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El expresidente Mariano Rajoy, durante la entrevista en El Debate

El expresidente Mariano Rajoy, durante la entrevista en El Debate

Entrevista a Mariano Rajoy

«Vivimos la etapa más desdichada desde 1978. Es un periodo sombrío de nuestra historia»

El expresidente reflexiona para El Debate sobre las tres cosas que más le preocupan: un Gobierno que no puede gobernar, el déficit de calidad democrática y la polarización que Sánchez ha sembrado en la sociedad

Mariano Rajoy ha condensado sus convicciones de siempre y las reflexiones de cuatro décadas de trayectoria política en El arte de gobernar, un libro que rezuma filosofía mariana. El expresidente del Gobierno se muestra muy preocupado por la situación que vive España, pero es optimista con el futuro. «Las sombras tampoco duran indefinidamente», afirma.

-Bieito Rubido. No sé si hay una satisfacción íntima, pero a medida que pasa el tiempo la figura de Mariano Rajoy se va engrandeciendo, y a ello han contribuido como nadie los que presentaron la moción de censura bajo el argumento de combatir la corrupción. Unos están en la cárcel y otros a punto de entrar.

-Yo soy poco partidario de darle muchas vueltas al pasado. Pero solo quiero recordar que los que llevaron el peso de la moción eran el actual presidente del Gobierno y el exministro Ábalos. Y en un momento de mi intervención les dije: «Para dar lecciones hay que estar muy seguro. Si no, mejor callarse».

-B.R. ¿Qué opina del momento actual que está viviendo España?

-Creo que vivimos la etapa más desdichada desde 1978. Es un periodo sombrío de nuestra historia, del que yo estoy absolutamente convencido que se puede salir y se va a salir. Hay tres temas que me preocupan. Primero, hay un Gobierno que no puede gobernar y que lleva sin presentar Presupuestos toda la legislatura. Segundo, hay un déficit de calidad democrática que hay que corregir. Hay quien se cree que la democracia es votar, ser elegido y punto. No, son muchas cosas: la división de poderes y el respeto a la independencia de los jueces y del resto de las instituciones. Y tercero, que es consecuencia de todo lo anterior y de la formación del Gobierno Frankenstein: la división y la polarización que se ha producido en España como no había tenido lugar. Pero ese periodo pasará, las sombras tampoco duran indefinidamente.

-Ana Martín. ¿No se están cruzando líneas rojas que será imposible desandar?, ¿todo es reversible?

-Yo considero fundamental un cambio de Gobierno, que creo que se va a producir cuando haya elecciones. Lo más importante es recuperar la calidad democrática. Tampoco hay que hacer grandes cosas, hay que conseguir que España sea una democracia simplemente, como ha sido durante estos 40 años. Y que luego haya un Gobierno que genere un mínimo de respetabilidad y que transmita sensatez y seriedad. Esta situación es lamentable. Se prolongará el tiempo que el presidente del Gobierno decida, no hay que engañarse. Pero la forma de cambiar del Gobierno no hay otra que las elecciones.

Un momento de la entrevista a Mariano Rajoy

Un momento de la entrevista a Mariano Rajoy

-Ramón Pérez Maura. ¿Todas las máximas que contiene su último libro, El arte de gobernar, han salido de discursos que ya había pronunciado? Y si es así, ¿cabe decir que esto es prácticamente una autobiografía política?

-Lo que he pretendido en primer lugar es afirmar algunas convicciones, que las tengo hoy y las tenía hace 30 años. Defiendo la democracia, me posiciono en contra de los populismos, defiendo la Constitución española, la Transición democrática, una determinada manera de hacer una política económica. Luego hay otra parte que yo llamaría de reflexiones, de lo que yo he vivido y de lo que he aprendido a lo largo de 40 años que valen para la política y para la vida en general. Tengo un capítulo sobre el arte de gobernar y otro sobre los jóvenes políticos, que empieza diciendo: «No te saltes el escalafón, eso no conduce a sitio alguno».

-B.R. Hablando de jóvenes, ¿a qué cree usted que obedece esa capacidad que hoy tiene la derecha de atraer a la gente más joven en España?

-El joven normalmente quiere cambiar las cosas. Eso a los 20 años. La gente quiere cambiar el Gobierno Frankenstein. Además, el mundo está cambiando a tal velocidad que hay mucha gente que el futuro no lo ve muy claro. Y luego hay problemas más puntuales, como la vivienda. Es incertidumbre de cara al futuro, mezclado con un rechazo que me parece muy razonable a los que nos están gobernando en estos momentos. Pero en fin, al final las cosas se van poniendo en su sitio. Yo les diría a los jóvenes: «Oye, tú preocúpate de lo que puedes hacer tú por ti mismo y no esperes que los demás hagan más que cuidar los servicios públicos. Tú vas a hacer en la vida fundamentalmente lo que tú te ganes con tu trabajo, con tu esfuerzo, con tus conocimientos y con tu dedicación. Y luego habrá cosas que te ayuden o que te molesten en tu trayectoria. Pero sé tú».

-A.M. Los jóvenes están teniendo mucha importancia en el ascenso de Vox. ¿Lo ve en disposición de de disputarle al PP la primera posición en la derecha?

-Francamente no, y además creo que sería tremendo para España. A un extremismo, que es el que estamos sufriendo los españoles, no le puedes oponer otro extremismo, porque entonces la división y la polarización que existe hoy en España se multiplicaría. A un extremismo hay que oponerle un partido de centro derecha que está en el Partido Popular Europeo, en las instituciones, que ha gobernado, que tiene experiencia. Creo que es el momento de la sensatez. La prioridad aquí hoy no es la ideología. La prioridad es la democracia y el respeto a la Constitución y a la ley.

Vox no está en disposición de disputar al PP la primera posición de la derecha. Sería tremendo para España

¿Luego qué puede pasar?, ¿a qué acuerdos se puede llegar si es necesario acordar? Yo no lo sé, pero hay dos cosas que, sinceramente, no las entiendo: la crítica continua de los dirigentes políticos de Vox al PP, más que al Gobierno Frankenstein, y el boicot a los presupuestos que está presentando el PP en las comunidades autónomas.

-R.P.M. A este Gobierno hay que reconocerle una gran capacidad para armar relatos, y uno es que tenemos una economía que va como un tiro, mejor que nunca.

-Me preocupa que cuando este Gobierno sea sustituido, el que llegue se encuentre con una situación como la que nos encontramos nosotros en el año 2011. La economía también iba como un tiro en el 2008 y 2009, y en seis meses dejó de ir como un tiro. Y poco tiempo después España estuvo a punto de quebrar. Las grandes damnificadas están siendo las clases medias, sobre todo las clases medias urbanas. Estos jóvenes preparados con sus estudios, con sus ganas. Eso es muy peligroso, porque son los llamados a garantizar un buen futuro al resto de los españoles durante mucho tiempo.

Mariano Rajoy junto a Bieito Rubido, Ana Martín y Ramón Pérez Maura

Mariano Rajoy junto a Bieito Rubido, Ana Martín y Ramón Pérez MauraMiguel Pérez Sánchez

-A.M. ¿Le ha dado algún consejo a Alberto Núñez Feijóo sobre qué relación tiene que tener, o puede tener, el PP con el PNV y con Junts?

-Yo no no doy consejos porque no es mi función. Creo que no pasa nada porque uno se entienda con los nacionalistas, siempre y cuando sea dentro del marco de los principios democráticos y de la Constitución española. Eso es lo que hemos hecho nosotros. Yo me entendí con el PNV, me aprobaron dos Presupuestos y, sin embargo, me pedían que les diera la competencia de Instituciones Penitenciarias y no se la di. Estos sí se la han dado, para trasladar a los presos de ETA al País Vasco. A mí no se me ocurriría darle una amnistía a nadie, porque me parece que es contrario a la Constitución. Fuera de la Constitución, de ninguna manera.

-R.P.M. Supongo que el momento en el que más soledad debió de sentir en su Presidencia fue cuando tuvo que tomar la decisión del 155. Con lo que Carles Puigdemont está sacando a este Gobierno, ¿qué sensación interna le queda?

-Por lo pronto cumplimos con nuestro deber y la Generalitat fue cesada. Lo más importante del artículo 155 y de su aplicación, en mi opinión, es que desde el día que se aplicó todo el mundo se enteró de que la democracia española tiene instrumentos para defenderse si es atacada. Lo que quería era que hubiera una razón contundente que yo pudiera defender ante mis socios europeos, y ésa fue la declaración de independencia. Y había otra cosa que creía fundamental: el apoyo del PSOE, aunque teníamos mayoría, pero era la defensa de la unidad de la Nación. Al final lo conseguí.

Con el 155 todo el mundo se enteró de que la democracia española tiene instrumentos para defenderse si es atacada

-B.R. ¿Ha dado alguna recomendación especial a Feijóo, que tenga que ver con el arte de gobernar?

-El problema que tenemos desde hace tiempo los líderes de la derecha española, sobre todo antes de llegar al Gobierno -aunque luego también-, es que nuestros electores son exigentes. Y hacen bien. El primer líder fue Manuel Fraga, que no llegó a la Presidencia del Gobierno. Luego vino Aznar y las cosas que decían de él. Luego cuando llegué yo decían: «Pero de dónde ha salido este anticarismático». Al final, lo único que funciona es tomar decisiones que tú creas que son buenas para el interés general. Bueno, y para tu partido si quieres llegar al Gobierno. Alberto Núñez Feijóo ha ganado cuatro veces por mayoría absoluta las elecciones en Galicia. Yo creo que está absolutamente bien preparado para ser presidente del Gobierno. No porque sea del PP o porque pueda yo tener una buena relación con él. Estoy absolutamente convencido y no veo a nadie ni a años luz.

-A.M. El ministro Bolaños emplazó el miércoles a Miguel Tellado a iniciar las negociaciones para renovar los cuatro magistrados del Tribunal Constitucional cuyo mandato vence ahora. ¿Usted cree que con este PSOE, y en estas circunstancias, el PP debe negociar algo?

-Soy poco partidario de hacerlo en esta situación. Yo negocié el Consejo General del Poder Judicial con Rubalcaba en 20 minutos, y no pasó nada. Y tengo que decir que la última negociación del CGPJ salió bien. Por lo menos se transmite una imagen de que hay algunas instituciones, con todos sus problemas y sus dificultades, de una cierta seriedad; lo cual, por otra parte, es fundamental. Yo en lo del día a día no sé si eso es conveniente o no es conveniente, ni sé cuál es la decisión del partido. Pero las instituciones y el interés general tienen que estar por encima de los asuntos de los partidos. Realmente pactar con el PSOE hoy… es que lo ponen muy difícil.

El PSOE lo pone muy difícil para pactar con él hoy. Yo negocié el CGPJ con Rubalcaba en 20 minutos, y no pasó nada

-R.P.M. Una de las críticas que más frecuentemente escucho de su paso por el Gobierno viene de la derecha: teniendo una mayoría absoluta, ¿por qué nunca se derogó la Ley de Memoria Histórica?

-Porque el político tiene que estar muy atento a la realidad y saber lo que procede hacer en cada momento. En mi tiempo nadie habló de la Ley de Memoria Histórica. Si yo la hubiera derogado, cuando llegara el PSOE la volvería a hacer multiplicada por cinco, simplemente. En mi época no existía este debate, no hubo asignación presupuestaria y no ocurrió nada. Yo creía que debíamos concentrarnos en lo importante y no generar bronca. No era momento para bronca. Me concentré primero la economía, luego tuvimos la sucesión en la Corona, el problema catalán.

-A.M. Usted que ha estado en el lugar de Pedro Sánchez, ¿qué es ese magnetismo que tiene la Moncloa, que tan difícil de ella?

-Creo que el problema viene de una ambición desmedida. No se puede llegar a un sitio pasando por encima de todo, esto de que 'el fin justifica los medios'. El fin es que esté yo. En el año 2016 yo salí elegido presidente del Gobierno con la abstención del PSOE. No hicieron el Frankestein, no se les pasó por la imaginación. Pero es que para eso tuvieron que echar al actual secretario general del partido. Pero luego les ganó el Congreso e hizo el Frankenstein. Es decir, nadie pensaba que el PSOE podía llegar a un entendimiento con esta gente. Hay unos cuantos que están en la cárcel, otros que se quieren ir de España y otros que están fuera. Es un espectáculo grotesco. Es la historia de una enorme, y terrible para España, ambición personal.

-R.P.M. Con la ocupación de las instituciones que estamos viendo. ¿A usted le preocupa la limpieza del proceso electoral?

-Yo tengo que hablar de hechos. No quiero ni pensar que algo pudiera ocurrir. No tengo ningún dato, ni manejo documentos, lo único que conozco son las encuestas del CIS, de las cuales tengo la misma opinión que la mayoría de la gente normal. No quiero ni pensarlo.

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