Sánchez llega a Colombia para participar en la cumbre izquierdista de Petro en que ha quedado la UE-CELAC

Si uno observa la foto de la última cumbre UE-CELAC (Unión Europea - Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) que tuvo lugar hace dos años en Bruselas, la diferencia con la imagen que se ofrecerá este sábado en la localidad colombiana de Santa Marta será más que evidente. Cerca de medio centenar de mandatarios con los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 países de la UE a la cabeza frente a los 2 de la cumbre de Colombia que se celebra este sábado y a la que Pedro Sánchez ha llegado la pasada madrugada.

Solo el presidente anfitrión, Gustavo Petro, el presidente de Brasil, Lula da Silva y el primer ministro portugués, Luis Montenegro, junto con el presidente del Consejo Europeo, el también socialista Antonio Costa, estarán con Pedro Sánchez en una cumbre que se creó con intención de estrechar lazos entre Europa y América y que este año se ha quedado en una maltrecha reunión de representantes de la izquierda europea y americana.

Ni tan siquiera acudirán por cercanía los mandatarios que sí asisten en Brasil a la Cumbre del Clima COP30 que tiene lugar en Belém. E incluso, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, gran aficionada a representar a la institución en todas las cumbres posibles, ha declinado la invitación de Petro y acudirá en su nombre la alta representante de la política exterior europea, Kaja Kalas.

Fuentes del Gobierno español subrayaron a EFE que Sánchez ha querido estar presente para evidenciar el papel protagonista que España juega en las relaciones entre Europa y América Latina y el Caribe. Con la representación que ha acudido a Colombia, no le costará demasiado evidenciarlo.

Ha nadie se le escapa el hecho de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump haya incluido a Colombia en los países que colaboran en la introducción de droga en Estados Unidos, junto con Venezuela, incluso bombardeando una presunta narcolancha colombiana, ha influido en la escasa asistencia de líderes.

Una cumbre «fundamental»

No parece importarle demasiado todas estas ausencias al presidente del Gobierno español que consideró desde la COP30 que «es fundamental que se celebre en medio del actual contexto geopolítico».

«En este momento lo que debemos hacer es construir puentes, reforzar nuestra agenda bilateral con un continente que nos es muy próximo desde el punto de vista cultural e histórico, y también económico y comercial», dijo Sánchez.

De la misma forma, confió en que en breve se pueda culminar el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur para forjar el que dijo que será el área de libre comercio más importante del mundo.

«Frente a otros países y otras administraciones que se retraen en sí mismas (en alusión a Estados Unidos), lo que tiene que hacer Europa es lo que viene recetando España, abrirnos, construir puentes con otras sociedades y otros bloques regionales», añadió.