Antonio Hernando y José Blanco
El Perfil
Hernando, la larga mano de Blanco y ZP en Ferraz
Rocoso, astuto, un superviviente de libro que logró flotar como un corcho en todas las crisis
José Blanco y su todopoderosa consultora Acento han desembarcado en el corazón de Ferraz. Y para pilotar esa operación, que extiende sus tentáculos hacia la dictadura china, nadie mejor que el alumno aventajado del exministro de Fomento, Antonio Hernando Vera (Madrid, 57 años), hoy ya adjunto a la nueva secretaria de Organización, Rebeca Torró. Blanco y Antonio montaron esta empresa de lobby, convidada en muchas adjudicaciones públicas, en la travesía del desierto que vivió el segundo al traicionar a Sánchez en la investidura de Rajoy. Hace cuatro años, ya rehabilitado por su viejo amigo, vendió sus acciones, dejó Acento e ingresó en el Gabinete de Pedro Sánchez, como mano derecha de Óscar López, otro de los «chicos de Blanco». Así que esta remodelación en el PSOE obligada por los escándalos de corrupción que asuelan a Sánchez tiene el sello de Pepe Blanco, a la sazón mano derecha de Zapatero, el primer padrino que tuvo Pedro antes de llegar al poder. Sánchez era el tercer «chico de Blanco», tras Hernando y López.
La llegada del hoy ascendido se completa con el de su mujer, Anabel Mateos, también exempleada de la poderosa consultoría, donde ejerció como senior hasta 2023, cuando fue nombrada secretaria ejecutiva socialista. Ahora esta pareja, estrechamente ligada a Blanco, se hace con los mandos del aparato socialista y tutelará a la sustituta oficial de Santos Cerdán. La elección del secretario de Estado de Telecomunicaciones, número dos de Óscar López en el Ministerio de Transformación Digital, no es ajena al creciente poder de Zapatero y Blanco en Moncloa.
Pedro Sánchez, acompañado de Antonio Hernando y Óscar López, entre otros
Hernando es un viejo conocido de la afición socialista. Rocoso, astuto, un superviviente de libro que logró flotar como un corcho en todas las crisis y que ganó la confianza de tres secretarios generales y hasta de una gestora, casi siempre ha ocupado un escaño en el Congreso. Fue uno de los rostros del PSOE desde la primera hora de Sánchez, portavoz del grupo parlamentario entre 2014 y 2017. Pero en 2016 las cosas se enfriaron entre los viejos colegas Pedro y Antonio. Hernando pasó de ser un firme defensor del «no es no» de su amigo en la investidura de Rajoy, a, cuando Pedro fue expulsado del partido por los barones, ponerse a las órdenes de la gestora de Javier Fernández y vender con el mismo convencimiento la abstención a la elección del presidente popular. Una pirueta que le enfrentó al sanchismo y que el actual presidente tardó en perdonar.
Mientras Óscar López dimitió como portavoz en el Senado por la caída de su jefe, Hernando optó por bracear como pudo y quedarse cuando el presidente de esa gestora y del Principado de Asturias se lo ofreció. Ganó peso porque no solo fue portavoz sino presidente del grupo, cargo que suele ostentar el candidato a presidente. El hoy recuperado dirigente lo justificó porque quería «coser heridas» internas. Sánchez tardó en perdonárselo y tuvo Hernando que pasar al sector privado: fue cuando creó Acento.
Militante y abogado experto en inmigración, estuvo en la comisión de Investigación del 11-M y fue, en sus inicios, el alter ego de Rubalcaba, de quien se consideraba discípulo aventajado, sobre todo en materia de comunicación. De hecho, apostó por el fallecido exministro de Interior en su liza para liderar el partido contra Carme Chacón. Rubalcaba le premió con la responsabilidad de Política Autonómica en el partido, pero su figura se desdibujó en 2014. Él mismo dio un paso atrás por el difícil divorcio que vivió y que le puso al borde de abandonar la política. Fue entonces cuando Sánchez lo recuperó para colocarle, en sustitución de Soraya Rodríguez, como portavoz en la carrera de San Jerónimo; luego llegaría su traición al sanchismo.
Fue uno de los rostros del PSOE desde la primera hora de Sánchez. Pero en 2016 las cosas se enfriaron entre los viejos colegas Pedro y Antonio
Su amistad con Sánchez y con Óscar López se forjó durante la etapa de José Blanco como secretario de Organización, de 2000 a 2008. Por eso Pepe lo acogió de nuevo cuando en 2019 y con Hernando fuera de la política, le sumó a su nueva consultora de asuntos públicos, de la que fue administrador y socio hasta octubre de 2021, cuando en el 40 Congreso del PSOE Sánchez cauterizó las heridas entre amigos y le recuperó como director adjunto del Gabinete del presidente. Militante de la agrupación madrileña de Chamberí, nunca ejerció poderes territoriales. Cesó en 2023 para presentarse a las elecciones como cabeza de lista por Almería y, usando el escaño de quita y pon, renunció al mismo para regresar al mismo cargo de Moncloa. Y ya en 2024, con la salida de Óscar López del Gabinete hacia el Ministerio de Transformación Digital, fue devuelto al Gobierno.
Hoy, la larga mano de Blanco y Zapatero en Ferraz, y un nexo con la china Huawei, que enfrenta al Gobierno con Estados Unidos, se llama Antonio Hernando.