Exteriores renuncia a llevar la oficialidad del catalán a Bruselas por tercera vez para evitar otro fracaso

A veces, sí hay dos sin tres. El Gobierno ha renunciado a incluir el debate sobre la oficialidad del catalán, el gallego y el euskera en la UE en la primera reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE del curso, que se celebrará el próximo martes en Bruselas, porque sigue sin convencer a los países miembros.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ha decidido no volver a lanzarse a la piscina tan pronto después de los fracasos que cosechó en las dos reuniones anteriores, celebradas julio y mayo. En ambas, el Ejecutivo de España acabó pidiendo in extremis que la propuesta no se sometiera a votación de los Veintisiete porque sabía que iba a perder. No quería hacer visible e irreversible su derrota.

Para que la oficialidad supere el trámite, hace falta que ningún país vote en contra (las abstenciones no computan), y en los últimos meses varios han venido mostrando serias reticencias por el precedente que sentaría, por el coste -aunque el Ejecutivo español se ha comprometido a asumirlo- y porque no ven viable hacer algo así sin modificar los tratados, en contra de lo que sostiene España.

El orden del día provisional del Consejo del día 16 de septiembre se cerró antes de que Junts tumbara en el primer asalto -el de las enmiendas a la totalidad- el proyecto de ley de reducción de la jornada laboral de Yolanda Díaz, el pasado miércoles en el Congreso. De manera que esto no es una represalia de Pedro Sánchez contra Carles Puigdemont. De hecho, los socialistas están intentando recomponer puentes con el partido independentista tras las duras acusaciones que le lanzó la vicepresidenta segunda durante el debate del miércoles: el presidente necesita que Junts se siente a la mesa para negociar los Presupuestos Generales de 2026.

Cabe recordar que la oficialidad de las tres lenguas (que ni siquiera son cooficiales en toda España) entró a formar parte de las prioridades del Gobierno de Sánchez cuando Junts se lo exigió a cambio de sus votos para elegir a Francina Armengol como presidenta del Congreso, al comienzo de la legislatura.

Ahora no, más adelante sí

Que España no haya solicitado que la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego se debata por tercera vez consecutiva en el Consejo de Asuntos Generales de la UE no quiere decir que haya renunciado a ello, sino que sigue haciendo gestiones para convencer a los países miembros. En el acta de su último encuentro, celebrado el 18 de julio, el Consejo se comprometía a dejar la puerta abierta: «El Consejo ha debatido la solicitud de España de incluir el catalán, el euskera y el gallego entre las lenguas oficiales de la UE. Los ministros han mantenido un cambio de impresiones constructivo y han decidido seguir trabajando en la solicitud española de modificación del Reglamento n.º 1/1958, que regula el régimen lingüístico de la UE. El Consejo de Asuntos Generales seguirá ocupándose de este asunto», rezaba.

Tras ese encuentro, el secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Sampedro, pidió a los socios europeos «no secuestrar o retrasar innecesariamente» la solicitud española, y deslizó, refiriéndose a ellos: «Quizá hay otros motivos que explican sus posiciones, pero desde luego no es la falta de información, no es la falta de explicaciones y no hay ningún argumento, ni económico, ni en términos legales, ni en términos de precedentes que pueda justificar retrasar esta iniciativa un minuto».

Antes de que acabe el año, el Gobierno de Sánchez tendrá otras tres ocasiones para introducir el debate por tercera vez. El Consejo se reunirá también el 21 de octubre, el 17 de noviembre y el 16 de diciembre. Por lo pronto, en el encuentro de martes los socios centrarán el debate en la situación del Estado de Derecho en Albania, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia, que son países candidatos a entrar en la UE.