Los vecinos de Torre Pacheco protestan contra el grupo de magrebíes que agrede por «diversión»

Torre Pacheco, un municipio murciano marcado durante años por la convivencia tranquila entre sus vecinos, atraviesa una etapa especialmente delicada. Domingo, un residente de 68 años que ha vivido toda su vida en la localidad, es el reflejo visible de una creciente preocupación ciudadana: fue brutalmente agredido mientras daba su habitual paseo matutino. Con la frente ensangrentada y un ojo visiblemente dañado por un derrame, relata entre la impotencia y la incredulidad lo sucedido.

Los vecinos de Torre Pacheco se encuentran consternados tras la agresión sufrida por un vecino de la localidad, de 68 años. El anciano recibió una brutal paliza por parte de un grupo de inmigrantes magrebíes que a modo de «diversión» le propinaron severos golpes, ocasionándole diversas contusiones. En protesta a esto, los vecinos se han manifestado este viernes en la Plaza del Ayuntamiento.

María, vecina colindante de Domingo, confirma que el ambiente en el pueblo ha cambiado de forma alarmante: «Aquí no hay ningún centro de acogida, pero sí muchos jóvenes procedentes del Magreb que han llegado recientemente sin trabajo, ni rumbo. Ocupan viviendas abandonadas y actúan con total impunidad. Vivimos con miedo. Hemos instalado alarmas, pero eso no les disuade. Roban igual. Lo que se comenta entre la gente es que ahora se han propuesto agredir a la persona más mayor del barrio como una especie de prueba».

Según relatan varios residentes, el caso de Domingo no es un hecho aislado. Es el tercer episodio violento vinculado a jóvenes magrebíes en las últimas semanas. Sin embargo, los vecinos insisten en separar estos actos de la comunidad inmigrante asentada desde hace años en el municipio: «No somos racistas. Compro en la tienda de la esquina, donde los dueños son marroquíes. Gente trabajadora y honrada. Pero los jóvenes que han venido últimamente no buscan integrarse, solo causar problemas. Las mujeres, sobre todo, vivimos atemorizadas», comenta otra residente.

La manifestación, que en un principio se planteó como una protesta pacífica para visibilizar el descontento y la sensación de inseguridad en la localidad ante lo que los vecinos consideran un problema reiterado y no un «caso aislado», terminó descontrolándose tras las amenazas dirigidas a un numeroso grupo de personas inmigrantes que pasaban por la zona.