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29 de abril de 2024

Rosa Díez en la redacción de El Debate

Rosa Díez en la redacción de El DebatePaula Argüelles

Entrevista

Rosa Díez: «Han declarado la guerra a la democracia y tratan de que aceptemos que las leyes son ilegítimas»

La exlíder de UPyD analiza la actual situación política y se pregunta «¿Cuánto va a tardar Otegi en pedir la amnistía para el terrorismo» para que puedan decir «que mataban porque no había democracia»?

Rosa Díez González (Sodupe, Vizcaya, 1952) fue afiliada del PSOE durante 30 años, de 1977 a 2007. Después lideró Unión, Progreso y Democracia (UPyD), hasta que en 2016 abandonó la política activa. Ha sido, desde la sociedad civil, una de las personas que más ha analizado y censurado la trayectoria de Pedro Sánchez, al que en su último libro –Caudillo Sánchez– define como «un psicópata, un narcisista y un maquiavélico». Habla con El Debate por teléfono.
¿En qué momento dejó de ser el PSOE un partido de Estado?
–Decidió dejar de ser un partido de Estado cuando Zapatero llegó al poder. Primero dentro del propio PSOE, que fue su campo de prueba, y después en el Gobierno de la nación; con las mismas artes y con enormes objetivos. Decidió romper con los principios de la Transición, con la cohesión entre españoles. Cuando Zapatero llegó, sentenció que lo que había que hacer era forzar a que se rompiera la derecha para que el PSOE pudiera mantenerse en el poder durante mucho tiempo, aunque tuviera menos votos.
Para eso tuvo que envenenar a las bases del PSOE, convirtiendo a la derecha en el enemigo, no en el adversario. Y ahí empezó esa historia de reconocimiento de los enemigos de la democracia –de ETA, particularmente– como actores importantes y como actores políticos. A partir de ahí, ese odio a la derecha en las filas del Partido Socialista. Rompió con la tradición de un partido de Estado que, por encima de todo, defiende el interés general. Sánchez no hubiera llegado nunca a ser secretario general del PSOE si las bases del Partido Socialista no odiaran más a la derecha que a ETA.

Si nos atacan como españoles, defendámonos como españoles

–¿Qué supondría para España que se materializara la amnistía a los independentistas del 1-O?
–Representa asumir que esos delincuentes han sido juzgados por tribunales ilegítimos con leyes ilegítimas. Porque la amnistía –a diferencia de los indultos– lo que hace es eliminar el delito, suprimirlo. Supondría reconocer que estamos en una posición de ilegitimidad democrática; que no hay democracia porque los tribunales no son democráticos, y las leyes son ilegítimas.
Estamos en un proceso de demolición democrática a pasos agigantados. Es una situación de emergencia nacional que haya un Gobierno que establezca que los tribunales que han juzgado un golpe contra la democracia, en este caso, son ilegítimos. Es de una gravedad tan enorme que no puedo comprender cómo no hay conciencia de que eso esté ocurriendo, y cómo los políticos a los que hemos votado para echar a Sánchez y a toda su caterva –precisamente porque éramos conscientes del peligro para la democracia que representan– no estén en una situación de alerta.
La gente debería empezar a preguntarse cuánto tiempo va a tardar Otegi en pedir la amnistía para los terroristas; la amnistía para el terror. Esa es la cuestión. La amnistía para para Puigdemont es amnistiar el golpe, pero para los terroristas es amnistiar el terrorismo. Es decir: oye, es que tuvieron razón –no solamente sus razones, como decía en su momento Eguiguren– que mataban porque no había democracia. Que dieron un golpe contra el Estado de derecho porque no había Estado de derecho. Que fueron condenados porque los tribunales no son legítimos ni las leyes tampoco. Es brutal. Estamos en una situación de emergencia nacional.
–¿Está el Gobierno moldeando la Constitución a su antojo?
–Eso es evidente. El Gobierno ha tratado de modular y de moldear la Constitución a su antojo desde que llegó. El que hoy es uno de los miembros del Tribunal Constitucional era ministro de Justicia cuando se atrevió a decir desde la bancada azul que estábamos ya en ese proceso de reforma sin que nos hubieran consultado a los españoles. Y por eso han puesto ahí a Pumpido. Será constitucional lo que Sánchez necesite que sea constitucional. Todos sus voceros –los que ahora salen a explicar que la amnistía cabe en la Constitución– dicen que lo que tiene que hacer el Tribunal Constitucional es interpretar. Pero no, el TC no interpreta la Constitución, la aplica y determina qué leyes son constitucionales. Y Sánchez, para formar Gobierno, va a necesitar que haya un Tribunal Constitucional que determine que todo lo que él necesite es constitucional.
Portada del libro de Rosa Díez Caudillo Sánchez

Portada del libro de Rosa Díez Caudillo SánchezLas Esfera de los Libros

–¿Cree que Sánchez ha provocado que estemos en un punto de no retorno en cuanto a la degradación de las instituciones?
–De no retorno todavía no, pero si seguimos sin darnos cuenta de que no estamos en una situación de normalidad; en la que hay un debate entre Gobierno, oposición y alternativa, sí que llegaremos a esa situación que se dice de no retorno, pero pacífico. No vamos a entrar en guerra, formamos parte de la Unión Europea, pero es que hay guerras no cruentas. El golpe contra la democracia está residenciado en la Moncloa –hace mucho que no está en Cataluña– porque Sánchez tiene el mismo objetivo que quienes dieron el golpe; demoler el sistema democrático para gobernar en el país sin ningún tipo de control.
–¿Cómo valora que Feijóo hablara el otro día del «encaje» en Cataluña?
–Aunque luego lo ha tratado de matizar, si eliges y aceptas sus palabras –las palabras de los que quieren romper la nación– ya estás empezando a perder, aunque luego empieces a explicarlo. ¿Encajar Cataluña? Pero es que Cataluña ya está encajada en España. La ha encajado la Constitución y los distintos estatutos de autonomía que han ido aprobándose. Lo que lo que los golpistas quieren no es encajar Cataluña, es encajar el golpismo, y el golpismo no tiene encaje porque rompe la democracia. No utilices los términos que utilizan para pervertir la realidad y para llamar a las cosas por los nombres que no son. Es que la delincuencia no se puede encajar en el orden democrático y en el orden constitucional.

Estamos en una situación de emergencia nacional

–Ha escrito un artículo en Okdiario en el que dice que «es hora de que aceptemos que los enemigos de la Nación nos han declarado la guerra. Así que, o los vencemos, o nos vencen». ¿Cómo se pueden vencer a los enemigos de España?
–Diciendo la verdad y asumiendo la situación de riesgo en la que estamos y la gravedad de la situación. Levantando la bandera primero, y llamando a las cosas por su nombre. Igualmente, actuando y pidiendo a los demás que actúen. No puede ser que quienes son depositarios de nuestros votos estén todavía tratando el asunto como si estuviéramos en una situación de mera normalidad democrática. Han declarado la guerra a la democracia, y tratan de que aceptemos que no vivimos en democracia, que las leyes son ilegítimas y los tribunales de justicia también. Tratan de declarar desaparecido los delitos. No podemos aceptarlo y no podemos asumirlo. Parafraseando a Hannah Arendt «si nos ataquen como alemanes, defendámonos como alemanes». Pues si nos atacan como españoles, defendámonos como españoles.
–Para terminar, ¿cómo definiría a Pedro Sánchez?
–Lo explico en el último libro que he escrito, Caudillo Sánchez. Creo que en psicología está bien definido un tipo que actúa de esa manera. Hay que entender su personalidad –por qué actúa de esa manera– para podernos enfrentar verdaderamente a lo que es. No podemos tratarle como un político al uso. Es un tipo con una personalidad que en psicología se define como la triada oscura; un psicópata, un narcisista y un maquiavélico. Por sus actos se va definiendo en cada uno de esos rasgos de su personalidad, y para enfrentarse a las consecuencias de sus actos tienes que conocer a lo que te estás enfrentando.
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