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03 de mayo de 2024

Francina Armengol, candidata del PSOE a presidir el Congreso

Francina Armengol, candidata del PSOE a presidir el CongresoPaula Andrade

Perfil  Francina Armengol, la única socialista que agrada a todos los independentistas

La exmandataria balear podría resultar elegida este jueves nueva presidenta del Congreso si se confirma finalmente el apoyo de Junts a su candidatura

Hasta hace apenas un mes, la trayectoria política de la candidata socialista a presidir el Congreso, Francina Armengol (Inca, 1971), se había desarrollado íntegramente en Baleares. Aun así, no es una persona en absoluto desconocida en el conjunto de España, ya que algunas de sus decisiones como presidenta del Gobierno balear entre 2015 y 2023 suscitaron una innegable controversia política y mediática más allá del ámbito estrictamente autonómico.
En estos momentos, todo apunta a que la exmandataria mallorquina podría resultar elegida este jueves para ocupar el citado cargo, ya que no sólo contaría con los votos afirmativos del PSOE y de Sumar, sino también con el apoyo de todas las formaciones nacionalistas e independentistas del Congreso, incluida Junts. Así lo ha previsto al menos Pedro Sánchez, tras proponerla este martes para el cargo de presidenta de la Cámara Baja. De hecho, hoy por hoy Armengol parece ser la única personalidad socialista que es del agrado de todos los independentistas con representación en el hemiciclo.
Esa afinidad puede explicarse, al menos en parte, porque una de las particularidades del PSOE balear es que históricamente ha sido un partido con un acentuado componente nacionalista, que Armengol ha mantenido en estos últimos años. Ella misma se considera próxima a posiciones federalistas. Esa circunstancia y el hecho de que cuando era estudiante universitaria hubiera pertenecido al Bloc d'Estudiants Independentistes, ha provocado que de manera reiterada se haya afirmado desde determinados medios que Armengol es independentista o que apoya al independentismo catalán, algo que ha venido negando de manera sistemática.
Es cierto que ya en su primera legislatura como presidenta autonómica (2015-2019), Armengol gobernó con la formación ecosoberanista Més per Mallorca y contó con el apoyo parlamentario externo de Podemos, si bien se desmarcó de las propuestas rupturistas que sus dos socios defendieron entonces en la Cámara regional. «¿Yo soy independentista? No. ¿Estoy con el Govern catalán, con su propuesta? No», afirmó Armengol en el Parlamento balear en septiembre de 2017, en el momento más álgido del denominado 'procés' catalán. Por otra parte, y a pesar de sus reconocidas simpatías republicanas, ha mantenido desde siempre una relación excelente y de gran cordialidad con los Reyes.

Pros y contras

Armengol fue la primera mujer que presidió Baleares y además lo hizo durante dos legislaturas consecutivas, algo que también supuso un hito para la izquierda en dicha comunidad. En los comicios autonómicos del pasado 28 de mayo, aspiraba a un tercer mandato, pero fue derrotada en las urnas por la popular Marga Prohens, que en julio fue proclamada presidenta del Govern gracias a la abstención de Vox. Este cambio de color político motivó que en las elecciones generales del pasado 23 de julio Armengol decidiera presentarse como cabeza de lista del PSOE por Baleares, logrando el escaño y resultando elegida por vez primera diputada en las Cortes.
Entre sus virtudes, reconocidas incluso por sus adversarios, cabe destacar su gran capacidad de trabajo, que sabe contagiar a quienes forman parte de su equipo. Asimismo, es una persona que transmite confianza y convicción cuando defiende sus ideas o que es cálida y cercana en el trato. A pesar de ello, esa misma vehemencia hace que, en no pocas ocasiones, sea muy poco receptiva a las críticas o que adopte posiciones rayanas en la intransigencia o el frentismo, en especial en su relación con el Partido Popular.
Cabe recordar, en ese sentido, que en octubre de 2016 fue la dirigente regional socialista que se opuso con mayor firmeza a que el PSOE se abstuviera en el Congreso para facilitar una nueva investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. De hecho, entre los 15 diputados socialistas que el 29 de octubre de aquel año votaron 'no' a Rajoy se encontraban los dos representantes del PSOE balear que habían obtenido entonces sendos escaños en la Cámara Baja.
Suele decirse de Armengol que ha sido una persona siempre fiel al secretario general del PSOE y hoy presidente en funciones, Pedro Sánchez. Sin embargo, no es exactamente así. Cuando se convocaron las primarias socialistas que se celebrarían en 2017, Armengol apoyó inicialmente de manera explícita la candidatura de Patxi López, porque, según reconoció, tenía dudas acerca de que Sánchez pudiera ser «la persona adecuada» para volver a dirigir el partido. Finalmente, en mayo de aquel año retiró su apoyo a López y se lo dio a Sánchez, al considerar que el exlehendakari no tenía ninguna opción de ganar las citadas primarias.

El decreto del catalán

Licenciada en Farmacia por la Universidad de Barcelona, Armengol dio sus primeros pasos en política en los años noventa. Su primer cargo institucional fue el de regidora del PSOE en el Ayuntamiento de Inca, en 1998, municipio del que su padre —Jaume Armengol— había sido alcalde entre 1991 y 1995. Con posterioridad, a partir de 1999, fue diputada del Parlamento regional y también del Consell de Mallorca, institución que llegó a presidir entre 2007 y 2011, gracias al pacto suscrito entonces con Unió Mallorquina y con el Bloc. Cuatro años después, en 2015, se hizo por fin realidad su gran sueño político: acceder a la presidencia de Baleares.
Aquel mandato inicial de Armengol al frente del Govern se recuerda hoy, sobre todo, por la puesta en marcha del decreto que regulaba el uso del catalán en la sanidad balear. Aprobado en marzo de 2018, dicho decreto establecía que los médicos y los enfermeros que se presentasen a las oposiciones convocadas por el Servicio de Salud deberían acreditar un nivel elemental de catalán en un plazo máximo de dos años una vez obtenida la plaza.
El decreto del catalán contó desde el inicio con el rechazo del CSIF y de Mos Movem, que presentaron sendos recursos ante los tribunales. Se opusieron también a la nueva norma el Sindicato Médico de Baleares, el PP, Ciudadanos y Vox. Además, una treintena de profesionales sanitarios abandonaron entonces las Islas por su desacuerdo con la exigencia del catalán. El citado decreto sería finalmente declarado nulo por la Justicia balear en enero de 2020, una decisión que ratificaría el Tribunal Supremo en octubre de 2021.
Las políticas de Armengol en favor del catalán y en detrimento del castellano se hicieron también patentes en el ámbito educativo. Así, en aquella primera legislatura recuperó el denominado Decreto de Mínimos, que de facto suponía la existencia de un sistema de inmersión lingüística en los colegios. Esa situación parecía que se iba a corregir en el inicio del segundo mandato de Armengol, cuando en noviembre de 2019 se presentó el anteproyecto de la Ley de Educación de Baleares, que preveía el uso del catalán y del castellano como «lenguas vehiculares» en los centros escolares isleños. Sin embargo, los socios ecosoberanistas de los socialistas no aceptaron esa dualidad, por lo que el texto definitivo de la Ley de Educación —aprobado en febrero de 2022— estableció finalmente que el catalán sería la única lengua vehicular en la enseñanza.

Un progresivo desgaste

El segundo mandato de Armengol al frente del Govern (2019-2023) estuvo condicionado, no haría falta decirlo, por la pandemia del coronavirus. En líneas generales, hoy existe una cierta unanimidad a la hora de valorar positivamente su gestión durante ese periodo. Aun así, también es cierto que fue muy criticado en su momento el hecho de que en plena pandemia, en concreto la noche del 7 de octubre de 2020, Armengol se encontrase en el interior de un bar de Palma con varios colaboradores más allá del horario permitido, que era la una de la madrugada. Tras las reacciones negativas provocadas por aquella salida nocturna, finalmente pidió disculpas de manera pública por lo sucedido.
Fue también en ese segundo mandato, en concreto en enero de 2020, cuando trascendió la existencia de casos de abusos y de explotación sexual de menores tuteladas en Mallorca. Inicialmente, ese escándalo no se vinculaba a una posible mala gestión del Govern de Armengol, ya que en Baleares, a diferencia de lo que ocurre en otras comunidades, la atención a los menores tutelados no depende del Ejecutivo regional, sino de cada uno de los cuatro consells insulares. Por tanto, en un primer momento fue sólo el equipo de gobierno del Consell de Mallorca, conformado también por el PSOE, MÉS y Unidas Podemos, el que recibió críticas por su presunta inacción.
Los partidos que en aquel momento estaban en la oposición en el Consell —PP, Ciudadanos, el PI y Vox— propusieron en varias ocasiones la creación de una comisión de investigación en la institución insular, idea que siempre fue rechazada por el tripartito de izquierdas. Es cierto que dicho tripartito puso en marcha una comisión de expertos y que implementó nuevas medidas de control, pero finalmente tuvo que ser el Parlamento Europeo el que llevase a cabo una investigación sobre el citado escándalo, al entender que el Consell no habría tomado en su momento las medidas necesarias y que el Govern se habría desentendido por completo de este asunto.
Pese al progresivo desgaste político de Armengol en su segunda legislatura al frente de la comunidad, el PSOE obtuvo el 28-M en Baleares unos resultados casi idénticos a los logrados cuatro años antes. Sin embargo, el hundimiento de Unidas Podemos en las Islas y los excelentes resultados del PP hicieron imposible el tercer mandato consecutivo con el que soñaba Armengol. Dentro de unas horas, podría abrirse una nueva etapa en su trayectoria política, como tercera máxima autoridad del Estado. Sólo entonces se podrá calibrar si sus habituales apelaciones al diálogo y al consenso son un mero catálogo de buenas intenciones o si, en cambio, están fundamentadas en una verdadera tolerancia y consideración hacia todos aquellos partidos que Armengol ha considerado siempre como sus antagonistas.
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