Fundado en 1910
Menú
Cerrar

Salón de plenos del Ayuntamiento de Algeciras en una foto de archivoEuropa Press

28-M: la cara B de la campaña

El partido de Algeciras basado en el «humanismo islámico» que quiere que Ceuta y Melilla sean andaluzas

El Partido Andalusí tiene entre sus «objetivos inmediatos» que «las ciudades autónomas» vuelvan «a ser parte de la autonomía andaluza»

El Partido Andalusí, que se presenta al Ayuntamiento de Algeciras, se sostiene en dos pilares; el andalucismo y el humanismo islámico. Así las cosas, esta formación se inscribió en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior el pasado 16 de febrero, y tanto su presidente como candidato a la Alcaldía de la localidad gaditana es el ceutí Dris Mohamed Amar.
Además, el Partido Andalusí cuenta con el apoyo de Alejandro Delmás Infante, nieto de Blas Infante: escritor al que se le considera el promotor e ideólogo del andalucismo, y autor del actual himno oficial de la Comunidad Autónoma.
Según la página del Parlamento de Andalucía, Blas Infante es el «padre de la Patria Andaluza» que deseaba «dar confianza al pueblo en sus posibilidades de progreso, despertar su patriotismo frente a las injusticias, alcanzar una educación libre, universal y gratuita, así como tomar las riendas de la economía mediante la expropiación de las tierras de cultivo».

Sus propuestas

De esta manera, desde el Partido Andalusí, y bajo la «inspiración islámica» aspira a lograr concejales en Algeciras, municipio con un 23,5 % de paro. De acuerdo con su web, entre sus «objetivos inmediatos» es que es que las «ciudades autónomas de Ceuta y Melilla vuelvan a ser parte de la autonomía andaluza». De igual manera, pretenden alcanzar una «justicia gratuita y universal», porque «el modo occidental es imposible de sostener a nivel planetario» y «las altas demandas de los países desarrollados dejan sin recursos a los países menos desarrollados».
Asimismo, quieren formar coaliciones con partidos similares en Francia o Bélgica; y a nivel legislativo proponen que «la mentira y falsa propaganda sea delito en el ámbito político por ley». «Pero lo más grave es que el votante acepte que un líder mienta como algo natural y este lo acepte con los ojos cerrados los oídos tapados (sic)», dictaminan.
«El objetivo del partido es responder a un cambio brutal que vendrá a la sociedad. Ese cambio deberá de hacer recapacitar, tomar en serio y a tiempo a las dictaduras», aseguran.