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Detalle del cartel promocional de La Grossa de Cap d'Any 2024

Tras más de una década de vida, la realidad ha puesto cada sorteo en su lugarLa Grossa

Lotería de Navidad 2025

Qué fue de 'La Grossa', la lotería de Cataluña que intentó desbancar al Gordo

Aunque hace años que no se publican datos de recaudación, en 2021, la Grossa perdió frente a la Lotería nacional por un aplastante 16 a uno

Cuando en 2013 la Generalitat de Cataluña anunció el nacimiento de La Grossa de Cap d’Any («la gorda de Nochevieja»), la iniciativa se presentó con una ambición apenas disimulada: crear una estructura de estado propia capaz de mirar a los ojos al todopoderoso «Gordo» de la Lotería de Navidad y, con el tiempo, desbancar su hegemonía en la región.

La premisa era atractiva para el comprador local, pues ofrecía una probabilidad de ganar ligeramente superior al tener menos números en el bombo y garantizaba que todos los beneficios recaudados se quedaran en casa, destinados íntegramente a proyectos sociales catalanes. Durante las primeras ediciones, el fervor patriótico y la novedad impulsaron las ventas, logrando colgar el cartel de «todo vendido» en varias ocasiones.

Sin embargo, tras más de una década de vida, la realidad ha puesto cada sorteo en su lugar, demostrando que la tradición navideña del 22 de diciembre tiene unas raíces emocionales demasiado profundas para ser cortadas por una alternativa institucional.

Lejos de sustituir al sorteo nacional, «La Grossa» ha terminado asumiendo un rol complementario, convirtiéndose en un invitado más. Las cifras hablan por sí solas: mientras los catalanes siguen gastando cientos de millones de euros en el sorteo estatal, las ventas de la lotería autonómica se han estabilizado en volúmenes mucho más modestos, conviviendo ambos boletos en las carteras de los ciudadanos.

Ambos sorteos también difieren en su precio y premio: si la Nacional se vende a 20 euros el décimo y 400.000 el Gordo; el sorteo catalán recorta ambos valores a justo la mitad: 10 el billete y 200.000 la Grossa. No obstante, dado que la lotería de la Generalitat reparte más premios menores que la española, hay ligeramente más probabilidades de rascar algo con esta que con la Lotería Nacional.

Ya no pelea por ser el Gordo

A pesar de no haber logrado el sorpasso, el proyecto está lejos de ser un fracaso. La Grossa ha sabido reinventarse y encontrar su propio espacio en el calendario, consolidándose como una tradición fija del 31 de diciembre. Ha expandido su marca con sorteos estacionales como el de Sant Jordi o La Castanyada, y ha logrado fidelizar a un público que valora su carácter solidario y de proximidad.

Hoy en día, «La Grossa» ya no pelea por ser el Gordo, sino que se conforma con ser la lotería de casa, esa segunda oportunidad que llega el último día del año para quienes no tuvieron suerte el día 22, cerrando el ciclo navideño con un sello de identidad propio.

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