Grupos violentos frente a agentes de la Guardia Civil
Entrevista a David Gutiérrez
El agente que logró que una misión europea investigue en España las agresiones a policías: «Nos están matando»
Este lunes una misión del Parlamento Europeo llega a Algeciras para analizar cómo se pueden evitar las agresiones a policías y guardias civiles
David Gutiérrez es el policía que logró que la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo enviase una misión a España para estudiar la violencia que ha hecho que en los últimos años se hayan disparado las agresiones a los policías y guardias civiles en España, casi 46 al día según los últimos datos del Ministerio del Interior.
David dirigió el escrito a la Comisión de Peticiones porque solo se admiten textos a título personal, pero, en realidad, lo hacía en nombre de la Confederación Española de Policías (CEP) a la que pertenece, y también del Sindicato Europeo de Policía. Porque la violencia contra los agentes de Policía es algo que afecta a agentes de todos los países.
— ¿En qué consistió la petición que hizo a la cámara europea?
— Presentamos una petición ante el Parlamento Europeo que denunciaba un aumento exponencial de las agresiones contra las Fuerzas de Seguridad en los últimos años. Y para frenarlo pedía dos iniciativas: una Directiva que nos declarase profesión de riesgo a todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y también que se clasifiquen las agresiones contra policías como eurodelitos para que no se le bajen las penas, ya que entendíamos que el reproche penal no está teniendo esa capacidad persuasiva o disuasoria que debería tener, porque la gente está viendo que agredir a un policía sale prácticamente gratis en España y en muchos otros países de la Unión Europea.
— ¿Está tan generalizada esta violencia?
— Prácticamente la mayoría de Estados miembros. Podemos contar a países grandes como Alemania, pequeños como Austria u otros diferentes como Holanda o Polonia. Y por supuesto, en Francia tienen un problema gravísimo y en Italia lo estaban teniendo hasta hace nada, ya que su gobierno ha decidido aumentar notablemente las penas. Nosotros empezamos la campaña a nivel nacional, pero a través del Sindicato Europeo de Policías nos hicieron saber que los demás también tenían el mismo problema.
— Sin embargo, la misión europea viene a estudiar esta problemática exactamente al Campo de Gibraltar
— Efectivamente se ha elegido esta zona, pero desde luego no es la única que sufre la violencia. Podríamos haberse celebrado en el puerto de Amberes. O, por decirte algo más sencillo, en Suecia, que hasta hace pocos años era un paraíso de la seguridad, y a día de hoy nuestros compañeros están totalmente desbordados. En el campo Gibraltar tiene un repunte. Pero te aseguro que en Madrid sufrimos muchas agresiones y cuando he viajado a Cataluña también las he sufrido. Y cuando hemos estado en las Islas Baleares en plan especial de verano también las sufrimos. Pero el Campo de Gibraltar es un enclave estratégico como frontera sur de Europa, en el que se conjugan factores muy concretos como que es puerta de entrada al narcotráfico y también inmigración irregular, lo que ha hecho que sean crecientes las organizaciones criminales en la zona.
— Pero el problema no es solo de las organizaciones criminales, supongo
— En absoluto. También participa la delincuencia común. Y también participan ciudadanos que no son delincuentes per se, pero que están descontentos con el sistema. Y a quien agreden es a la primera línea que somos los policías. Es un problema estructural. Se ha perdido el principio de autoridad y eso ha derivado en que los delincuentes no nos teman. Detenemos muchas veces a gente, decenas de veces, por el delito de atentado contra agente de la autoridad. Es una persona que seguramente es insolvente o se declara insolvente sin serlo. Las penas son inferiores a dos años por lo que nunca llega a entrar en prisión. El resultado práctico es que agredirnos le ha salido gratis y, por tanto, cada vez que nos vea o que tenga una intervención con nosotros, lo va a hacer de forma impune, porque es así como se siente.
— Parece un poco triste que tengáis que ir hasta Bruselas para denunciar esta situación
—Más que triste, es lamentable, es humillante. Nos están matando, literalmente nos están matando. Porque no solo han muerto dos compañeros en Barbate. Han muerto más en Policía Nacional y Guardia Civil. También a las policías locales y autonómicas nos están matando. ¿Y el gobierno? O mira para otro lado o trata de reducir las herramientas jurídicas con las que trabajamos y quitarnos aún más autoridad. Esa es la realidad. Por eso hemos tenido que pedir amparo, porque no teníamos otra opción.