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Marisma del Parque Nacional de DoñanaGTRES

Andalucía

La NASA pone de nuevo en el disparadero al plan de regadíos a cuenta de Doñana

La agencia espacial estadounidense denuncia que el acuífero de Doñana se seca por el turismo y el cultivo de la fresa: munición para que la izquierda vuelva a la carga contra la iniciativa del PP y Vox

La NASA ha dado munición a la izquierda para continuar con el acoso y derribo a la proposición de ley para la mejora de la ordenación de regadíos de la Corona Norte de Doñana. La agencia espacial estadounidense afirma que «la agricultura y el turismo más allá de las fronteras del parque han gravado cada vez más el suministro de agua», poniendo de nuevo en el disparadero al plan de regadíos del PP y Vox.
Según un informe del Observatorio de la Tierra de la NASA, basado en datos satelitales recogidos durante más de tres décadas para comprender cómo las demandas humanas han afectado al acuífero de Doñana, el 83 % de los humedales están menos inundados de lo que podría explicarse por la sequía, y ello se debe a que el uso de aguas subterráneas causó que la mayoría de ellos «se inundaran con menos frecuencia, y en algunos casos se secaran por completo».
Los impactos más notables aparecen directamente adyacentes a donde se bombea el agua, según las conclusiones del informe, que destaca el desarrollo del enclave turístico de Matalascañas, donde se emplean aguas subterráneas. Además, añade que un campo de golf que funcionó allí durante 17 años redujo la inundación de estanques durante ese tiempo y que, en la franja occidental del Parque, los invernaderos que cultivan fresas y otros frutos rojos extraen agua del acuífero para el riego.
«La misma agua subterránea que impulsa los ciclos de inundación del humedal también es accesible para usos fuera del Parque Nacional», recoge el estudio, que recuerda que las marismas, humedales y dunas de Doñana «proporcionan hábitat para cientos de especies de aves, junto con animales en peligros de extinción».
En total, de los 316 estanques estudiados, el 59 % no se ha inundado desde al menos 2013, y el 83 % se está inundando menos extensamente, y por menos tiempo, de lo que se explicaría por el clima. «El desarrollo fuera del área protegida, además de la sequía prolongada, han gravado el acuífero compartido y ha puesto en peligro el ecosistema y su estado protegido», asegura el informe.
La NASA subraya también que en las últimas décadas los agricultores cercanos al humedal han cambiado desde cultivos «tolerantes» a la sequía, como aceitunas o granos, hasta cultivos más intensivos en agua, particularmente fresas.

Sustitución de aguas subterráneas

El PSOE, que gobernó Andalucía durante 37 años, hasta 2019, y los grupos a su izquierda, Por Andalucía (Podemos, Izquierda Unida y Más País) y Adelante Andalucía –el partido de Teresa Rodríguez–, no han dudado en usar estas conclusiones para recriminar a Juanma Moreno su defensa del plan de regadíos, pese a que éste plantea, literalmente, la «sustitución de aguas subterráneas para regadíos por aguas superficiales».
El presidente andaluz, dispuesto a que se modifique la proposición de ley vía enmiendas, ha instado a los grupos de izquierdas en infinidad de ocasiones, la última ayer miércoles en el debate de política general sobre Andalucía, a enmendar la iniciativa; pero para ellos sólo cabe la retirada y cumplir el llamado Plan de la Fresa de 2014, que excluyó a más de 1.500 agricultores del Condado de Huelva.
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