Juanma Moreno y el consejero de Turismo, Arturo Bernal, inauguran el pabellón de Andalucía en Fitur

Juanma Moreno y el consejero de Turismo, Arturo Bernal, inauguran el pabellón de Andalucía en FiturÁlex Zea | Europa Press

El modelo turístico, a debate

Moreno busca el equilibrio para atraer más visitantes hacia Andalucía y no caer en el sobreturismo

El Gobierno andaluz, que prevé un nuevo récord de turistas en 2024, permitirá a los ayuntamientos limitar los pisos turísticos

Andalucía recibió en 2023 a un total de 33,9 millones de turistas, pulverizando así el anterior récord, establecido en el año 2019, cuando visitaron la comunidad andaluza 32,5 millones de turistas. Este nuevo máximo histórico, que representa un crecimiento del 9,9 % respecto a 2022 (30,8 millones), ha superado además las expectativas iniciales, toda vez que el objetivo era alcanzar los 33 millones de visitantes.
El incremento de la actividad turística supuso un impacto en la economía andaluza de unos 24.800 millones, un montante que representa un cuarto de los ingresos de toda España y que se superará en 2024 si se cumplen las previsiones que maneja el Gobierno andaluz, ya que, en el peor de los escenarios y con los pronósticos más desfavorables del panel de expertos, Andalucía podría rebasar los 35 millones de turistas este año.
Además, este crecimiento también se reflejó en el movimiento hotelero, con casi 20 millones de viajeros alojados, igual que en 2019, y un total de 54,2 millones de pernoctaciones, un 8,2 % más que en el año prepandemia, y en el empleo, toda vez que se produjo un aumento del 5,5 % en el número de puestos de trabajo en el sector turístico.
Con estos datos, el modelo turístico de Andalucía, destino nacional preferido por los españoles (21,2 %) y que atrajo a 11,6 millones de extranjeros en 2023, un 20,7 % más que en el año anterior, no debería estar en discusión. Sin embargo, las masificaciones turísticas que sufren algunos puntos de Andalucía han abierto el debate sobre ello y han obligado al Gobierno de Juanma Moreno a buscar soluciones a este sobreturismo.

Coto a los pisos turísticos

Los cascos históricos de las grandes ciudades se han convertido en parques temáticos para los turistas donde proliferan los pisos turísticos. En Sevilla, con uno de los cascos históricos más afectados por el sobreturismo, hay ahora 8.749 viviendas con fines turísticos que acumulan una oferta de 42.797 plazas, a las que se suman otras 8.207 de 266 apartamentos turísticos. En total, 51.004 plazas, según datos del Registro de Turismo de Andalucía.
El Gobierno de Juanma Moreno ultima un nuevo reglamento para permitir a los ayuntamientos andaluces poner coto a los pisos turísticos a través de la limitación de licencias por razones urbanísticas en zonas de las ciudades como los cascos históricos. Esta medida supondrá un mayor control y conocimiento sobre el número de viviendas activas en cada periodo y sobre quién es el verdadero explotador de estas viviendas.
El sector turístico mira con recelo la medida, ya que también puede reducir la llegada de turistas y, por ende, la cifra de negocio. Esta desconfianza dificulta la política de consenso de Moreno, que busca el equilibrio para atraer más visitantes hacia Andalucía y, al mismo tiempo, no caer en el sobreturismo, que degrada por otra parte la imagen del sector, en un contexto además de sequía.
En este sentido, el Gobierno andaluz trabaja codo con codo con el sector turístico, principalmente con los hoteles, en planes de contingencia ante la posibilidad de que haya restricciones en el suministro de agua en verano en determinados municipios debido a la sequía. Los hoteles, de hecho, están instalando depósitos y aljibes para afrontar los posibles cortes de agua.
Por otro lado, Adelante Andalucía ha denunciado las consecuencias del «turismo de masas» tanto en el medio ambiente como en los precios del alquiler, mientras que Por Andalucía –lo que a nivel nacional sería Sumar, aunque con Podemos dentro– ha reclamado a Moreno que reoriente su política turística para hacerla «compatible con el cambio climático». Vox, por su parte, pide dejar trabajar al sector «en libertad». El debate está servido.
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