Una sociedad del padre de una secretaria de Estado operó en el mismo piso que la constructora con la que Cerdán cobraba las mordidas

El empresario Fernando Sumelzo, padre de Susana Sumelzo, secretaria de Estado para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo y una de las dirigentes socialistas de mayor confianza para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo a su nombre una sociedad que durante más de dos años operó en el mismo piso desde el que la trama vinculada a Santos Cerdán gestionó el cobro de comisiones ilegales, tal como figura en varios informes policiales de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.

La documentación a la que ha tenido acceso El Debate sitúan a Infraestructuras Montearagón SL entre el 18 de febrero de 2021 y el 6 de marzo de 2023 en el segundo piso de la calle San Nicolás número 1 de Pamplona. Ese mismo domicilio, exactamente la misma vivienda, figura desde el 7 de diciembre de 2018 como sede de Servinavar SL, la sociedad instrumental utilizada por Cerdán para recibir pagos, pactar adjudicaciones y canalizar fondos procedentes de contratos públicos. Se trata de una dirección relevante dentro de las actuaciones judiciales del caso, mencionada de manera reiterada por los investigadores como uno de los puntos donde se centralizó buena parte de la actividad financiera de la red.

La coincidencia entre ambas sociedades no es un hecho puntual. Montearagón y Servinavar compartieron piso durante más de dos años, un periodo en el que la empresa instrumental ya desempeñaba un papel clave en las operaciones atribuidas a la trama. Servinavar aparece citada en distintas comunicaciones y documentos intervenidos por la Guardia Civil como uno de los vehículos societarios utilizados para el cobro de mordidas y la gestión de adjudicaciones vinculadas a obras públicas. En la actualidad, Cerdán mantiene el 45 % del capital social y la influencia del dirigente socialista se considera fundamental. La empresa, dedicada en teoría a actividades de construcción, fue el eje desde el cual se articularon operaciones que hoy están bajo análisis judicial.

La presencia simultánea de una sociedad familiar de Sumelzo en ese mismo domicilio añade una derivada significativa al caso. Tanto por la naturaleza de la empresa con la que compartió piso como por el periodo concreto en el que coincidieron. Montearagón entró en la vivienda en febrero de 2021, cuando Servinavar llevaba más de dos años operando como herramienta societaria de la red. Cuando se marchó, en marzo de 2023, lo hizo en un momento especialmente sensible para los implicados, ya que diversas actuaciones del procedimiento revelan que en ese tramo temporal varios miembros del grupo comenzaron a modificar rutinas y a mover sociedades tras percibir que la investigación avanzaba.

Mientras Servinavar operaba desde el piso de Pamplona, la familia de Susana Sumelzo consolidaba una posición dominante en obra pública a través de una red empresarial que encabeza Sumelzo SA. Esta constructora aragonesa, propiedad del padre y los hermanos de la secretaria de Estado, ha recibido más de 30 millones de euros en contratos desde la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno. En concreto, 14 millones de euros adjudicados por el Gobierno y otros 16,7 millones más otorgados por instituciones gobernadas por el PSOE. Sumelzo SA es una de las compañías privadas más beneficiadas por la contratación pública en la etapa de Sánchez, con encargos de la Confederación Hidrográfica del Ebro, la Dirección General del Agua, la Diputación de Zaragoza, varias comarcas y diversos ayuntamientos gobernados por el PSOE.

Infraestructuras Montearagón, aunque de menor tamaño, forma parte del mismo núcleo societario familiar. La documentación revisada por este periódico muestra que la sociedad entró en el domicilio compartido con Servinavar en pleno funcionamiento de la trama y permaneció allí durante un periodo prolongado que coincide con fases clave del caso. La dirección del número 1 de la calle San Nicolás aparece de forma reiterada en documentos internos del procedimiento, en anotaciones económicas y en comunicaciones intervenidas que resultaron relevantes para reconstruir el circuito financiero de la red.

La salida de Montearagón se produjo precisamente cuando distintos implicados comenzaron a realizar movimientos societarios inusuales que los investigadores han interpretado como señales de alarma ante el avance de la investigación. Servinavar continúa hoy en el mismo segundo piso de San Nicolás 1 y Montearagón ya no figura en ese domicilio. Sin embargo, la coincidencia temporal, espacial y societaria entre ambas empresas, una ligada al núcleo económico del caso y la otra perteneciente al entorno familiar de una alta cargo del Gobierno, se ha convertido en una de las claves que permiten comprender la amplitud del escenario en el que se desarrolla una de las investigaciones más relevantes de los últimos años.