El presidente de la Audiencia Nacional, Juan Manuel Fernández, toma posesión de su cargo
Tribunales El presidente de la Audiencia Nacional desvincula sus decisiones de la política partidista
«Vivimos tiempos marcados por el populismo, definido como aquella tendencia política que pretende atraerse a las clases populares», afirma Juan Manuel Fernández
El presidente de la Audiencia Nacional, Juan Manuel Fernández, ha señalado este jueves que las decisiones de los jueces «responden a una lógica que no puede ser la de la política partidista» y que por ello su función «tiene una inevitable dimensión de contrapoder», informa Efe.
Estas reflexiones las ha expresado en el acto de imposición de insignias a los magistrados de este tribunal recientemente jubilados -como el extitular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de Manuel García Castellón-, y de entrega de diplomas a los que cumplen ahora 25 años en la carrera judicial, entre los que figura el sucesor de García Castellón en dicho Juzgado, Antonio Piña.
«Vivimos tiempos marcados por el populismo, definido como aquella tendencia política que pretende atraerse a las clases populares», ha advertido Fernández, que ha añadido que de esta definición «resulta una primera consecuencia», que es que ningún juez, «en una sociedad democrática, puede perseguir esta finalidad».
Por eso entiende que las decisiones que debe adoptar un juez «deben ser y suelen ser a veces tremendamente impopulares» porque, ha insistido, «satisfacer las expectativas populares en la resolución de los casos no es admisible, porque eso pone en peligro gravísismo a los que son más desfavorecidos».
En su discurso ha reconocido también la labor de todos los galardonados, de los que ha hecho una pequeña semblanza uno a uno y ha manifestado a todos su respeto por su entrega a su trabajo en la Audiencia Nacional que, en algunos casos ha dicho, ha supuesto incluso a poner en peligro sus vidas, fundamentalmente en los años en que se sucedían los atentados de ETA.
Miguel Ángel Blanco
Tras ese recordatorio sobre la banda terrorista, se ha dirigido a García Castellón como «aquel juez de guardia desplazado a Ermua (Vizcaya)» con motivo del asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco, en 1997, una de las causas que instruyó y que más impronta le dejaron en sus 46 años de carrera judicial.
La semana que viene, este juez ya jubilado, conocido en los últimos tiempos por causas mediáticas como el caso Villarejo o Tsunami, en el que llegó a pedir la imputación por terrorismo del expresidente catalán Carles Puigdemont, presenta el libro «Habla, para que se conozca» en el que aborda algunas de estas investigaciones sobre las que en su momento no podía pronunciarse.
El presidente de la Audiencia Nacional también ha hecho mención a la magistrada Ángela Murillo, que se jubiló siendo presidenta de la Sección Cuarta de lo Penal y que no ha podido acudir al acto por encontrase fuera de Madrid.
Sobre ella ha recordado su participación en «innumerables juicios» contra miembros de ETA y los distintos aparatos de la organización terrorista, como el de EKIN, dejando en evidencia que ETA «era mucho más que los pistoleros» de los atentados.
