El mensaje de despedida de una de las niñas a la otra en Jaén antes de su muerte: «Gracias por dejarme ser parte de tu vida»

Claudia y Alexander, los padres de Sharit, han demostrado un aplomo y una serenidad elogiables. Los dos han hablando con los medios de comunicación con sosiego, explicando todos los detalles de lo que ellos conocían, sin ocultar nada. Demostrando una trasparencia y una educación infinitas.

Tan es así, que Claudia, ha leído de su propia voz el mensaje que Rosmed, de 15 años, le manda a Sharit a las 21.41, minutos antes de fallecer ambas ahorcadas en un árbol. Dice así: «Sharit, me duele decir esto en voz alta, pero siento que necesito que lo escuches: gracias por cada risa compartida, por cada secreto confiado, por cada vez que sentí que no estaba sola, gracias por ser mi refugio mi compañía, mi hermana elegida. No sé cómo explicarte lo que siento ahora».

Y continúa: «Despedirme duele más de lo que imagine, pero aunque este sea un adiós quiero que sepas que lo que vivimos juntas se queda conmigo guardado en un lugar muy especial de de mi corazón. Ojalá la vida te regale alegría, personas que te valoren como yo te valoro y momentos que te hagan sonreír aunque yo no esté cerca. Gracias por ser tú, por dejarme ser tu amiga, por dejarme ser parte de tu vida. Te voy a extrañar más de lo que puedo decir, te llevaré siempre conmigo. Con amor...».

Quiza la redacción de este mensaje es lo que ha hecho que se disparasen los rumores que aseguraban que las dos adolescentes eran pareja y estaban enamoradas. Claudia lo desmiente. Ella tenía un novio al que amaba. Lo quería con locura. Su primer romance. A él mi hija le escribió un mensaje a las 21.46 que decía así: «Lo siento mucho, pero siento que ya no funciona la relación, me viene mejor terminar la relación. No es culpa tuya ni mía, solo es mejor pa ambos. Créeme, te amo mucho...».

«Mi hija jamás diría 'pa', ni utilizaría tantas comas. Yo la conozco, ese texto no lo ha escrito ella», afirma Claudia. «Y ellas no eran pareja. En mi casa somos de hablar mucho de todo: drogas, sexo, relaciones. No hay ningún tabú. Lo hablábamos libremente. Somos una familia muy abierta. Yo hasta sabía que mi hija era virgen. Si hubiesen sido pareja para nosotros no sería ningún problema», confiesa Claudia, pero ella tenía su enamorado.

El caso que tiene conmocionado a Jaen sigue siendo un misterio. Fuentes cercanas a la investigación apuntan a que se trataría de un doble suicido. «Nos las encontramos a las dos colgadas de un árbol», cuenta Alexander. «Yo mismo las hallé», dice lleno de dolor. «Estoy convencido de que se trató de un homicidio».