El magistrado Enrique Arnaldo
Magistrado del Tribunal Constitucional
El magistrado Arnaldo ingresa en la Academia de Jurisprudencia: «La desinformación amenaza la integridad de las elecciones»
El juez del TC y ex letrado en Cortes ha alertado sobre el riesgo del «poder digital» de las redes sociales para la «pureza electoral» y la «salud de la democracia»
El jurista y magistrado del Tribunal Constitucional Enrique Arnaldo ha ingresado esta tarde como nuevo académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España (RAJyL), con un discurso basado en El principio de estabilidad electoral, donde ha puesto de relieve cómo de las reglas electorales existentes en un país va a depender en buena medida la calidad democrática del mismo; y, como punto esencial, ha advertido del riesgo actual que representa el «poder digital», fundamentalmente a través de las redes sociales, para garantizar la «pureza» de los procesos electorales.
Sobre la citada amenaza Arnaldo -quien fue acompañado hasta la tribuna por Marta Villar y Francisco Marhuenda, los dos últimos académicos en ingresar en la institucion- ha afirmado que «el índice rojo de las prioridades», a día de hoy, que no está resuelto para lograr la «pureza electoral», no es otro que el impacto del poder digital en la competición de los comicios. Un «auténtico reto existencial que trasvasa las competencias del legislador electoral nacional» y que tiene incluso, citando en este punto al jurista italiano Ferrajoli, una «potencia distorsionante» del Estado democrático de Derecho.
Por el momento, ha añadido Enrique Arnaldo, «la realidad virtual goza de una incomprensible inmunidad al residenciarse en un limbo introuvable, y aquí y ahora el dinámico legislador electoral de otrora sigue con los brazos cruzados».
«Todo lo anterior viene derivado», ha destacado Arnaldo, cómo en pocos años la denominada «desinformación» se ha convertido en un hecho incontestable que maniobra «plácidamente a través de las redes sociales», y que tiene un «relevante impacto amenazante para la integridad de las elecciones y para la salud de la democracia, que no puede defenderse contraviniendo sus propios valores y principios y, en la cúspide, de los mismos, la libertad de expresión y la libertad de acción política».
Así, en opinión del nuevo académico de número de la RAJyL, tal como ha reflejado su discurso, el «concepto tradicional de campaña electoral» ha «saltado por los aires» en la era digital y el legislador se ha visto no sólo superado, «sino que se encuentra desconcertado, incapaz de reaccionar para afrontar el nuevo signo de los tiempos en la comunicación entre los partidos políticos, desbordados, asimismo, y los ciudadanos alimentados de fuentes variopintas, de orígenes confusos y de escasa fiabilidad».
Y es que, Arnaldo ha reflexionado sobre cómo, incluso en las democracias más veneradas, resulta relativamente fácil desmantelar los controles y equilibrios democráticos, mediante las interferencias directas e indirectas en los procesos electorales y en el debate público”, tal como ya expuso la expresidenta del Tribunal Europeo de Derechos Humanos Siofra O'Leeary.
De hecho, el magistrado del TC y nuevo académico, ha destacado que no se puede obviar el «hecho notorio» de que un conjunto de «fuerzas exógenas pretenden erosionar la democracia a través de la injerencia en el proceso electoral», riesgo frente al cual los estados tienen el deber de aplicar inexorablemente lo establecido en el artículo 3 .1 del Protocolo Adicional del Convenio Europeo de Derechos Humanos, donde se fija «la obligación positiva de garantizar la compatibilidad de la libertad de expresión con la celebración de las elecciones libres incluso en ausencia de pruebas directas de manipulación, y siempre de forma equilibrada y proporcionada».
En este contexto, «la preocupación no es quién vota, sino cómo se vota», ha incidido el magistrado. Una cuestión que repercute directamente en que se forme libremente «la voluntad del votante, sin condicionamientos ni manipulación».
De hecho, una de las conclusiones principales que ha expuesto el nuevo académico relacionaba la ley electoral con la democracia y los riesgos que hay que sortear: «Si de la ley electoral depende, en no poca medida, que la democracia sea buena o mala, para que sea buena debe evitarse la ingeniería electoral, pues en el sistema electoral no encontramos la totalidad de las respuestas sobre la gobernabilidad o la institucionalidad, o sobre el sistema de partidos, caerá. Hay otras variables no desdeñables».
El discurso de contestación corrió a cargo del académico y presidente emérito del Tribunal Constitucional Pedro González-Trevijano, en un acto presidido por el presidente de la RAJyL, Luis María Cazorla Prieto, al que han asistido una nutrida representación de magistrados del TC, entre ellos su vicepresidenta, Inmaculada Montalbán, así como Isabel Perelló, presidenta del Supremo y del CGPJ, y el vicepresidente del Alto Tribunal Dimitry Berberoff. Además, también han arropado al nuevo académico los presidentes de Sala Pablo Lucas Murillo e Ignacio Sancho y magistrados como Manuel Marchena, Carlos Lesmes, Pablo Llarena, Antonio Narváez o Antonio del Moral, entre otros.
A todos ellos, se han sumado varios vocales del Consejo del Poder Judicial e, incluso, el presidente del Tribunal Constitucional de Cabo Verde, José Pina.