El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares
Albares afirma que el Gobierno «vela» por la seguridad de Israel en su intención de reconocer a Palestina
En la gira del titular de Exteriores por Oriente Próximo «las propuestas españolas son escuchadas, aceptadas y en buena medida adoptadas como propias»
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha asegurado que no hay ningún problema con Israel y que el Gobierno le tiene en cuenta en la «ecuación» con sus planes de reconocer a Palestina en esta legislatura.
Israel, ha señalado una vez más Albares, es «un Estado amigo» y no hay «ningún problema». «Todo lo que hacemos tiene por supuesto en cuenta en la ecuación a Israel, como no lo iba a tener», ha respondido al ser preguntado sobre si el Gobierno israelí ve igual de positivamente que los países árabes la postura de España.
«No hay ninguna dificultad», ha asegurado en declaraciones a la prensa en El Cairo al término de su visita, esgrimiendo que mantiene una «interlocución fluida» tanto con su actual homólogo israelí, Israel Katz, que asumió el cargo en enero, como la mantuvo con su predecesor, Eli Cohen.
España «vela por la paz del pueblo de Israel y por la de Palestina», ha insistido, recalcando que «todo lo que hacemos, incluido el reconocimiento de un Estado palestino y la existencia de un Estado realista y viable tiene en cuenta las necesidades y legítimas garantías de seguridad para Israel».
El ministro ha dicho que se marcha «satisfecho» de la gira que le ha llevado a Jordania y Egipto, la tercera que realiza a la región en lo que va de año tras visitar Líbano e Irak en enero y Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos en febrero.
Albares ha explicado que ha podido constatar en sus encuentros que «las propuestas españolas son escuchadas, aceptadas y en buena medida adoptadas como propias» para avanzar hacia el objetivo compartido de «poner fin a esta masacre».
Además, ha puesto en valor el hecho de que en los dos países ha sido recibido al más alto nivel, por el Rey Abdalá II de Jordania y el presidente Abdelfatá al Sisi.
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