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DivisaderoAntonio Pérez Henares

El jefe de la banda

Él no solo nos entrega a todos nosotros a nuestros enemigos, sino que está encantado de hacerlo, porque ellos son ahora sus amigos y cómplices. Nosotros somos sólo el estorbo

Si no lo impedimos y lo detenemos con todas las armas democráticas a nuestro alcance, apelando a la justicia, a la movilización, a Europa y, por supuesto y cuando llegue, al voto y a cuantas instancia sea preciso, Sánchez pasará a la historia por ser aquel que destruyó el legado de la Transición, la Constitución, la unidad de la nación, el derecho soberano del pueblo español a decidir sobre el conjunto de España, la convivencia, la igualdad y las libertades y derechos democráticos.

Esto es lo que está en juego. Y todo lo demás son ruidos, distracciones, humaredas y engaños.

Pedro Sánchez lo tiene muy claro. Nadie lo desviará de su senda. Lo hará, lo está haciendo para mantenerse en el poder y mantener, en el mas pedestre sentido de la palabra, a los «suyos». Eso es lo único que le mueve. No hay ningún otro objetivo. Todo lo demás es pura farfolla.

Sus declamaciones y las de sus palmeros son puro artificio. No tiene proyecto de nación ni de Estado ni de nada. En eso no se ha detenido a pensar ni un minuto. Es Él y son Ellos el único proyecto. Por ello puede, de un segundo a otro, afirmar una cosa y la contraria, proclamar unos principios y al parpadeo siguiente orinarse, con gran fruición, en ellos. Dirá con la más absoluta de las desvergüenzas que simplemente ha cambiado de opinión, pero es que en realidad carece de ella, como carece cualquier escrúpulo, respeto a la Ley, sentido del deber o de su obligación para con la patria y los ciudadanos que gobierna. Todo así se convierte en «opinable» porque en realidad lo único y esencial por lo que vive el por su mismimidad misma. Su interés está por encima de todo y de todos nosotros.

Pero quienes lo sostienen sí tienen un proyecto. Ya lo creo que lo tienen y no solo lo proclaman, sino que dan, y cada vez mas desbocados, pasos hacia su meta, que ven próxima. Lo tienen y muy claro los separatistas catalanes, campantes y rampantes. Lo tienen todos los nacionalistas vascos, desde el PNV a los bilduetarras y aunque sea puro delirio de grillos lo tiene la extrema izquierda. Y eso, la amalgama de lo que están cimentando entre todos es el proyecto que ahora no solo han impuesto sino que ahora lidera y hace posible Pedro Sánchez. Su proyecto es ya sin ningún tapujo el de Puigdemont, el de Junqueras, el de Otegui, el de Ortuzar y el de la parva de aves todos los corrales que encabeza la cada vez descrestada y huera Yolanda Díaz.

Sus pretensiones siempre han estado ahí pero nunca durante este ya casi medio siglo de democracia ha sido en realidad, ni en sus mejores sueños, una posibilidad real. Esa solo se la ha dado la desenfrenada ambición de Pedro Sánchez y la conversión del PSOE en una secta sin otro principio que la sumisión, seguidismo y adoración a un caudillo. Son Sánchez y sus tropas sanchistas quienes lideran y comandan la batalla contra España y los españoles. No son el prófugo, el indultado ni el bilduetarra quienes son los responsables y artífices de la destrucción de nuestra casa, nuestras paredes y nuestro tejado. El que viene al frente y pone en marcha la maquinaria de demolición y desguace, no es ninguno de ellos, sino el presidente que ellos han puesto en Moncloa para que haga exactamente lo que está haciendo. Porque excepto seguir allí todo lo demás le importa una mierda. No les hace falta chantajearlo. Él no solo nos entrega a todos nosotros a nuestros enemigos, sino que está encantado de hacerlo, porque ellos son ahora sus amigos y cómplices. Nosotros somos sólo el estorbo. Y, si puede, nos tratará como a desperdicios. A no ser que quienes lo echamos al cubo de la basura seamos nosotros a él. Nos va en ello lo que fuimos, somos y seremos.