Junts aprieta a Sánchez en inmigración porque teme el ascenso electoral de Aliança Catalana

Jordi Turull, secretario general de Junts, en una entrevista concedida el pasado miércoles a Café de Ideas, de TVE Cataluña, dijo que si Sánchez no cumplía con sus compromisos forzarían la convocatoria de elecciones generales. Desde La Moncloa se apresuraron a filtrar que no temen que Junts les dejen caer «porque Aliança Catalana podría llegar a obtener representación en el Congreso y eso no le conviene a Junts».

En la misma entrevista Turull afirmó que una vez se haya transferido a Cataluña las competencias en inmigración se procedería a cerrar el CIE (Centro de internamiento de extranjeros) de la Zona Franca de Barcelona. La medida tendría que anunciarla, en todo caso, la Generalitat, dado que Junts no gobierna en Cataluña, pero los de Carles Puigdemont hace mucho tiempo que tienen un especial interés en tener un discurso claro en materia de inmigración debido a la irrupción, y pujanza, de Aliança Catalana, el partido antiespañol, anti inmigración e independentista radical.

El anuncio de que el País Vasco y Cataluña quedarán exentos del reparto de 4.500 menas, actualmente en Canarias, entre las otras 14 comunidades peninsulares permite a Junts marcar perfil.

La política de Junts en relación a Aliança Catalana y la inmigración está levantando ampollas tanto dentro como fuera del partido. Artur Mas, ex presidente de la Generalitat, próximo a Junts, dijo en una entrevista que Junts debía hablar con Aliança Catalana. La declaración de Mas, en la que comparó el diálogo con Aliança al que se pueda mantener con la ultra izquierdista CUP, no gusto a Turull que se apresuró a responderle: «La política de Junts se decide desde Junts». El feo al ex presidente servía para recordarle a Mas que ni tan siquiera es militante del partido.

La realidad es que Sílvia Orriols, líder de Aliança Catalana, diputada autonómica y alcaldesa de Ripoll (Gerona), vive un momento político delicado y su futuro como alcaldesa está en manos de Junts. Tras no poder aprobar los presupuestos, por no contar con mayoría suficiente en el plenario del consistorio, perdió una moción de confianza y ahora está en manos de la oposición que tiene tiempo hasta el 24 de febrero para formar un gobierno alternativo.

Desde la prensa local de la zona, el diario El 9 Nou ha desvelado que ERC y Junts con tres concejales cada uno podrían ofrecer la alcaldía al socialista Enric Pérez, con dos concejales. La líder de Aliança y Alcaldesa, Sílvia Orriols que cuenta con seis concejales, ha acusado a Salvador Illa de «inmiscuirse en política local de Ripoll». En la capital del Ripollés nadie duda que ERC y el PSC, si pudieran, desbancarían a Orriols, pero entre la mismísima militancia de Junts así como en el grupo municipal hay dudas. Orriols lo explica de forma coloquial: «Junts orriolea en el comedor de casa pero le tiemblan las piernas en público».

El cómo gestionar la relación con Aliança Catalana ha acabado condicionando la política en el parlamento catalán. Esta semana la mesa rechazo una propuesta de Aliança Catalana de denunciar la agresión que unos militantes de este partido sufrieron mientras ejercían de voluntarios en una carpa en Barcelona. PP y VOX apoyaron la solicitud de Aliança Catalana, las izquierdas votaron en contra y Junts se abstuvo. La posición equidistante de Junts fue criticada por Jessica Albiach, de los Comunes, que acuso a Junts de tener miedo a Aliança. También el PSC se lanzó contra Junts por su abstención.

La decisión final sobre si Orriols sigue en la alcaldía o no está en manos de Junts. Puigemont y los suyos no saben que hacer. Mantenerla en la alcaldía permite a Orriols seguir haciendo política y crecer. Apearla del cargo la victimiza y puede llevarla a obtener una mayoría amplia tal como le ha sucedido a Xavier García Albiol en Badalona.