presidente del Gobierno y el secretario general del PSOE, entre la Moncloa y Ferraz, lo será aún más durante la Presidencia de turno de la Unión Europea, que España ostentará entre julio y diciembre de 2023.
El semestre español coincidirá con la campaña y las elecciones generales, y Pedro Sánchez está decidido a exprimirlo electoralmente. En su equipo consideran que si la cumbre de la OTAN fue un éxito de imagen para el presidente y duró tres días, los más de 180 días que durará la Presidencia pueden dar grandes alegrías a Sánchez.
El Gobierno tiene previsto organizar entre 300 y 400 actos, según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, a lo largo y ancho de 25 ciudades españolas repartidas por todas las comunidades, sin contar las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Hablan de un «reto político y organizativo de primer orden».

Una campaña electoral paralela

Será una suerte de campaña electoral paralela revestida de un barniz institucional. Y sufragada con dinero público. Aún se desconoce el presupuesto de la Presidencia de la UE, pero la anterior, que ostentó José Luis Rodríguez Zapatero en 2010 (entonces corrían muy malos tiempos para él), costó 90 millones de euros a las arcas del Estado. La mayor parte para el montaje de los eventos y un pellizco importante para desplazamientos y dispositivos de seguridad.
Habrá programación cultural, reuniones formales, foros ciudadanos, cumbres, consejos ministeriales… con una agenda de temas muy amplia: la inmigración, las políticas sociales, la salud, la cohesión territorial, los jóvenes, la agenda verde y, cómo no, la crisis energética y sus derivadas.
Las ciudades elegidas son Albacete, Barcelona, Bilbao, Cáceres, Cádiz, Córdoba, Gijón, Granada, Las Palmas de Gran Canaria, León, Logroño, Madrid, Murcia, Palma de Mallorca, Pamplona, San Sebastián, Santander, Santiago de Compostela, Sevilla, Tarragona, Toledo, Valencia, Vigo y Zaragoza.
Existe un comité organizador que preside el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. A mayores, se ha creado una Oficina de Coordinación para la Presidencia Española de la UE y se ha recuperado en el organigrama gubernamental la Secretaría General para la UE. Cerca de mil funcionarios recibirán formación para atender las necesidades de la Presidencia española y sus preparativos.
La gran foto para Sánchez será la de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en la Alhambra, en Granada. Será en plena precampaña de las elecciones generales, aunque la fecha está por cerrar (octubre o noviembre).
Otro momento estelar para el presidente español será la Cumbre entre la UE, América Latina y el Caribe, que se celebrará por primera vez desde 2015. No tendrá lugar en España sino en Bruselas, así que el presidente no será el anfitrión. Pero ya se ha encargado de recalcar, con más de un año de antelación, que volver a celebrar este tipo de cónclave fue iniciativa suya; con el beneplácito del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
A mayores de los cientos de actos en España, al Gobierno de coalición le tocará organizar esa cumbre UE-CELAC y el resto de las que se celebren en la capital belga. Asuntos Exteriores está haciendo obras en las instalaciones de la representación permanente de España en Bruselas a tal fin.
Es imposible calibrar el rédito político que tendrá un acontecimiento como la Presidencia de turno de la UE en plena carrera electoral de Sánchez contra Alberto Núñez Feijóo (la siguiente Presidencia española no será hasta el año 2037), pero los socialistas están seguros de que será grande. Por el espaldarazo al perfil internacional del líder del Ejecutivo –el primer presidente español, además, que habla inglés fluidamente– y por el escaparate que le brindarán las diversas cumbres y reuniones ministeriales.
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