La alcaldesa de Sanlúcar, de IU, ha heredado una millonaria deuda con la Policía Local de su municipio

La alcaldesa de Sanlúcar, de IU, ha heredado una millonaria deuda con la Policía Local de su municipioEuropa Press

Cádiz

La millonaria deuda con la Policía de Sanlúcar que empuja a sus ciudadanos a ser los guardianes de sus calles

La situación de inseguridad se ve agravada tanto por el incumplimiento del Ayuntamiento, en manos de la izquierda, con su cuerpo local, como con el abandono del Gobierno con la Nacional

No se habla de otra cosa en Sanlúcar de Barrameda. La localidad gaditana ha vivido este lunes un suceso tan inusual como noticioso. A pesar del riesgo que podía conllevar, varios vecinos de este municipio no han dudado en retener a dos atracadores que huían tras atracar una joyería.
Gracias a la intervención de estos viandantes, cuya heroicidad (no exenta de cierta temeridad) ha sido difundida por las redes sociales, la Policía Nacional ha podido detener a los presuntos autores de un robo con violencia e intimidación. Ambos procedían de Sevilla se habían desplazado hasta este municipio en motocicleta.

Deuda con la Policía Local

Lo cierto es que los vecinos están cansados de una inseguridad reinante que lejos de corregirse, se hace más patente debido a los problemas del municipio con las fuerzas de seguridad.
La sensación en Sanlúcar es tan de indefensión y hartazgo que lleva a cualquier viandante a arriesgar su vida. De hecho, en este intento de atraco, un señor se llegó a colocar delante de la moto en la que huían los atracadores para intentar frenarlos. Cuando estos cayeron al suelo al no poder continuar su marcha, un grupo de testigos se echaron encima de ellos para intentar movilizarlos, mientras otra señora les aleccionaba: «Cogedlos, agarradlos».
La localidad gaditana es gobernada por Carmen Álvarez, candidata de IU que llegó a un acuerdo con el PSOE para su investidura. Sin embargo, fue la alcaldable del PP, Carmen Pérez, la más votada en las elecciones municipales.
El caso es que Álvarez, que heredó el bastón de mando del alcalde saliente, el socialista Víctor Mora, no está siendo capaz de atajar esos problemas de seguridad que parecen ser una constante y que lleven a los propios vecinos a actuar.
En primer lugar, la regidora ha heredado una situación anómala con su propia Policía Local. El Ayuntamiento contrajo durante anteriores legislaturas una deuda con su propia policía que compromete la seguridad de todos incluso en eventos a priori fuera de todo riesgo. Así quedó demostrado durante las pasadas Navidades, cuando la cabalgata de Papa Noel se celebró en versión reducida.
Vecinos de Sanlúcar de Barrameda retienen a dos atracadores que huían tras atracar una joyería

Vecinos de Sanlúcar de Barrameda retienen a dos atracadores que huían tras atracar una joyería

Según denunció el PP, esta situación se debe a que el anterior Gobierno de Víctor Mora, socio actual de Álvarez en el Ayuntamiento, generó una deuda con la Policía Local que se ha agrandado con IU en la Alcaldía.
Álvarez, por su parte, alcanzó a finales de año un acuerdo firmado con la Junta de Personal y el Comité de Empresa para el pago de esa deuda, que teóricamente debería quedar satisfecha en junio de 2024 si se cumple el calendario de pagos establecido. Y es que son más de dos millones de euros lo que se le adeuda al cuerpo municipal desde el inicio de su mandato en concepto de horas extras no abonadas.

Descontento de la Nacional

A esta situación hay que añadir la precaria situación de la Policía Nacional, cuyos agentes detuvieron por fin a los atracadores tras la intervención ciudadana.
Alejandro Fábregas, secretario provincial del sindicato policial SUP, en la emisora de Sanlúcar ‘Radio Esquina’ las carencias y limitaciones que enfrentan los agentes, «como la falta de medios y la organización deficiente».
De hecho, en la misma Sanlúcar se evidencian como en ningún sitio las carencias de personal y de medios en la comisaria del municipio.
Ello ha provocando un contexto de falta de autoridad de la que se aprovechan los delincuentes y a la que los vecinos han dicho basta, aun a riesgo de su propia integridad.
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