¿Qué puedes comprar con el Gordo de la Lotería de Navidad?

Cuando la euforia del champán se disipa y el ganador del Gordo se sienta a hacer cuentas con la cabeza fría, la realidad financiera del premio ofrece un panorama que combina el alivio inmensa con la necesidad de moderar ciertas expectativas. Lo primero que hay que tener claro es la cifra real disponible para gastar: de los 400.000 euros nominales del décimo, Hacienda retiene automáticamente 72.000 euros, dejando en la cuenta bancaria un saldo neto de 328.000 euros.

Esta cantidad, aunque muy considerable, ha perdido el estatus de «solucionador de vida» que tenía hace décadas debido a la inflación y al coste de la vida, transformándose más bien en un extraordinario colchón de seguridad o un acelerador de proyectos vitales.

El destino rey del dinero del Gordo sigue siendo el mercado inmobiliario, aunque su alcance depende drásticamente del código postal. En grandes capitales como Madrid o Barcelona, esos 328.000 euros difícilmente permiten comprar un piso de lujo a tocateja. De hecho, en los barrios más cotizados, esa cifra apenas cubriría la entrada y una parte de la hipoteca de un inmueble familiar amplio.

Sin embargo, el escenario cambia radicalmente en otras provincias o en el entorno rural, donde con ese mismo importe se puede adquirir un chalet unifamiliar de obra nueva o un piso céntrico de altas calidades sin necesidad de endeudarse. Para la gran mayoría de los españoles, el verdadero lujo del Gordo no es comprar una casa nueva, sino la tranquilidad absoluta de «tapar agujeros».

El Gordo no sirve para retirarse

Si el ganador opta por los caprichos inmediatos en lugar del ladrillo, el abanico se abre, pero con matices. El premio permite acceder a vehículos de alta gama —un deportivo de lujo o un SUV premium—, aunque los asesores financieros siempre advierten que gastar una gran parte del premio en un bien que se devalúa tan rápido es la vía más rápida para volver a la casilla de salida.

También es posible permitirse un viaje de vuelta al mundo con todo tipo de comodidades o invertir en la educación de los hijos en las mejores universidades internacionales.

No obstante, la conclusión de los expertos es unánime: el Gordo de la Lotería de Navidad de hoy en día no sirve para dejar de trabajar y retirarse al Caribe, a menos que ya se esté cerca de la edad de jubilación. Es un premio para vivir mejor y dormir más tranquilo, pero no para vivir sin ingresos adicionales el resto de la vida.